La sequía, los conflictos, el desplazamiento de población y las pestes agrícolas sin control redujeron la producción de cereales en varias partes de Africa subsahariana y amenazan de hambre a millones de personas, advirtió la FAO.
Un nuevo informe de la agencia señala como los 15 países africanos más afectados a Angola, Burundi, Congo-Brazzaville, Eritrea, Etiopía, Guinea-Bissau, Kenia, Liberia, República Democrática de Congo, Ruanda, Sierra Leona, Somalia, Sudán, Tanzania y Uganda.
El documento, titulado "Situación alimentaria y perspectivas agrícolas en Africa subsahariana", sostiene que más de 1,6 millones de personas no pueden acceder a ayuda humanitaria en Somalia, el país más afectado por la escasez de alimentos, que la FAO atribuye a la guerra civil iniciada en 1991.
La guerra civil, que devastó el sur del país, trastornó las actividades agrícolas y la entrega de ayuda humanitaria a los necesitados.
"Los efectos acumulativos de la sequía se agravaron por el conflicto y los desplazamientos, lo que volvió a la población somalí muy insegura en términos alimentarios", explicó el economista Mwita Rukandema, del Servicio de Información Mundial y Advertencia Temprana de la FAO.
Otros países cuyas perspectivas alimentarias fueron afectadas por la guerra civil son Angola, Burundi, Sierra Leona, Somalia y Sudán.
"La escalada de la violencia redujo la distribución de ayuda humanitaria y ya se reportaron varias muertes por inanición", dice el informe de FAO (Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación).
Angola enfrentó una de sus peores crisis alimentarias durante gran parte de este año. Las ciudades de Malange y Huambo están bajo continuo ataque de los rebeldes, lo cual hace imposible la entrega de ayuda por vía terrestre o aérea.
En Huambo, la segunda ciudad de Angola luego de Luanda, 400.000 personas podrían morir de hambre, mientras en el interior, cerca de un millón fueron desplazados recientemente hacia localidades y ciudades donde los precios de los alimentos subieron de manera astronómica.
El Programa Mundial de Alimentos (PMA) de las Naciones Unidas distribuyó en agosto unas 2.000 toneladas de alimentos en Angola tras la crisis desatada por los combates entre el gobierno de Eduardo Dos Santos y los rebeldes de UNITA, encabezados por Jonas Savimbi.
"Lo que ví me devastó", relató Francesco Strippoli, del PMA. "Miles de niños padecen desnutrición, y sus padres no están mejor. Esas personas son las más pobres de las pobres, y viven en condiciones insoportables", dijo.
Mientras, en los dos Congos, afectados por guerras civiles, más de 10 millones de personas padecen incertidumbre alimentaria resultante del trastorno de la agricultura y la distribución de alimentos por la guerra civil.
En Eritrea, medio millón de desplazados por la guerra con Etiopía enfrentan una grave escasez de alimentos, mientras en Sudán unos dos millones de personas dependen de la ayuda alimentaria pese a una cosecha prometedora.
En 1997 y 1998, miles de personas murieron de hambre a causa de la guerra en el sur de Sudán, y la situación alimentaria continúa siendo difícil como resultado del conflicto.
La situación no es mejor en Tanzania, que alberga el mayor número de refugiados de países vecinos. Además de los 400.000 ruandeses, burundianos y congoleños que viven en campamentos de Tanzania, las agencias humanitarias deberán alimentar a unos 900.000 desplazados internos en la turbulenta región.
Tanzania y Kenia, que han recibido escasas lluvias, tuvieron una producción de cereales por debajo del promedio por segundo año consecutivo como resultado del fracaso de cosechas, por lo que tendrán que aumentar sus importaciones.
En Kenia, la producción de maíz cayó a unos 30 millones de sacos al año, frente a un consumo de 33 millones; el trigo se redujo a tres millones de sacos frente a una demanda de siete millones, y el arroz a 40.000 toneladas contra 100.000 toneladas.
La sequía, que causó una grave escasez de agua y alimentos en el noreste de Kenia, forzó a unos 5.000 kenianos de esa región a trasladarse a Etiopía con sus animales en busca de agua, alimentos y pasturas.
Aunque resulta difícil obtener cifras de la remota provincia, se informó que 16 personas ya murieron de hambre allí.
En mayo de este año, Africa oriental fue devastada además por una plaga de gusanos que destruyó gran parte de los cultivos de cereales.
Ruanda, que habría incrementado su producción de alimentos, todavía es incapaz de atender a los 900.000 ex refugiados que regresaron al país y necesitan ayuda alimentaria urgente.
En agosto, la FAO publicó un informe similar en el que advertía que 10 millones de personas en Africa subsahariana necesitaban alimentos con urgencia y que 16 países enfrentaban "una excepcional emergencia alimentaria".
Aunque la situación tiende a estabilizarse, la FAO advirtió sobre una probable invasión de langostas en el centro y el suroeste de Madagascar. (FIN/IPS/tra-en/ja/mn/mlm/dv/99