– La bajada de la bandera portuguesa en el enclave de Macao dentro de un mes, marcará el fin de cinco siglos de presencia europe a en Asia, ciclo colonial inaugurado precisamente por los lusitanos en 1498, con la conquista de la India occidental.
Tal como en Africa, tambien en Asia los portugueses fueron los primeros en llegar y serán los últimos en salir.
Sin embargo, a diferencia de las guerras que marcaron la descolonizació n en India en 1961, y la de Angola, Cabo Verde, Guinea-Bissau, Mozambique y Sao Tomé-Príncipe, el traspaso de Macao será mas parecido al de Brasil, el siglo pasado: negociado y pacífico.
Al asumir el control de Macao el 20 de diciembre de 1999, en verdad Beijing estará recibiendo de vuelta una concesión que los mandarines chi nos hicieron a los navegantes portugueses en 1557.
Los chinos retribuyeron así la limpieza de piratería malasia en el Ma r de China, que les impedía comerciar con Japón, Corea y otros vecinos.
Al igual que la ex colonia británica de Hong-Kong, China otorgará a Ma cao un estatuto especial que le permitirá seguir funcionando con una economia capitalista.
«Un país, dos sistemas», es la fórmula del régimen comunista chino para la recuperación de los enclaves de Hong Kong y Macao y de la isla rebelde de Taiwan.
Sin embargo, a diferencia de Hong-Kong, Macao nunca fue formalmente una «colonia», sino un «territorio chino bajo adminstracion portuguesa», sutileza que si bien bajo la optica occidental tiene poca importancia, para los chinos parece no ser asi.
La relación entre Beijing-Lisboa, contrariamente a lo que ocurrio dos años atras con Londres respecto a Hong-Kong, mas bien estuvo marcada por presiones portuguesas para devolver cuanto antes una psesión que sólo representaba gastos para los cofres del Estado.
La economía formal e informalde Macao, – turismo, juego, prostitución , narcotráfico – es desde hace ya varias decadas controlada por ciudadanos chinos.
La presencia portuguesa, al menos en la segunda parte de este siglo, se reducía casi por entero a la pomposa mantencion del gobernador y su séquito, asi como una costosa administracion pública de mas de 3.000 funcionarios enviados desde Lisboa con sueldos que triplican a los de la metrópoli.
Sin embargo, las relaciones económicas entre Portugal y China son amplias y no todas pasan por Macao. La inversión, para Lisboa, no era recuperada en el enclave, sino en el comercio bilateral con Beijing.
La nueva fórmula consagrada en el acuerdo luso-chino, salvaguarda tods los intereses económicos portugueses hasta el año 2050, en que la explotación del aeropuerto figura en una posición especial.
Hasta ahora, el valor de Macao fue emblemático, un símbolo del gran encuentro entre Oriente y Occidente. Una suerte de «monumento» a la reapertura de China hacia la desconocida Europa en el Siglo XVI: entre Marco Polo y los portugueses trascurrieron 300 años de incomunicacion.
Asi lo hizo notar el ex primer ministro chino Li Peng en una reciente visita a Lisboa, al subrayar que «para ustedes, los periodistas occidentales, debido a su dimensión económica, tal vez Hong-Kong sea mas importante que Macao, pero en nuestra óptica, los dos enclaves son igualmente relevantes».
El diminuto territorio, ubicado a 60 kilómetros de Hong-Kong, cuenta co n solo 23 kilómetros cuadrados, distribuídos entre la península de Macao y las islas de Taipa y de Coloane.
Su densidad poblacional es una de las mas altas del mundo: los 430.000 macaenses viven apretujados a una tasa de 18.000 personas por kilómtero cuadrado.
En cuanto a las nacionalidades, 68,7 por ciento son chinos, 27,2 por ciento portugueses y 4,1 por ciento de otras naciones.
Sin embargo, tan solo 1,8 por ciento de la población es de lengua portuguesa, frente a 96,1 por ciento de las dos principales lenguas chinas, cantonés y mandarín.
Para China, recuperar Macao dentro de un mes, significará concluir la unión territorial continental. La recuperación de Taiwan (Formosa), la i sla en que se refugiaron los derrotados nacionalistas chinos en 1949 con apoyo de Estados Unidos, es ahora el gran objetivo estratégico de Beijing.
Segun el gobernador de Macao, general Vasco de Rocha Vieira, todo está caminando sobre rieles para el traspaso del poder a Beijing, pero advierte que «la relación con China no siempre fue fácil.»
Uno de los temas difíciles fue la negociación jurídica. Portugal insistió en que China no traspase a Macao algunas disposiciones tales como la pena de muerte, que no existe en Portugal. Hace poco, hubo roces en relación al envío de tropas chinas antes de la entrega oficial.
Tras lograrse el acuerdo final el año pasado, la tranquilidad regresó a la mesa de las negociaciones. Ahora, todo se reduce a la preparación para el regreso a Lisboa de los funcionarios de la gobernación que durante 442 años administró Macao.
El 20 de diciembre, la salida del Palacio Baia da Praia Grande del general Rocha Vieira, último gobernador del Imperio Portugués de Oriente , marcará el epílogo seguramente no anticipado de la epopeya de Vasco da G ama hace cinco siglos. (FIN/IPS/eu ap ip/mdq/ak/99)
