AMERICA LATINA: Crece apoyo a convención contra trabajo infantil

Cada vez más gobiernos de América Latina, donde se calcula que 20 millones de niños y niñas trabajan en régimen de explotación, apoyan la convención internacional contra las Peores Formas de Trabajo Infantil.

Víctor Morales, ministro de Trabajo de Costa Rica y uno de los líderes de la iniciativa, dijo a la Organización Internacional del Trabajo (OIT) que su gobierno ratificará pronto la convención.

Los ministros de Trabajo de otras naciones centroamericanas también prometieron buscar el apoyo legislativo a la convención a comienzos del 2000.

Entre las formas de trabajo infantil que la OIT procura abolir se encuentran la esclavitud o prácticas similares como la venta y el tráfico de menores, el trabajo obligatorio o por deudas, la servidumbre y el reclutamiento forzoso en conflictos armados.

Así mismo, la convención pretende abolir el uso de niños y niñas para la prostitución o actividades pornográficas, para actividades ilícitas como la producción y el tráfico de drogas, o para tareas que afecten su salud, moral o seguridad.

La nación insular de Seychelles, situada frente a la costa oriental de Africa, fue la primera en ratificar formalmente la convención adoptada unánimemente por los 174 estados miembros de la OIT durante su conferencia anual en junio.

La necesidad de esa prohibición surgió después de que la comunidad internacional se percató de lo que el titular de la OIT, el chileno Juan Somavía, llamó "la visión de pesadilla de niños y niñas trabajando en las minas, vendidos para prostitución o pornografía, esclavizados y traficados como mercancías, o expuestos a tareas peligrosas".

La ratificación significa que los gobiernos deben adoptar medidas inmediatas para prohibir y eliminar esas formas de trabajo infantil a través de programas de acción y medidas para hacer respetar la ley que incluyan sanciones penales, explicó Claudia Coenjaarts, coordinadora en el sudeste asiático del Programa para la Eliminación del Trabajo Infantil.

Soenjaarts espera que los gobiernos informen regularmente a la OIT de sus avances.

"Lo que resulta prometedor acerca de la nueva convención es su llamamiento activo a la cooperación internacional, lo cual la convierte en un tema global que nosotros, como comunidad mundial, no podemos ignorar", observó la funcionaria.

Según los datos disponibles, gran parte de los 250 millones de niños y niñas que trabajan en los países en desarrollo realizan tareas que son malsanas y peligrosas para su salud y bienestar.

La mitad trabajan a tiempo completo, pero los otros combinan sus obligaciones laborales con la escuela. La mayoría de los niños tienen edades comprendidas entre cinco y 14 años.

En América Latina, por ejemplo, cerca de 20 millones de niños son explotados de esa forma. Muchos trabajan casi como esclavos en el sector agrícola de República Dominicana, en las canteras de piedra de Guatemala y en la prostitución de Costa Rica.

Colombia ha cobrado notoriedad por el tráfico de menores y, en Perú, la industria minera emplea un vasto ejército de niños trabajadores.

Los trabajadores infantiles más vulnerables son los niños pertenecientes a comunidades indígenas o migratorias.

La situación en Africa es un espejo de ese panorama desalentador. La OIT denunció la prostitución infantil en Etiopía, Kenia y Uganda. En Madagascar y Malí son obligados a trabajar en canteras, y en Senegal en el servicio doméstico.

Pero Asia es el lugar donde el abuso laboral de niños y niñas es más flagrante.

El Banco Mundial estimó que unos 150 millones de niños asiáticos trabajan tiempo completo. Algunos de ellos fueron vendidos o sus familias recibieron pagos anticipados de contratistas.

Según Swapan Mukharjee, titular de la organización no gubernamental (ONG) "Liberen a los Niños-India", los niños contrabandistas están en auge en el estado de Bengala. Algunos son usados para contrabandear productos, y otros son reclutados con "propósitos dañinos y peligrosos".

Las curtiembres y hornos de ladrillos en la región emplean niños que deben trabajar más de 15 horas por día, a menudo sin una jornada libre durante meses .

Cerca de 15 de los 60 millones de menores de 18 años que trabajan en India lo hacen en forma obligatoria. En el vecino Pakistán prevalece la servidumbre por deudas.

Según un grupo defensor de la infancia, las deudas son contraidas por los padres de los niños y se amortizan con trabajo. Los hijos vendidos deben trabajar obligatoriamente durante años en jornadas extenuantes. Algunos, de cinco años de edad, cosen pelotas de fútbol en fábricas oscuras.

Pero los esfuerzos de la OIT para abolir el abuso laboral de niños tropezó con la oposición de algunos sectores.

En una reunión de la OIT en México a comienzos de este año, un sindicato regional, el Centro Latinoamericano de Trabajadores (CLAT), dijo que prohibir el trabajo infantil empujaría a muchas familias "a caer más profundamente en la pobreza".

Un miembro del CLAT apeló a la OIT para que comprendiera "el verdadero alcance del problema", y dijo que los niños trabajadores contribuían con "un ingreso adicional a la supervivencia propia y de sus familias".

Una propuesta alternativa sugirió vincular la campaña para la eliminación de las peores formas de trabajo infantil a la lucha en muchas comunidades pobres por empleos decentes, salarios justos, educación calificada y formación profesional.

Coenjaarts coincidió en principio en la necesidad de "medidas integrales" para lograr el éxito. La OIT aspira a brindar a esos niños "mejores alternativas, incluso educación o programas de formación vocacional, asesoría rehabilitadora y apoyo". (FIN/IPS/tra-en/mmm/mk/ego/aq/hd/99

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