Los habitantes de Venezuela asistieron hoy a los últimos debates sobre el proyecto de Constitución que regirá este país desde el 2000 si es aprobada como se espera en el referendo del 15 de diciembre.
"Tengo la absoluta convicción que mejoramos la democracia", aseguró el destacado constituyente Hermann Escarrá, al exponer el contenido de la nueva carta fundamental ante el cuerpo diplomático acreditado en este país.
La Asamblea Constituyente de 131 miembros fue instalada el 3 de agosto y desde entonces gravitó con un peso sin precedentes sobre la vida política de Venezuela, mientras redactaba el texto constitucional.
En sus primeros días de actividad los constituyentes declararon en emergencia el Poder Judicial y el Legislativo, y generaron un ambiente de conflicto político cuya desactivación requirió la mediación de la Iglesia Católica.
A comienzos de septiembre, los miembros de la Asamblea decidieron concentrarse en la elaboración de una Constitución, divididos en 20 comisiones encargadas de recoger, elaborar y precisar propuestas.
Escarrá dirigió la Comisión Constitucional, encargada de la integración normativa del texto, que debió digerir un millar de artículos para reducirlos a poco menos de 400 antes de entregar un borrador el 18 de octubre.
Desde ese día, los venezolanos fueron testigos a través de la televisión de la intensa discusión sobre el contenido del texto que reemplazará a la Constitución vigente desde 1961.
"No es lo mismo exponer sobre uno de estos procesos que vivirlo", confesó a los embajadores Escarrá, especialista en Derecho Constitucional. "Es un diálogo entre la libertad y el poder", agregó.
"Ha ganado la libertad frente al poder", afirmó el constituyente, partidario de la mayoría oficialista en la Asamblea. Sin embargo, la polémica sobre el contenido de la carta fundamental apenas comienza a desencadenarse.
Este jueves, el Consejo Nacional Electoral (CNE) recibirá el texto para empezar a difundirlo entre los votantes antes del referendo de diciembre.
Aunque las encuestas aseguran que hay una clara mayoría a favor del "sí" entre los electores, esta semana quedó claro que habrá campañas a favor del "no" y numerosas disidencias de quienes no están conformes con las nuevas bases jurídicas del país.
Cuatro de los siete constituyentes opositores criticaron el proyecto por considerarlo centralista, estatista y desfasado del momento histórico, y adelantaron que votarán en contra.
La aceptada propuesta presidencial de impedir que las regiones recauden impuestos y la creación de un parlamento unicameral, donde será difícil equilibrar representaciones territoriales, son considerados contrarios a la descentralización.
El presidente Hugo Chávez, principal impulsor del proyecto, es el líder de a campaña por el "sí", y predice una aplastante derrota para quienes se opongan a la nueva Constitución.
Mientras, la Asamblea Constituyente estará encargada de diseñar un régimen de transición entre el régimen viejo y el futuro.
Si entra en vigencia la Constitución del 2000, este país también estrenará entonces un nuevo nombre oficial, propuesto por Chávez: República Bolivariana de Venezuela. (FIN/IPS/lc/mj/ip/99