La izquierda surgió de las elecciones de hoy como la principal fuerza política de Uruguay, 28 años después de su fundación y 10 después de lograr la mayoría de votos en la capital.
El Encuentro Progresista-Frente Amplio obtuvo 39,5 por ciento de los votos emitidos y su candidato, el socialista Tabaré Vázquez, se enfrentará el 28 de noviembre en segunda vuelta electoral con el liberal Jorge Batlle, del gobernante Partido Colorado, aseguró Luis Eduardo González, de firma de encuestas Cifra.
Vázquez destacó que «en paz, tolerancia y democracia», la sociedad uruguaya «ha votado por el cambio», y abrió las puertas de la coalición izquierdista para «construir las mayorías necesarias» de cara a la segunda vuelta, que se realizará el 28 de noviembre.
El líder del EP-FA dijo que su partido triunfó porque los ciudadanos «votaron por el cambio», y porque rechazan «los agravios de quienes resultaron derrotados» y la política económica que éstos desarrollaron.
Exhortó a avanzar hacia el futuro porque «nadie tiene el derecho de torcer la voluntad de la gente» y porque «podemos avanzar juntos sin que nadie abandone sus convicciones».
Vázquez se adelantó a Batlle a llamar a votantes de todos los partidos «sin que nadie abandone sus convicciones», para «construir las mayorías necesarias» y los convocó a «construir un nuevo tiempo para el país».
Batlle, candidato por quinta vez a la Presidencia, logró 33 por ciento de los votos, y el ex presidente Luis Alberto Lacalle, del cogobernante Partido Nacional, 22 por ciento, de acuerdo con las proyecciones realizadas por Cifra con base en los primeros sufragios escrutados.
González destacó que el EP-FA conquistó 52 por ciento de los votos en Montevideo, cuyo gobierno municipal controla desde 1989, y que también se impuso en Canelones, el segundo departamento por cantidad de habitantes.
Vázquez, no logró la mayoría absoluta exigida por la ley electoral para ganar la Presidencia en la jornada de este domingo y sólo alcanzará su objetivo si derrota a Batlle en la segunda ronda.
Pero los resultados aseguran al EP-FA el bloque más numeroso en las dos cámaras legislativas y lo ponen a un paso del gobierno.
La coalición de izquierdas fue fundada el 5 de febrero de 1971, cuando Uruguay se hallaba en estado de sitio, los guerrilleros tupamaros luchaban con las armas por el poder y un grupo de oficiales de las Fuerzas Armadas se preparaban para derribar las instituciones democráticas, como lo hicieron dos años después.
El crecimiento de la izquierda desde la restauración democrática de 1985 se debió en gran medida al desgaste de los partidos tradicionales Colorado y Nacional, fundados en 1836, que desde entonces se han alternado en el poder, con la excepción del periodo dictatorial.
El aumento del respaldo al EP-FA se consolidó al producirse el tránsito de un electorado básicamente ideológico hacia el actual, en el que numerosos los sectores populares que urgen empleo y mejores condiciones de vida.
González dijo que la izquierda ha capitalizado «un clima de insatisfacción» y «una gran inseguridad» social y laboral, lo que ha llevado a este «cambio drástico».
Los grupos marginales, clientela política histórica de colorados y nacionalistas, son ahora votantes de la izquierda, a la que confían sus esperanzas de inserción social y mejoramiento de sus condiciones de vida.
Hoy, en las viviendas precarias de la periferia de Montevideo y en zonas cercanas del vecino departamento de Canelones, la mayoría de ellas construídas con materiales de desecho, abundan las banderas de EP-FA.
En esos barrios de emergencia, la celebración del triunfo de la izquierda comenzó mucho antes de conocerse encuestas a boca de urna y las proyecciones de los analistas políticos, según lo comprobó IPS.
«Ahora todo va a cambiar. Con el triunfo, los políticos van a empezar a pensar en los pobres. Nos han prometido más empleo y mejores salarios», dijo un militante político en la puerta de una humilde vivienda, mientras agitaba una enorme bandera del EP-FA.
Dirigentes cercanos a Vázquez indicaron a IPS que en el acto de cierre de la campaña electoral, el miércoles, entre la multitudinaria asistencia se descacaban miles de personas humildes «que buscan solución para sus angustias.
«Todas las tendencias indican que también se ha registrado un notorio crecimiento (de la izquierda) en el interior del país», señaló Agustín Canzani, de la firma encuestadora Equipos-Mori.
Pero el apoyo de los sector postergados no le habría bastado al EP-FA para obtener el resultado de este domingo.
En efecto, productores y empresarios pequeños y medianos, especialmente rurales, expresaron su respaldo al EP-FA, aún en el interior del país, donde históricamente se ubicaron los sectores más conservadores del país.
Para todos esos grupos sociales, el EP-FA ha diseñado un «Plan de Emergencia» , eje de su propuesta electoral. Se trata de un conjunto de medidas combinadas en las áres productiva, laboral y social.
Tiene un costo de 300 millones de dólares, que Vázquez, si logra finalmente la Presidencia, financiará con la colocación en el país de Bonos de Emergencia Social y de otros títulos en el exterior.
También pedirá créditos a organismos internacionales y complementará el ingreso de financimiento a través del ahorro del Estado y la reorientación de recursos del mismo.
El plan, dijo Vázquez, tiene como objetivo «atacar los problemas más graves de la sociedad uruguaya» mediante medidas de mediano y largo plazo que garanticen «que estos problemas desaprezcan definitivamente».
Vázquez asegura que 700.000 de los 3,2 millones de uruguayos viven en la pobreza, aunque la Comisión Económica de Naciones Unidas para América Latina (Cepal) reduce a 180.000 la cantidad de pobres en este país.
Cepal también destacó este año que Uruguay aparece a la cabeza en América Latina en materia de distribución del ingreso.
La izquierda también promete reducir al ocho por ciento el desempleo, ubicado actualmente en casi el 11 por ciento.
El economista Daniel Olesker, el principal asesor de Vázquez es esta materia, formuló esta semana un anuncio que generó preocupación en ámitos financieros.
Olesker dijo que el eventual gobierno de la izquierda gravará los depósitos de no residentes en la plaza bancaria, mediante el impuesto a la renta de las personas físicas.
Actualmente, los depósitos de no residentes totalizan 4.401 millones de dólares, sobre un total de 6.623 millones de los depósitos en moneda extranjera de residentes en el país.
Un dirigente cercano a Batlle dijo a IPS que el martes, cuando abran los bancos luego del feriado de este lunes, los indicadores «no sólo se harán con una base financiera técnica, sino que también tendrán en cuenta el resultado de las elcciones». (FIN/IPS/rr/ff/ip/99