KENIA: Inminente ley de patentes afectaría la salud pública

La organización Médicos sin Fronteras (MSF), que recibió este año el Premio Nobel de la Paz, pidió al gobierno de Kenia que no apruebe un proyecto de ley basado en normas de la Organización Mundial de Comercio (OMC) que podría afectar la salud de millones de kenianos.

La ley se vincula con las patentes de productos farmacéuticos y cumple exigencias contenidas en el acuerdo de la OMC sobre Aspectos Relacionados con el Comercio de los Derechos de Propiedad Intelectual (TRIPS), firmado en 1994 por más de 130 países en Marrakesh.

El TRIPS establece que los países deben conceder patentes exclusivas por un mínimo de 20 años a todas las invenciones, incluyendo entre ellas a los productos farmacéuticos, antes de que otros fabricantes puedan obtener licencias para reproducir el producto.

El acuerdo de la OMC concedió un período de diez años (hasta el 2005) a los países en desarrollo para que revisaran su legislación de patentes de productos farmacéuticos y la adaptaran al TRIPS.

"El deseo de Kenia de incorporar con rapidez las normas del parece deberse a la ignorancia sobre sus consecuencias. Los intereses del país estarían mejor protegidos si cuestionara al TRIPS", señaló MSF, una organización humanitaria francesa, que urgió al gobierno del presidente Daniel Arap Moi a revisar su posición.

La organización señaló que el proyecto podría amenazar la salud de 30 millones de kenianos porque daría poder a compañías farmacéuticas multinacionales para monopolizar el mercado, y esto haría imposible adquirir medicamentos a bajo costo durante emergencias sanitarias.

Médicos de MSF dijeron que su personal y pacientes en muchos países en desarrollo ya tienen dificultades para disponer de algunos medicamentos cuyas patentes exclusivas han sido otorgadas a firmas multinacionales.

En Nairobi, pacientes de sida que buscan atención médica reciben el consejo de volver a sus casas para morir, porque el tratamiento de la meningitis vinculada con esa enfermedad es demasiado costoso. La mayoría de los kenianos ganan un dólar por día, y el precio de los fármacos está fuera de su alcance.

Christopher Ouma, un médico de MSF, señaló que los medicamentos empleados contra el virus de inmunodeficiencia humana (VIH, que causa el sida) están disponibles en países desarrollados y son innaccesibes en las naciones africanas, que son las que más los necesitan.

"La infección con VIH se considera una enfermedad crónica controlable en Estados Unidos y Europa, pero en Africa significa una sentencia de muerte", añadió.

Una dosis diaria de Diflucan, una droga producida por la compañía Pfizer para tratar la meningitis vinculada con el VIH, cuesta 14 dólares en Kenia, mientras su genérico manufacturado en Tailandia cuesta el equivalente a 0,70 centavos de dólar.

Las cápsulas de 100 miligramos del AZT, el cual es empleado entre otras cosas para reducir la transmisión del VIH de madre a hijo durante la gravidez o el parto, cuestan 1,5 dólares cada una en Kenia, pero se consiguen en Tailandia por 0,69 centavos de dólar.

La gente está muriendo en Africa por la enfermedad neurológica llamada enfermedad del sueño, porque la producción de un nuevo y eficaz tratamiento contra esa dolencia fue abandonada por sus fabricantes, que no estaban conformes con el retorno de sus inversiones en ese producto, señaló MSF.

"Los médicos no están en condiciones de hacer su trabajo. Los pacientes deben tener acceso a lo esencial, a medicamentos de alta calidad", añadió la organización.

MSF pidió al gobierno de Kenia que aprobara leyes sobre licencias obligatorias e importación paralela de medicamentos antes de que comenzaran las negociaciones de la OMC que se llevarán a cabo esta semana en la ciudad noroccidental estadounidense de Seattle.

Esas negociaciones precederán a la III Conferencia Ministerial de la OMC, que se llevará a cabo entre el 30 de noviembre y el 3 de diciembre.

El régimen de licencias obligatorias obligaría a las compañías multinacionales a permitir que los fabricantes locales produzcan fármacos genéricos a bajo costo, y la importación paralela habilita a un país a adquirir medicamentos de terceros si su precio es menor que el que pide el fabricante.

Robert Lettington, un consejero legal independiente de Nairobi, dijo que el TRIPS se basa en gran medida en la Convención de París de 1883, firmada por países europeos para repartirse los territorios coloniales africanos, y no representa los intereses de las naciones en desarrollo del continente.

"Si las compañías farmacéuticas no están preparadas para ofrecer medicamentos a precios accesibles para la gente en países en desarrollo como Kenia, las naciones africanas deben hacer algo por sí mismas, imponiendo leyes sobre licencias obligatorias", opinó.

"La idea rectora de la OMC es promover un comercio justo y libre, pero todo el sistema de TRIPS es restrictivo y monopolista", señaló.

Los activistas temen que Kenia sufra presiones del gobierno estadounidense y de la industria farmacéutica multinacional como las que se ejercieron sobre Sudáfrica y Tailandia, que intentaron aprobar normas sobre licencias obligatorias pero fueron obligadas a abandonar la iniciativa.

"La delegación keniana en Seattle debe actuar con fuerza y decisión. Lo que se pide es la humanización de la ley de comercio y un campo de juego nivelado", dijo Lettington.

Sam Ochieng, de la Organización de Consumidores de Kenia, apuntó que es probable que la delegación en Seattle sólo esté interesada en atraer más inversiones extranjeras, y no en proteger los intereses de los consumidores.

"La posición keniana sobre la cuestión del acceso a los fármacos no es muy clara. Los problemas vinculados con la salud no han sido bien integrados en su agenda. Todo lo que vemos es demasiada charla sobre derechos comerciales", acotó.

El problema de los medicamentos no es el único que causa controversias.

Un número significativo de organizaciones de activistas cuestionan por lo menos cinco áreas en el proyecto de ley que consideran contradictorias con otros acuerdos internacionales.

Entre ellos señalan normas de la Organización de Agricultura y Alimentación (FAO) de las Naciones Unidas y la Convención sobre Biodiversidad, que concede derechos a las comunidades locales para manejar sus recursos y materiales genéticos como las semillas.

Los representantes de Africa en la OMC y cierto número de países de Asia y América Latina propusieron que se excluya de la lista de productos patentables a los organismos vivientes y sus componentes y a los medicamentos considerados esenciales por la Organización Mundial de la Salud.

Esas demandas ya han sido rechazadas por la Unión Europea (UE) y Estados Unidos durante negociaciones entre bambalinas, afirmó la Fundación Gaia, una organización no gubernamental con sede en Londres.

"Tanto la UE como Estados Unidos defienden el predominio de los intereses comerciales sobre otros acuerdos internacionales", dijo a IPS Tanya Green, de la Fundación Gaia. (FIN/IPS/tra- en/ja/mn/ego/mp/he if ip/99)

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