El gobierno de Venezuela aseguró que la solidaridad del mundo para enfrentar la catástrofe natural causante de miles de muertos ha sido "formidable", y se comprometió a utilizar los recursos con total transparencia.
"Tenemos el reto de administrarla con transparencia. Cada dólar debe usarse con una pureza indeclinable, igual que cada toalla, cada lata de leche", dijo el ministro de Relaciones Exteriores, José Vicente Rangel.
La ayuda externa comenzó a fluir a Venezuela unas 48 horas después de que las persistentes lluvias provocaran la peor tragedia natural del siglo en este país el jueves 16 por la madrugada.
El desastre afectó diversas zonas de la costa de este país, pero se ensañó con la parte central donde está ubicado el estado Vargas, que quedó parcialmente destruido por avalanchas de agua, lodo y piedras.
Las autoridades son cautas al emitir cifras sobre las magnitudes de la tragedia, pero se estima que hay entre 5.000 y 30.000 muertos, la mayor parte de ellos aún sepultados debajo de los aludes provocados por las lluvias.
Venezuela también enfrenta una delicada realidad con casi 300.000 personas damnificadas, para las cuales ha debido generar operativos de rescate, albergue y reubicación.
Las primeras manifestaciones de solidaridad de más de 30 naciones y algunos organismos multilaterales han incluído donaciones de casi seis millones de dólares para atender la emergencia y toneladas de insumos como agua potable o medicamentos.
También han llegado a este país cuatro helicópteros de Estados Unidos, equipos de médicos y socorristas latinoamericanos y europeos, perros especializados en la búsqueda de sobrevivientes y especialistas en el manejo de desastres.
"Las catástrofes tradicionalmente han sido fuente de corrupción, pero nosotros queremos dar muestras de que vivimos tiempos diferentes para este país", dijo el jueves el canciller.
Rangel es uno de los colaboradores clave del presidente Hugo Chávez, quien asumió en febrero con un discurso político que anuncia reiteradamente el combate a la corrupción.
El ministro manifestó, durante un programa de radio que encadenó este jueves a emisoras de Caracas y la ciudad española de Barcelona, que el gobierno aspira a rendir cuentas a los donantes sobre el uso de los recursos.
La supervisión del uso de la ayuda internacional estaría a cargo de contralores especialmente designados para realizar esa tarea.
Venezuela espera que la ayuda siga fluyendo, pues una vez superada la emergencia inicial enfrenta el duro desafío económico de emprender la reconstrucción de las zonas ubicadas y la creación de nuevos asentamientos para los damnificados.
La catástrofe interrumpió numerosas carreteras, afectó servicios públicos y viviendas en varias zonas del país, y dejó en estado de semidestrucción el litoral de Vargas, donde la geografía fue definitivamente alterada.
El costo de recuperación de la tragedia rondará los 15.000 millones de dólares, de acuerdo con estimaciones de la principal organización empresarial, Fedecámaras.
Las autoridades financieras de este país sudamericano adelantaron que esperan emitir bonos y obtener financiamiento blando de organismos multilaterales, más allá de la ayuda que arribe para atender emergencias humanitarias y de infraestructura.
La tragedia, considerada la peor de este siglo para este país, "ha desbordado la capacidad del Estado venezolano", según ha admitido el propio Rangel en los últimos días. (FIN/IPS/lc/dg/if ip-en/99