/Perspectivas 2000/ DESARROLLO: La lenta marcha hacia la equidad de género

Las mujeres de los países en desarrollo lograron avances significativos en los últimos cinco años para remover la discriminación, pero queda mucha tarea a fin de cerrar la brecha entre los acuerdos alcanzados en el papel y la realidad cotidiana en todas las regiones.

En Uganda, una organización no gubernamental (ONG) cuidadosa de las tradiciones consiguió bajar el número de ablaciones genitales, en Jordania se logró que las mujeres no pidan permiso a padres o esposos para sacar el pasaporte, y en Fiji la capacitación permitió a más mujeres acceder a cargos políticos.

Pero en contraste, aún queda una agenda de verdaderas calamidades. En la misma Uganda existe la mayor concentración de niños huérfanos del mundo por la propagación del sida, que afecta particularmente a las mujeres pobres, sin instrucción y aferradas a valores culturales que las llevan a la muerte.

En Africa y en países de la península Arábiga, cerca de dos millones de niñas son sometidas al año a mutilaciones genitales. Esas mismas niñas suelen ser luego víctimas de raptos para el matrimonio forzado, de acuerdo al último informe del Fondo de Naciones Unidas para la Población (Fnuap).

Más de la mitad de las mujeres en Africa y una tercera parte en América latina, dan a luz por primera vez en la adolescencia. En Asía, sobre todo a partir de la última crisis financiera, se propagaron las redes de explotación y turismo sexual que afectan a otras dos millones de niñas, adolescentes y mujeres adultas.

El punto de inflexión que marca un antes y un después en este proceso que busca poner fin a las inequidades y promover una participación igualitaria de mujeres y hombres en el desarrollo, fue la IV Conferencia Mundial de la Mujer, celebrada en Beijing en 1995, con delegados de 189 gobiernos y 2.600 ONG.

De allí surgió la Plataforma de Acción, que llama a los gobiernos a actuar sobre áreas que afectan a las mujeres, como pobreza, educación, salud, violencia doméstica, conflictos armados, derechos humanos, medios de comunicación, ambiente, niñas, participación en la economía y en la toma de decisiones políticas.

Estos compromisos serán evaludos en junio del 2000 en "Beijing más Cinco", una Asamblea Extraordinaria de las Naciones Unidas que se realizará en Nueva York, y hacia esa cita están caminando las distintas organizaciones de mujeres con sus heterogéneos balances regionales bajo el brazo.

Noeleen Heyzer, directora del Fondo de Naciones Unidas para el Desarrollo de la Mujer (Unifem), destacó en diálogo con IPS los logros alcanzados en los últimos años junto a la persistencia de problemas graves. Pero valoró la tarea del movimiento de mujeres que dan vida a los compromisos firmados en el papel.

"Las mujeres han logrado avances significativos y creo que estamos ante un milenio más ilustrado en términos de equidad de género", afirmó.

"Los gobiernos tienen más voluntad que nunca para desarrollar programas que promuevan avances para las mujeres y hay 32 países que crearon sistemas de cuotas para fomentar su participación política", añadió.

Heyzer celebró también que 165 países hayan ratificado ya la Convención sobre la Eliminación de todo tipo de Discriminación contra la Mujer y que se hiciera un gran esfuerzo internacional para poner fin a la violencia doméstica, reformando leyes y cambiando las costumbres en todas las regiones.

Sin embargo, lamentó que la globalización amenace la seguridad económica de las mujeres, el sida siga haciendo estragos entre ellas cuando se está logrando controlar la epidemia en países industrializados y persista y se incremente la explotación sexual infantil, el secuestro de niñas y el matrimonio a la fuerza.

Junto al aumento de la presencia femenina en cargos públicos, todavía hay países en los que se justifica el asesinato de una mujer acusada de cometer adulterio, otros en los que se promueve la quema de viudas en la pira funeraria de sus esposos muertos o se les exige la dote.

Según la directora de Unifem, el factor que mejor contribuyó a lograr avances en las distintas regiones es el "activismo valiente y vibrante de las redes de mujeres" y vaticinó que en la medida en que tengan más acceso a la tecnología de las comunicaciones, crearán lazos que antes no habían sido posibles.

Heyzer celebró el hecho de que estas mujeres estén encontrando la forma de traducir en "acciones locales concretas y efectivas el fuerte consenso global que se alcanzó en Beijing" y remarcó que ese es el principal desafío de quienes trabajan en ese campo: "lograr que nuestras palabras se traduzcan en acciones".

Parte de esos logros los recoge el Fnuap en su balance de los últimos 30 años. En ese informe destaca que entre 1969 y 1999 en Asia, Africa y América latina se redujo de seis a menos de tres el número de hijos por mujer gracias a su mejor acceso a los servicios de planificación familiar y a métodos anticonceptivos.

Pero el estudio indica que en el mundo hay 350 millones de mujeres que aún no tienen acceso a anticonceptivos seguros y en los países en desarrollo se estima que se producen unos 20 millones de abortos al año, de los cuales 70.000 terminan con la muerte de la mujer por falta de asepsia durante la práctica.

En América latina, el método anticonceptivo por excelencia es la esterilización, que muchas veces se hace sin el consentimiento de las mujeres, según denunció el Centro Latinoamericano de Salud y Mujer. El cuarto "método" para evitar el embarazo es el aborto, que no es legal en la mayoría de los países de la región. (sigue/2-E

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