IPS: ¿Cómo aplicaría usted su teoría del fin del arte a otros desarrollos históricos, a lo que sucede en América Latina, por ejemplo?
DANTO: La teoría del fin del arte se aplica a la historia del arte como movimiento internacional, que, en esencia, es el mismo en todas partes. Pero los sentidos y las estrategias de incorporación (de sentidos en cada obra) seguirán dependiendo de tiempos y lugares específicos.
IPS: "Cualquier cosa puede ser una obra de arte", y hoy, los valores morales y políticos de una obra suelen ser más importantes que los estéticos, dice usted en "Playing with the edge – The photographical achievement of Robert Mapplethorpe".
Sin embargo, hay una contradicción en esa afirmación, ya que el público en general se queja de que "no entiende" lo que, paradójicamente, ve, en una época en la cual "todos" podrían producir arte, si lo desearan. ¿Cómo explica usted eso?
DANTO: La gente solía decir de una obra de arte que podrían haberla hecho ellos mismos. El alcalde de Nueva York (Rudolph Giuliani) dijo hace poco: "Si yo puedo hacerlo, no es arte". Afirmar eso es tratar a la obra de arte como un objeto material cualquiera.
No se llega a reconocer que la obra de arte es un objeto material más una idea, una reflexión que nos dice cómo mirar el objeto. Y por supuesto, la idea misma es invisible: las personas sólo ven la cosa. Por eso es que tienen dificultades para entender el arte: no se dan cuenta de que está conectado con el pensamiento.
El hecho de que el artista tenga una idea lo sitúa en la historia de un modo especial. El o ella tiene que fundamentar sus razones para creer que el trabajo tiene incorporada a su idea, o mejor, que la obra es una "corporización" de ese pensamiento. Todo eso hay que explicárselo al público. Para eso existe la crítica de arte.
IPS: Parecería que el arte contemporáneo está condenado a "desvanecerse en el aire", ya que desapareció la historia, y eso puede no resultar muy alentador. Sin embargo, su perspectiva es muy optimista.
DANTO: Siempre me inspiré en la visión del fin de la historia de Marx y Engels, según la cual, una vez que se termine la lucha de clases, todos serán libres de hacer lo que deseen. ¿Cómo será ese momento? La historia se habrá terminado realmente.
Al igual que en un cuento de hadas, las personas vivirán felices para siempre. Como mito, es hermoso, y yo creo que la situación actual del arte es bastante parecida al fin de la historia de Marx y Engels.
Si podemos aceptar esto, dejaremos de preocuparnos por el modo en el cual seremos vistos desde la perspectiva de la historia futura. Eso es lo que significa haberse quitado el peso de la historia.
IPS: ¿Por qué cree usted que aún llamamos "arte" a una producción que poco tiene en común con aquéllo que se produjo durante varios siglos —digamos, desde el Renacimiento— bajo esa etiqueta?
DANTO: Creo que el arte contemporáneo es arte, del mismo modo que todo lo demás. Pero creo también que la definición del arte debe cubrir todas las posibilidades, desde la antigüedad hasta el Renacimiento, la modernidad y la posmodernidad, el arte estadounidense y el chino.
Allí es donde entra la filosofía. Cada obra está ligada a su momento histórico. Pero la definición del arte debe ser universal. En términos filosóficos, todas las obras de arte estarían contempladas en la definición aunque, si hablamos en términos de historia del arte, parecen todas diferentes. (FIN/IPS/ceb/ag- mj/cr/99