La ópera Fidelio de Beethoven fue elegida para inaugurar esta semana en Italia la temporada lírica del teatro la Scala de Milán, por su mensaje de libertad y como símbolo de la lucha por los derechos humanos.
Fidelio, basada en el drama "Leonor, o el amor conyugal", del francés Jean Nicolas Boully, escrita en 1793 y estrenada en París en 1798, narra la historia de Leonor, quien entra vestida de hombre a una prisión de Sevilla y libera a su marido.
La ópera está dirigida por el maestro Riccardo Muti.
El escenógrafo Ezio Frugerio dijo que había tratado de expresar la idea de la opresión que hay en la música y en el guión de la ópera, y contarla como ha sido vivida por la humanidad en los últimos 200 años: el dominio de un poder tiránico, ejercido por algunos hombres contra otros hombres, en todas sus formas, política, económica, racial.
La cárcel donde se desarrolla buena parte de Fidelio es de 1800, una especie de fábrica con un patio interior y paredes impenetrables. Se trata de un lugar angustioso, pero la obra concluye con un himno a la libertad y el derrumbe de sus paredes.
La Scala, uno de los teatros líricos más importantes del mundo, con 3.600 butacas, fue inaugurado el 3 de agosto de 1778 y sufrió muchos daños durante la Segunda Guerra Mundial, por lo que hubo que reconstruirlo, reabriendo sus puertas en 1946.
Ha sido testigo de muchos estrenos mundiales dirigido por grandes nombres de la música, como Antonio Rossini, Giuseppe Verdi o Giacomo Puccini.
El historiador británico Eric Hobsbawm, de 82 años, quien asistió a la inauguración de la temporada de la Scala, sostuvo que Fidelio expresa al nivel más alto el deseo de justicia de los oprimidos, la esperanza de liberación, no sólo para quienes están en prisión, sino para todo el género humano.
A su juicio, constituye un "mensaje de esperanza para comenzar bien el siglo XXI".
Hobsbawm señaló que el triunfo en este siglo del libre mercado no garantiza por sí sólo la libertad, como lo demuestra el hecho que hoy hay en el mundo 50 millones de refugiados y no más de un quinto de los gobiernos respeta los derechos humanos.
Mencionó a Africa, Asia y América Latina como las regiones donde menos se respetan los derechos humanos, aunque señaló que también ocurren violaciones en algunos países del sudeste de Europa.
El historiador británico consideró justo el procesamiento de los dictadores para "reforzar la idea en la opinión pública, que ciertas actitudes no pueden ser ya más toleradas", y aseguró que éste es el objetivo del proceso al ex dictador chileno Augusto Pinochet (1973-90).
Ante la pregunta formulada por el diario Corriere della Sera en el sentido de si "habría que ocuparse también del presidente cubano Fidel Castro", Hobsbawm subrayó que "no todas las formas de represión de un gobierno se pueden clasificar como crímenes contra la humanidad".
Por lo demás, agregó, "no me parece que Castro haya jamás justificado el recurso a la tortura, como por el contrario ha hecho Pinochet", quien se encuentra detenido en Londres desde hace más de un año, acusado de genocidio.
La ópera Fidelio se estrenó en Viena en noviembre de 1805, cuando estaba ocupada por las tropas de Napoléon Bonaparte. (FIN/IPS/jp/ag/cr/99
