ELECCIONES-URUGUAY: Acuerdos difíciles entre Batlle e izquierda

El liberal Jorge Batlle, presidente electo de Uruguay, y su rival, Tabaré Vázquez, del izquierdista Encuentro Progresista-Frente Amplio (EP-FA), buscarán acuerdos parlamentarios, pero sus diferencias conceptuales los harán difíciles.

"Es muy clara nuestra vocación de diálogo y de ayuda a las soluciones que del país", pero "no podemos desconocer que tenemos dos concepciones diferentes", dijo este lunes el candidado a la vicepresidencia del EP-FA, Rodolfo Nin Novoa, con los resultados de las elecciones del domingo a la vista.

Nin Novoa recordó que tanto Batlle, del gobernante Partido Colorado, como el ex presidente Luis Alberto Lacalle, del Partido Nacional, que apoyó al hoy presidente electo en la segunda vuelta, tienen "una orientación de carácter más neoliberal que no condice con la nuestra".

Por eso, añadió, "será dificil encontrar entendimientos y soluciones".

Batlle y Vázquez se reunirán la semaña próxima. Fuentes cercanas al presidente electo dijeron a IPS que su intención es comenzar a trabajar en diciembre sobre planes concretos hacia el futuro.

El EP-FA tendrá la mayor bancada parlamentaria, según el resultado de la primera vuelta electoral, cumplida el 31 de octubre. En esa ocasión, la coalición izquierdista logró 40 de los 99 diputados y 12 de los 31 senadores.

En la segunda vuelta electoral cumplida el domingo, Batlle logró 51,5 por ciento de los votos y su rival Vázquez, 44 por ciento, según el cómputo primario del Ministerio del Interior, conocido este lunes. Ningún analista político pronosticó una diferencia de tal magnitud.

El presidente Julio María Sanguinetti dijo este lunes a una emisora radial que en la elección se plebiscitaron "valores, principios e ideas políticas", y que el resultado fue "muy importante" para la actual coalición de gobierno compuesto por colorados y nacionalistas.

Ese respaldo, sostuvo, se produjo pese a su gobierno está bajo el efecto de una fuerte crisis desde el segundo semestre de 1998, derivada, básicamente, de la caída de los precios agrícolas y agroindustiales y de la recesión asiática, que repercutieron en Argentina y en Brasil, principales socios comerciales de Uruguay.

El mandatario recordó que desde 1985, cuando asumió su primer presidencia, colorados y nacionalistas han realizado acuerdos para gobernar, los cuales se repetirán, en el marco de una "gran república de centro que se vive en el mundo contemporáneo".

Sanguinetti expresó su deseo de que esos acuerdos con el Partido Nacional "vayan más allá de la coalición de gobierno", aunque recordó que en 1995, antes de asumir su segunda presidencia, convocó a todos los partidos para discutir varios asuntos.

"Finalmente no hubo una coincidencia" con la izquierda "porque su visión general rechinó en las soluciones particulares", y hubo acuerdo entre colorados y nacionalistas "que no fue un acuerdo de trastienda" sino público.

Para llegar a ese resultado, Batlle contó con los votos nacionalistas, con quienes formalizó antes de la segunda vuelta electoral varios acuerdos sobre proyectos de ley.

Tras la derrota, Vázquez dialogó telefónicamente con Batlle y se mostró dispuesto a limar asperezas.

"El éxito de Batlle en el gobierno nacional será en beneficio de todo el pueblo. Nos encontrará dispuestos a dialogar e intercambiar opiniones y trabajar para mejorar la calidad de vida de los uruguayos", dijo el líder del EP-FA luego de admitir la derrota de su partido.

Con similar intención, Batlle dijo que buscará gobernar con el apoyo de "ciudadanos de todas las colectividades" para segurar "tolerancia, respeto, armonía y paz".

Con 40 por ciento de los legisladores, el EP-FA podrá interpelar a ministros sin apelar a votos ajenos, aunque no censurarlos.

"Tenemos esa capacidad y la haremos valer, depende de cómo la coalición que ganó use el gobierno", señaló Nin Novoa.

La coalición colorado-nacionalista no tiene votos suficientes en el parlamento para designar directores de las empresas del estado, de la Suprema Corte de Justicia, del Tribunal de Cuentas y de la Corte Electoral, entre otros organismos.

Los economistas Danilo Astori y Alberto Couriel, asesores económicos de Vázquez, se mostraron dispuestos a discutir con el gobierno sus propuestas, especialmente las que permitan encontrar una respuesta a los problemas de la pobreza y el desempleo.

El senador electo Alejandro Atchugarry, uno de los principales asistentes de Batlle, destacó la disposición de su partido a impulsar un diálogo amplio con el EP-FA.

"Obtuvieron una votación muy imporatante y debemos respetar a ese conjunto de uruguayos. Primero tenemos que llevar adelante el acuerdo con el Partido Nacional y expandirlo" luego hacia el socialdemócrata Nuevo Espacio y hacia el EP-FA, dijo.

Atchugarry consideró que la base serán los "acuerdos legislativos" que se conviertan en "políticas de Estado" con la coincidencia de todos los partidos.

El legislador estimó que esos acuerdos podrían concretarse en asuntos educativos, laborales, de política exterior y en otras cuestiones que le otorguen al futuro gobierno "una estabilidad mayor".

En aquellos puntos en los que no haya acuerdo, "seguiremos la clara decisión de los ciudadanos" que en la elección le dieron su respaldo mayoritario a Batlle.

La fuerza del "mandato" de los electores a Batlle estará marcando el rumbo de las conversaciones con los otros partidos, y en particular con el EP-FA, opinó el vicepresidente Hugo Fernández Faingold.

Pese a que reconoció las diferencias ideológicas entre el gobierno electo y la izquierda, Fernández Faingold dijo que el último tramo de la campaña, el EP-FA, en busca de votos, se acercó a su rival "circulando por el centro". (FIN/IPS/rr/mj/ip/99

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