AMERICA LATINA: Crece presencia militar de EEUU

Las actividades del Pentágono (Ministerio de Defensa) de Estados Unidos siguen en aumento en América Latina, reveló un estudio de miles de documentos gubernamentales, a pesar de que esta semana concluyó oficialmente la presencia militar estadounidense en Panamá.

Washington continúa instalando nuevas bases militares en Antillas Holandesas, Ecuador, Honduras, Puerto Rico y posiblemente en Costa Rica, para librar una "guerra contra la droga", según el informe.

"La entrega de la Zona del Canal no indica ningún cambio de las prioridades militares y la presencia de Estados Unidos en América Latina", dijo Adam Isacson, coautor del informe titulado "Sólo los hechos: una guía civil de la asistencia de defensa y seguridad de Estados Unidos a América Latina y el Caribe".

"No ha terminado, sólo se está desplazando de lugar", agregó el coautor del informe elaborado por el Centro de Políticas Internacionales (CIP) y el Grupo de Trabajo Latinoamericano (LAWG), con sede en Washington.

Los activistas que estudian las operaciones militares de Estados Unidos y sus efectos sobre América Latina están cada vez más preocupados y quieren que el Congreso aumente la supervisión de esa presencia en la región.

"El Congreso debe comenzar a hacerse cargo de la supervisión de los programas militares de Estados Unidos en América Latina. El entrenamiento militar estadounidense en la región continúa siendo amplio y en gran medida no supervisado. En el caso de Colombia, Estados Unidos corre el riesgo de involucrarse en la guerra civil del país", dijo Isacson.

El informe, para el cual se estudiaron miles de documentos del gobierno, reveló que el ejército estadounidense entrenó a casi 10.000 militares y policías de la región durante el año pasado.

Del total, sólo 875 fueron entrenados en la Escuela de las Américas en Ft. Benning, Georgia, centro de las protestas de los activistas debido a sus antecedentes en el entrenamiento de algunos de los peores violadores de los derechos humanos durante la guerra fría.

"Se habló mucho de la Escuela de las Américas, pero pasan muchas cosas más", dijo Joy Olson, la otra autora del informe.

Más de la mitad del entrenamiento militar estadounidense en la región tuvo lugar fuera de las fronteras de Estados Unidos, indicó el estudio. Durante 1998, los militares estadounidenses entrenaron a 1.325 soldados ecuatorianos, 1.260 venezolanos y 1.200 colombianos.

Unos 1.100 soldados mexicanos también fueron entrenados en Estados Unidos el año pasado. El entrenamiento de 736 peruanos se realizó principalmente en su país, según el informe.

"El entrenamiento en el extranjero, a diferencia del realizado en la Escuela de las Américas, está mucho menos expuesto al examen público", dijo Olson, director del LAWG, una coalición de grupos religiosos y de derechos humanos.

A su vez, casi 50.000 soldados estadounidenses fueron enviados a la región en 1998 para realizar múltiples actividades, entre ellas ejercicios militares, obras de reconstrucción y ayuda humanitaria tras el paso del huracán Mitch.

Casi la mitad del personal militar estadounidense enviado a América Latina y el Caribe para actividades de entrenamiento son boinas verdes, SEALS de la Marina y otras fuerzas especiales cuestionadas.

Casi la mitad del entrenamiento en la región se dedicó a operaciones contra la droga.

"Esa clase de entrenamiento se superpone con el entrenamiento contrainsurgente", dijo Isacson, analista del CIP. Ambos incluyen tácticas de unidades pequeñas, de infantería liviana, inteligencia y práctica de tiro.

A su vez, la ayuda y ventas militares de Estados Unidos a América Latina aumentaron notoriamente, de acuerdo con el informe.

El programa de Control Internacional de Narcóticos del Departamento de Estado, a través del cual se canaliza la mayor parte de la ayuda militar a la región, aumentó de 180 millones de dólares en 1998 a 430,5 millones de dólares este años.

La cifra podría aumentar aun más el año próximo luego de que el Congreso considere una nueva iniciativa contra las drogas que está preparando el gobierno de Bill Clinton en la región andina.

La mayor parte del aumento se centró en Colombia donde, a partir de abril, el Pentágono entrena a un batallón antinarcóticos de 950 hombres que el mes pasado actuó contra guerrilleros de izquierda acusados por Washington de apoyar el narcotráfico.

Dos batallones más de este tipo serán entrenados en los próximos meses.

El Pentágono también desarrolló un programa centrado en Perú y Colombia, de hasta 20 millones de dólares por año, para entrenar y equipar unidades navales en los dos países.

La venta de armas a la región aumentó y el Departamento de Estado proyecta que se cuadruplique el valor en dólares de este tipo de comercio entre 1998 y el 2000.

El mayor aumento en las ventas anticipadas será la compra de aviones de combate por parte de Chile, luego de la decisión de Estados Unidos en 1997 de levantar una prohibición a la venta de armas de alta tecnología a la región.

Washington autorizó la venta comercial directa de armas a América Latina por un valor de alrededor de 1.000 millones de dólares por año.

El informe elogió al Congreso por promulgar leyes que requieren que el Pentágono revele más detalles acerca de su programa de entrenamiento militar y por extender el alcance de la llamada Ley Leahy (por el senador Patrick Leahy), que prohíbe brindar entrenamiento y equipos a unidades militares que incluyan a violadores de los derechos humanos.

La ley exige que las embajadas estadounidenses estudien a los candidatos a recibir entrenamiento para que los beneficiarios de la ayuda y el entrenamiento no tengan malos antecedentes.

Sin embargo el informe acusó al Pentágono de interpretar la ley de la manera más restringida posible, ya que miembros de unidades con mala reputación que no estén implicados ellos mismos en las violaciones a los derechos humanos podrían recibir entrenamiento y ayuda.

"Castigar a todo el grupo por las acciones de unos pocos sería un buen incentivo para respetar los derechos humanos y procesar a quienes los violan", según el informe.

El informe mantuvo reserva sobre la promesa del secretario del ejército de reformar el programa de estudios de la Escuela de las Américas para quitar cursos de combate y agregar clases sobre derechos humanos. Además, la escuela cambiará de nombre a comienzos del año próximo.

La promesa sucedió a una votación sin precedentes en la Cámara de Representantes para eliminar los fondos para la Escuela de las Américas del presupuesto de relaciones exteriores del próximo año. Los fondos fueron restaurados luego de una reñida votación de una comisión bicameral.

El informe señaló que la cerrada defensa que hace el Pentágono de la Escuela de las Américas es "cuestionable" y agregó que el ejército afirmó que "muchos de los críticos (de la escuela) apoyan el marxismo -la teología de la liberación- en América Latina, que fue derrotado con la ayuda del ejército de Estados Unidos".

"La afirmación de que el ejército de Estados Unidos derrotó a una clase de teología es bastante perturbadora. El ejército debería reconocer públicamente que ha entrenado a algunos de los peores violadores de los derechos humanos del hemisferio", señaló el informe. (FIN/IPS/tra-en/jl/mk/at/aq/ip/99

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