IBEROAMERICA: España apoya negocios pero marca distancia con Cuba

El presidente del gobierno de España, José María Aznar, apoyó a la cadena hotelera Sol Meliá en su litigio con Estados Unidos por la Ley Helms-Burton, pero marcó su distancia con Cuba al reunirse hoy con miembros de la oposición.

Aznar llegó a La Habana la noche del domingo junto a los reyes de España, Juan Carlos y Sofía, para participar este lunes y martes en la IX Cumbre Iberoamericana, en momentos en que autoridades cubanas consideran "muy buenas" las relaciones bilaterales.

Como fue anunciado de antemano, el presidente del gobierno español se alojó en el hotel Meliá Habana, una propiedad cubana administrada por la cadena española Sol Meliá, la cual afronta posibles sanciones por traficar con antiguas propiedades estadounidenses en la isla.

La Ley Helms-Burton establece sanciones extraterritoriales a las firmas de otros países que realicen este tipo de operaciones.

El gesto, bien recibido por La Habana, coincidió, sin embargo, con el cumplimiento de la voluntad de Aznar de reunirse con representantes de la oposición al gobierno de Fidel Castro.

Tras un paseo por las calles del centro histórico habanero, el rey Juan Carlos se reunió con el arzobispo de La Habana, cardenal Jaime Ortega, en tanto Aznar recibió a familiares de presos políticos y a un grupo de disidentes en la embajada de España.

La reunión sucedió a las reuniones que tuvieron con dirigentes opositores, el domingo, el presidente de portugal, Jorge Sampaio, los cancilleres de México, Rosario Green, y de Nicaragua, Eduardo Montealegre, y funcionarios consulares de Costa Rica.

"Es histórico, nunca antes tantos líderes extranjeros se han reunido con nosotros", dijo Elizardo Sánchez, presidente de la ilegal Comisión de Derechos Humanos y Reconciliación Nacional, al término del encuentro de 50 minutos con Aznar.

Aznar se reunió, además, con los opositores Héctor Palacios, Osvaldo Payá, Gustavo Arcos y el poeta y periodista independiente Raúl Rivero, todos considerados por el gobierno de Castro "marionetas" de Washington.

Recibió también a familiares de Marta Beatriz Roque, Vladimiro Roca, René Gómez y Félix Bonne, miembros del Grupo de Trabajo de la Disidencia Interna, juzgados a inicios de este año por el delito de sedición.

La libertad del Grupo de los Cuatro ha sido solicitada a Castro por el Vaticano, el primer ministro de Canadá, Jean Chrétien, y representantes del gobierno español que han visitado la isla este año, entre otras personalidades.

Los cuatro disidentes elaboraron y distribuyeron fuera de Cuba el texto "La Patria es de Todos", una fuerte crítica al documento central del quinto congreso del gobernante Partido Comunista de Cuba, realizado en octubre de 1997.

Magali de Armas, esposa del opositor Vladimiro Roca, aseguró que durante el encuentro de 15 minutos con Aznar recibió la promesa del presidente español de que tendría "todo su apoyo" y de que haría "todo lo posible para liberar" a los encarcelados.

"En la medida de nuestras posibilidades, espero y deseo que dentro de poco no estén en prisión", dijo Aznar a la prensa en la embajada española.

"Se han encontrado, ¿y?", fue la escueta reacción del portavoz de la cancillería cubana, Alejandro González, este lunes a insistentes preguntas de un periodista sobre la reunión del presidente del gobierno español con representantes de la disidencia.

Cuba anunció este mes que los 18 jefes de Estado y de Gobierno de América Latina, España y Portugal asistentes a la IX Cumbre tendrían plena libertad de movimiento y podrían reunirse con quien quisieran, aunque no fuera del agrado del gobierno de Castro.

González afirmó el domingo que el gobierno cubano no tiene "ningún tipo de preocupación" en relación con las actividades que desarrollaran en La Habana el rey y el presidente del gobierno español.

La Habana y Madrid congelaron sus relaciones en los primeros años del gobierno de Aznar, tras declaraciones a la prensa del diplomático José Coderch, quien esperaba el beneplácito cubano para asumir el cargo de embajador en Cuba.

Coderch afirmó a la prensa que las puertas de la Embajada de España en La Habana estarían abiertas "de par en par" a la oposición política al gobierno de Castro, palabras que estuvieron a punto de crear una crisis migratoria.

La situación pareció volver a la normalidad durante la VIII Cumbre Iberoamericana, celebrada en octubre pasado en Oporto, Portugal, cuando, tras sendas reuniones con Aznar y el rey Juan Carlos, Castro afirmó que las relaciones habían mejorada "muchísimo".

De Oporto el presidente cubano viajó a España, donde realizó su primera visita al Palacio de la Moncloa, sede de la presidencia del gobierno, y dejó abierto el camino para reanudar las negociaciones de una visita de los reyes españoles a La Habana, prevista para antes de la IX Cumbre.

Sin embargo, la visita no se ha realizado aún. Según la prensa del país europeo, el rey Juan Carlos tendría deseos de visitar la isla, pero no cuenta con el visto bueno del gobierno de Aznar.

Observadores locales estimaron que, con su presencia en La Habana, Aznar "mata tres pájaros de un tiro": mantiene el interés de España por el éxito del foro iberoamericano, apoya los negocios del empresariado español en la isla y, al mismo tiempo, deja clara su distancia con el sistema político cubano.

Las inversiones españolas en Cuba ascienden a unos 200 millones de dólares, involucradas en 72 empresas de las 370 asociaciones mixtas existentes en la isla.

España es el segundo inversor extranjero en América Latina y el primero en Cuba por la cantidad de los proyectos. Por el monto de capitales, Canadá ocupa el primer lugar.

La isla es el cuarto país latinoamericano receptor de exportaciones españolas, después de México, Brasil y Argentina. (FIN/IPS/da/mj/ip hd/99

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