CUBA: EEUU intenta sabotear cumbre en La Habana, asegura Castro

El presidente de Cuba, Fidel Castro, acusó hoy a la Oficina de Intereses de Estados Unidos en la isla de intentar sabotear la Cumbre Iberoamericana que se celebrará este mes en esta capital y de alentar a "grupúsculos contrarrevolucionarios".

"Los intentos de sabotear la Cumbre vienen desde hace meses", afirmó el mandatario cubano durante una comparecencia televisiva de unas cuatro horas, que se prolongó hasta la madrugada de este martes.

Mencionó en ese sentido que el funcionario del Departamento de Estado estadounidense Charles Shapiro instó a representantes de la oposición ilegal a realizar una reunión paralela a la Cumbre Iberoamericana que se celebrará los días 15 y 16.

El gobernante cubano aseguró que Shapiro recomendó apelar para ese encuentro a José Miguel Vivanco, de la organización de derechos humanos Human Rights Watch, que este año difundió un duro informe sobre la situación de los derechos humanos en Cuba.

En ese encuentro con Shapiro participaron, entre otros activistas, Elizardo Sánchez, presidente de la Comisión de Derechos Humanos y Reconciliación Nacional, y Osvaldo Payá, del Partido Demócrata Cristiano, ambos grupos ilegales, según dijo el mandatario.

Entre los esfuerzos por desestabilizar el desarrollo de la cumbre iberoamericana, Catro mencionó también esfuerzos por crear un bloque opositor que incluya al arzobispo de Santiago de Cuba, Pedro Meurice, para reunirse con mandatarios que acudan a La Habana en noviembre.

"Hemos comprobado ya gestiones de Elizardo Sánchez con distintas embajadas", dijo el gobernante cubano, quien añadió que la idea es "presionar aquí y allá a personalidades" que asistan a la Cumbre para que se reúnan con sectores de oposición.

El gobierno no reconoce la existencia de opositores, a quienes califica de "grupúsculos" al servicio de Estados Unidos.

El obispo de Santiago de Cuba, 967 kilómetros al este de La Habana, pronunció una homilía crítica y diferente al tono moderado del resto de la jerarquía eclesiástica durante la visita del papa Juan Pablo II a la isla en enero de 1998.

Castro matizó sus acusaciones ante las cámaras con la lectura de despachos cablegráficos e informes detallados sobre contactos de funcionarios de la representación de Washington en La Habana con "cabecillas contrarrevolucionarios".

Para medios diplomáticos, sus palabras llevan no sólo el declarado propósito de denunciar una "campaña contra Cuba" de sectores de derecha de Estados Unidos y de la comunidad cubana en ese país, sino también el mensaje de que acá "nada sucede sin que se sepa".

Cuba y Estados Unidos carecen de relaciones diplomáticas, pero desde mayo de 1977 mantienen oficinas de intereses en sus respectivas capitales, encargadas de asuntos consulares y migratorios, entre otros.

El gobernante acusó a Michael Kosak, hasta ese momento jefe de la Oficina de Intereses, de haber arengado a "seis cabecillas y 33 elementos contrarrevolucionarios" cual "mariscal de campo" a sus "tropas", durante una recepción de despedida el pasado 16 de julio.

Castro leyó la lista de participantes en esa reunión realizada en la residencia del jefe de la Oficina de Intereses, a la cual asistieron además 16 corresponsales extranjeros, que enumeró por el nombre de sus medios.

Kosak fue sustituido a mediados de este año por Vicky Huddleson, a quien "no se declarará persona non grata".

"Es bueno que el pueblo sepa que ellos no están sólo para dar visa, sino para dar guerra, conspirar", afirmó el presidente cubano.

De acuerdo a Castro, la oficina estadounidense en La Habana, que tiene "casi tantos empleados como la embajada soviética en sus mejores tiempos", también obstaculizó e intentó reducir al mínimo el programa del gobernador de Illinois, George Ryan, durante su visita de cinco días a la isla, la pasada semana.

A su juicio, el viaje de Ryan, a quien caracterizó como un hombre de carácter firme y con influencia en el Partido Republicano, "desató la histeria reaccionaria" contra la isla, que ha logrado avances en su economía y política exterior.

Castro acusó nuevamente a la representación de Estados Unidos en La Habana de haber impuesto a Ryan una conversación con miembros de la oposición. "Tengo entendido que la reunión se hizo con acuerdo de él, aunque prácticamente lo obligaron", dijo.

En opinión del gobernante cubano, la Oficina de Intereses viene manteniendo desde hace tiempo la política de sabotear toda visita y presionar a los visitantes para que hagan contacto con sectores disidentes.

La IX Cumbre Iberoamericana debe reunir en la capital de Cuba los días 15 y 16 a los jefes de Estado y de gobierno de España, Portugal y 19 países latinoamericanos o sus representantes. (FIN/IPS/pg/mj/ip hd/99

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