Esta semana se cumplieron 15 años del peor accidente químico de la historia, mientras la Organización Mundial del Comercio (OMC) planea desmantelar las normas sanitarias y de seguridad destinadas a prevenir tales desastres, denunciaron ambientalistas.
El 3 de diciembre de 1984 se produjo una fuga masiva de gases tóxicos de la fábrica de pesticidas Union Carbide Corporation, en la ciudad india de Bhopal, que provocó la muerte a más de 15.000 personas y lesionó a cerca de medio millón.
Actualmente, la OMC "hace más fácil que las empresas cometan atrocidades como la de Bhopal y más difícil que las organizaciones no gubernamentales (ONG) responsabilicen a esas firmas", lamentó Kenneth Bruno, investigador del grupo ecologista EarthRights International, con oficinas en Washington y Tailandia.
La OMC se propone eliminar las salvaguardas contra productos químicos potencialmente peligrosos y dañinos, advirtieron este viernes el Fondo de Salud Ambiental y el Consejo Estratégico sobre Responsabilidad Empresarial, mientras transcurría el cuarto y último día de la conferencia ministerial de la OMC, en Seattle.
Aquellos países que intentaron aplicar lo que se conoce como "principio cautelar" fueron desafiados por la organización mundial con sede en Ginebra, denunciaron ambos grupos en un informe titulado "Más allá del siglo químico".
La Unión Europea (UE), por ejemplo, prohibió la venta de carne vacuna con hormonas sintéticas debido al riesgo de que su ingesta provoque cáncer y otros efectos nocivos.
La medida se basó en el "principio cautelar", el cual establece que, aun si la relación causa-efecto no está establecida plena y científicamente, deben adoptarse medidas de precaución si el producto o la actividad representa una amenaza para la salud o el ambiente.
Cuando Estados Unidos, el principal exportador de carne tratada con hormonas, impugnó la prohibición ante la OMC, ésta determinó que la veda no estaba basada en datos científicos y por lo tanto constituía una barrera comercial ilegal.
Pero la UE se negó a levantar la prohibición, y por lo tanto la OMC permitió que Estados Unidos adoptara represalias elevando sus aranceles sobre artículos importados de Europa, como el queso Roquefort.
"La OMC parece creer que es más científico equivocarse a favor del riesgo que a favor de la precaución", comentó Neil Tangri, de Essential Action, una ONG de Washington.
Del mismo modo, Canadá impugnó la prohibición de importación de amianto de Canadá, y Estados Unidos, en representación de la American Electronics Association, anunció que impugnaría una propuesta de la UE de prohibir ciertos metales pesados tóxicos, como el mercurio, en equipos electrónicos.
"La OMC echa al viento toda precaución", declaró Jim Puckett, director ejecutivo de la Red de Acción de Basilea, que procura una prohibición mundial del comercio de desechos y productos tóxicos.
Puckett expresó su preocupación porque los países que prohíben la importación de desechos o sustancias peligrosas sin consentimiento previo sean sancionados por la OMC.
Tanto la Cámara Internacional de Comercio como el Consejo Internacional sobre Metales y Ambiente (una asociación de industrias) advirtieron que podrían denunciar ante la OMC a la Convención de Basilea, tendente a limitar el comercio de desechos peligrosos, como barrera comercial, denunció Puckett.
Así mismo, señaló que la reducción de los aranceles de importación de productos químicos es una prioridad de la agenda de negociación del gobierno de Estados Unidos.
La reducción de los precios de las sustancias químicas aumentará su demanda y a la vez incrementará el consumo mundial de sustancias peligrosas como el DDT, el plomo tetraetílico y el amianto, advirtió.
Los países miembros de la OMC no aprendieron la lección de la tragedia de Bhopal, lamentó Tangri.
"Por no adoptar medidas de precaución, los sobrevivientes del desastre continúan sufriendo sus efectos", señaló.
El mes pasado, con la ayuda de EarthRights International, se presentó una demanda colectiva contra Union Carbide en una corte federal de Nueva York, según una ley que establece recursos civiles en caso de violación del derecho internacional por empresas estadounidenses.
Aunque Union Carbide pagó 470 millones de dólares como parte de un arreglo extrajudicial que garantiza la inmunidad de los ejecutivos de la firma, los sobrevivientes del accidente afirman que no fueron compensados adecuadamente.
La Corte Suprema de India revocó posteriormente la cláusula de inmunidad, pero el arreglo continuó siendo de 600 dólares de compensación por lesiones a cada víctima y menos de 3.000 dólares en caso de muerte, según EarthRights.
Además, muchas víctimas no recibieron compensación alguna, y más de 120.000 sobrevivientes del desastre todavía necesitan atención médica, señaló el grupo.
Entre 10 y 15 personas mueren cada mes debido a lesiones y enfermedades provocadas por el accidente, según los demandantes, cuyos representantes acusaron a Union Carbide de continuar ocultando información sobre la composición de los gases fugados y su efecto sobre los seres humanos.
El accidente de Bhopal ocurrió durante una operación rutinaria de mantenimiento en la fábrica. Una gran cantidad de agua entró en uno de los tanques de almacenamiento a través de válvulas de escape y corroyó los caños, que no eran mantenidos adecuadamente, y esto provocó una reacción descontrolada.
Este tipo de conducta empresarial irresponsable tendente a reducir costos debería ser desalentada, "pero precisamente es lo que promueve la OMC", denunció Tangri. (FIN/IPS/tra-en/dk/mk/mlm/en-if/99