Un grupo de trabajo de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) concluyó la redacción de una convención internacional que apunta a cortar todas las fuentes legales e ilegales que financian el terrorismo.
La Convención Internacional para la Eliminación de la Financiación del Terrorismo tiene 28 artículos y considera un delito punible el suministro o recolección de fondos con la intención de utilizar el dinero para actos terroristas.
La ONU expresó una "seria preocupación" sobre la disponibilidad de fondos para los grupos terroristas de todo el mundo e identificó específicamente varias fuentes de dinero con ese fin, como los tráficos de armas y drogas y el crimen organizado.
La recolección de fondos también será causal de extradición, ya que un país podrá pedir la extradición de personas acusadas de financiar el terrorismo.
La ONU pedirá a los estados miembros que "prevengan y contrarresten" la financiación de organizaciones terroristas por grupos expatriados o los llamados clubes "de caridad, sociales y culturales" en el extranjero.
Se espera que la convención, cuyo preámbulo señala que la cantidad y gravedad de los actos del terrorismo internacional dependen de la financiación, sea aprobada por la Asamblea General, que tiene 188 miembros, este mes.
El artículo 8 establece que cada estado parte deberá tomar medidas adecuadas, de acuerdo con sus principios legales nacionales, para identificar, detectar y congelar o embargar fondos utilizados o destinados para actos de terrorismo.
Cada estado parte deberá establecer mecanismos por los cuales los fondos derivados de esos procedimientos se utilicen para indemnizar a las víctimas del terrorismo y sus familias.
La convención, que entrará en vigor si es ratificada por 22 países, es el primer instrumento legal multilateral que trata expresamente el tema de la financiación del terrorismo.
Actualmente hay 11 tratados mundiales y cuatro regionales contra el terrorismo, entre ellos la Convención Internacional para la Eliminación de los Ataques Terroristas adoptada por la Asamblea General en diciembre de 1997.
Las convenciones regionales incluyen la Convención Arabe para la Eliminación del Terrorismo, de abril de 1998, y la Convención Europea para la Eliminación del Terrorismo, adoptada en enero de 1997.
La iniciativa para la nueva convención fue tomada por Francia.
Francia fue víctima de un ataque terrorista en 1996, cuando una bomba estalló en un tren de recorrido urbano durante la hora pico, causando la muerte de cuatro personas e hiriendo a más de 80.
Las autoridades francesas culparon al Grupo Islámico Armado de Argelia por la explosión.
Francia también sufrió en 1996 el asesinato por razones políticas de un iraní, un kurdo iraquí y un tamil de Sri Lanka, entre otros.
En el borrador original de 12 páginas de la convención, Francia detalló las actividades que realizaron las organizaciones terroristas para obtener fondos. Según París, esas organizaciones se hacen pasar por instituciones de caridad y culturales.
Francia afirma que parte de la financiación de las organizaciones terroristas del mundo proceden de lavado de dinero, robos, crimen organizado, secuestros y toma de rehenes, estafas, fraudes y desfalcos.
La propuesta del nuevo tratado fue presentada por el presidente de Francia, Jacques Chirac, y posteriormente apoyada por el primer ministro británico Tony Blair.
Blair, cuyo país es víctima de los ataques terroristas del Ejército Republicano Irlandés, dijo que "demasiados países siguen siendo un santuario para los delincuentes".
Sri Lanka, que lucha contra el separatista Tigres por la Liberación de la Patria Tamil (LTTE), es uno de los más firmes defensores de la nueva convención.
En 1997, el Departamento de Estado de Estados Unidos declaró "grupo terrorista" al LTTE y prohibió todas las actividades de obtención de fondos de los expatriados de Sri Lanka en ese país.
El canciller de Sri Lanka, Lakshman Kadirgamar, dijo que aunque el LTTE fue proscrito en Estados Unidos, el gobierno es plenamente consciente de que hay "organizaciones fachada" que recolectan fondos entre los expatriados.
Agregó que hay pruebas verosímiles de que "el LTTE obtiene dinero para sus arcas de guerra a través de una variedad de organizaciones de todo el mundo que se hacen pasar por organismos culturales, sociales, educativos y humanitarios".
El terrorismo, antes más común en las naciones en desarrollo, se extendió a naciones industrializadas como Alemania, España, Estados Unidos, Francia, Gran Bretaña, Grecia, Japón y Rusia, y también a las ex repúblicas soviéticas.
La bomba en el World Trade Center de Nueva York en 1993, la explosión en el aire de un avión de PanAm cuando sobrevolaba Lockerbie, Escocia, en 1988, y la ola de explosiones en Londres e Irlanda del Norte impulsaron a las naciones occidentales a actuar. (FIN/IPS/tra-en/td/mk/at/aq/ip/99