Panamá asumió hoy el control de la base de Howard y las áreas de Farfán y Kobee, integradas al complejo militar de Estados Unidos en la zona del canal interoceánico, después de casi 100 años de luchas y negociaciones.
Representantes del gobierno, figuras políticas y organizaciones populares coincidieron en afirmar que la entrega de la base a la presidenta Mireya Moscoso marcó el fin de un gran enclave estratégico estadounidense.
Moscoso, quien recibió las llaves de la base de manos del coronel estadounidense Roger Corbin, enfatizó que la ceremonia de traspaso "representa un eslabón más en la cadena de acontecimientos trascendentales que garantizan la reafirmación" de la "independencia y soberanía total" de Panamá.
"Los panameños nos abocamos a una nueva era, con responsabilidades y deberes, que tenemos que afrontar con una visión de cambio, que procure el mayor respeto a las reglas de la democracia", recalcó la mandataria.
La construcción del canal entre el océano Atlántico y el océano Pacifico fue iniciada el 1 de enero de 1880 por una firma francesa. Desde 1902 la obra estuvo a cargo de Estados Unidos, que obtuvo en 1903 autoridad plena sobre una franja interoceánica de 16 kilómetros de ancho y las aguas adyacentes a sus extremos.
La concesión de esa área a Washington fue responsabilidad de un gobierno panameño instalado con apoyo militar estadounidense. El Canal se inauguró en forma oficial el 15 de agosto de 1914
La devolución a Panamá de la franja canalera, incluyendo sus instalaciones militares, fue prevista en los tratados suscritos en Washington el 7 de septiembre de 1977 por el entonces jefe de gobierno panameño, general Omar Torrijos, y el entonces presidente de Estados Unidos, James Carter.
El panameño Nicolás Ardito Barletta, administrador de la Autoridad de la Región Interoceánica (ARI), señaló que la entrega del lunes fue una de las etapas más significativas en la gradual transferencia de la zona a Panamá, que culminará un minuto antes de la medianoche del 31 de diciembre de 1999.
Ardito Barletta afirmó que Howard, un complejo urbanizado de más de 1.500 hectáreas, se proyectará en el contexto internacional al convertirse en escenario de proyectos civiles que potenciarán su valor económico, vinculado con la vocación de tránsito de Panamá.
No obstante, en la ceremonia, que contó con la participación de representantes diplomáticos y ministros de Estado, estuvo ausente Ardito Barletta, lo cual generó diversas especulaciones relacionadas con el proceso de transferencia.
La base integró la División Aérea Sur de Estados Unidos, cuyos objetivos eran la defensa de la vía marítima, el desarrollo de vínculos de cooperación con las fuerzas aéreas de los países de la región, la realización de operaciones de rescate y el entrenamiento de pilotos.
Sus pistas fueron utilizadas por grandes aviones como los Hércules C-130 y Awacs, por helicópteros y por otras aeronaves que sirvieron de apoyo táctico a la desmantelada Brigada 193 de Infantería, la cual albergó hasta 1984 a la llamada Escuela de las Américas.
En la Escuela de las Américas recibieron instrucción centenares de militares latinoamericanos. Grupos defensores de los derechos humanos acusan a esa institución de haber adoctrinado a muchos responsables de golpes de Estado en sus países y de brindar entrenamiento para torturar.
En las instalaciones de la base funcionó también, durante varios años, la Secretaría Permanente del Sistema de Cooperación Aérea de las Fuerzas Aéreas Interamericanas.
Desde el lunes, sólo la bandera tricolor panameña ondeará en esa parte del territorio, sobre el cual crece el interés de grupos de inversionistas.
Portavoces de la ARI confirmaron que cinco compañías internacionales con base en Estados Unidos y Europa han expresado su interés en el aprovechamiento de Howard, Kobee y Farfán, el cual será conferido mediante licitación pública.
El sociólogo Raúl Leis, presidente de la Junta Directiva del Centro de Estudio y Acción Social Panameño, declaró a IPS que los sectores populares deben insistir en que esas áreas se empleen con criterios sociales.
Leis consideró que el aprovechamiento de la antigua Zona del Canal tiene que dar prioridad a objetivos civiles, sociales y productivos, y criticó a la ARI por "soslayar en sus proyectos la parte social".
Es necesario que el gobierno aplique criterios de transparencia en las concesiones y que distribya el uso de la zona en una forma que equilibre los fines productivos y de desarrollo social.
Expertos en economía previeron que Howard, Kobee y Farfán pueden transformarse en un centro estratégico de las Américas alterno al de Miami, que complementaría el trasiego de carga a través de la vía interoceánica.
En un estudio de la Agencia Japonesa de Cooperación Internacional se estimó que la carga en contenedores en el puerto terminal de Balboa, cercano a las bases militares en el litoral Pacífico, crecerá desde 6.477 toneladas en 1995 a 282.000 en el año 2005 y a 603.000 toneladas en el 2015.
La Junta Directiva del Canal de Panamá reveló que el tránsito de naves de tipo Panamax (las de mayor tamaño que aceptan las esclusas de la vía acuática) aumentó de 3.996 en el período fiscal de 1998 a unas 4.198 en 1999.
Esa cifra representa 31,9 por ciento del total de 13.137 pasajes de barcos entre los dos océanos que se registraron este año.
Rafael Mezquita, quien integró el equipo de asesores económicos de Torrijos, dijo a IPS que la recuperación de Howard, Kobee y Farfán debe conducir a la ejecución de megaproyectos que permitan la creación de riqueza y empleo, para aprovechar plenamente el tránsito por el Canal.
Mezquita recordó que Howard no sólo cuenta con edificios, carreteras y bosques, sino también con el aeropuerto más moderno del país, el cual puede ser aprovechado para establecer un sistema de enlace de cargas aéreas entre América del Norte y América del Sur.
No obstante, puntualizó que las autoridades tendrán que atraer pronto inversiones multimillonarias, ya que el mantenimiento de Howard implica una erogación del orden de los 250.000 dólares al mes.
En 1997, el gobierno del ex presidente Ernesto Pérez Balladares exploró con Estados Unidos la posibilidad de convertir la base en un centro multinacional contra el narcotráfico, pero luego Panamá puso fin a esas conversaciones, para respetar el principio de neutralidad de la vía interoceánica.
Mezquita señaló que haber izado la bandera panameña en Howard no sólo es un acto legítimo de soberanía, sino también un compromiso con el desarrollo neutral y pacífico de la vía interoceánica, que sigue abierta a la navegación mundial en virtud de los tratados firmados por Carter y Torrijos. (FIN/IPS/dc/mp- mj/ip if/99