Los 37 países que carecen de recursos para pagar una representación permanente en Ginebra, sede de la OMC, se organizaron para presentar sus propuestas en la reunión de ministros del foro comercial mundial que se celebrará a fines de mes en Seattle, Estados Unidos.
El embajador de Namibia en Bruselas, Z. J. Ngavirue, dijo que esos países podrán efectuar su aporte a la declaración de los ministros que se reunirán entre el 30 de este mes y el 3 de diciembre para determinar el futuro del sistema multilateral de comercio y la probable convocatoria de una nueva ronda de negociaciones.
Ngavirue, junto con delegados de los otros 36 países, participó en Ginebra de una reunión informativa convocada por la OMC (Organización Mundial de Comercio) y financiada por Gran Bretaña, Noruega y Suiza.
Namibia no tiene representación en Ginebra, como tampoco Andorra, Antigua y Barbuda, Armenia, Belice, Benin, Botswana, Burkina Faso, Camboya, Chad, Dominica, Gambia, Granada, Guinea- Bissau, Guyana, Islas Salomón, Laos, Macao, Malawi, Maldivas y Malí.
La lista incluye tambiém a Níger, Papúa-Nueva Guinea, República Centroafricana, Fiji, San Cristóbal y Nevis, Samoa, San Vicente y Granadinas, Santa Lucía, Seychelles, Sierra Leona, Suriname, Swazilandia, Togo, Tonga, Uzbekistán y Vanuatu.
Para esos países, abrir una misión diplomática ante la OMC en Ginebra significaría disponer de un presupuesto anual que puede elevarse a un millón de dólares, estimó el ex negociador comercial de Jamaica, embajador Anthony Hill.
Pero ese monto apenas cubriría los gastos de una representación mínima dedicada solo a cubrir las actividades de la OMC y sin atender a más de una decena de agencias internacionales del sistema de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) con sede en esta ciudad suiza, agregó Hill.
Para muchos países, un millón de dólares es una parte significativas de sus recursos públicos. Ese monto equivale a más de dos por ciento del presupuesto de la educación estatal en Laos, tres por ciento en Belice y 10 por ciento en Vanuatu.
Esos antecedentes han conspirado contra la universalidad que la OMC pretende ostentar como institución responsable de la expansión y la aplicación de las normas multilaterales que consagran la liberalización del comercio en todo el mundo.
Los países que carecen de recursos para mantener oficinas permanentes en Ginebra suman 37, de los cuales 28 son miembros de la OMC y los restantes nueve tienen rango de observadores.
Razones éticas impiden dejar de lado a esos países, incapaces de seguir el desarrollo del debate en la OMC y a menudo sin noción siquiera de a quién acudir por asesoramiento para defender sus intereses, dijo Rubens Ricupero, secretario general de la Conferencia de la ONU sobre Comercio y Desarrollo (UNCTAD).
La situación se agravó en estas últimas semanas debido a que esos países han estado ausentes de las discusiones que se desarrollan en Ginebra en el marco de los preparativos de conferencia ministerial de la OMC en en Seattle.
El nuevo director general de la OMC, Mike Moore, que asumió en septiembre, invitó a los 37 países a una reunión en Ginebra para que participaran en los preparativos y recibieran información sobre la asistencia técnica que pueden otorgar la OMC y otras organizacioens internacionales.
Moore aseguró al concluir la reunión este viernes que a Seattle concurrirán entre 30 y 40 ministros de países que nunca han participado en conferencias ministeriales del sistema multilateral de comercio.
Hill, encargado de organizar la reunión de los 37 países en Ginebra, dijo que Moore se había comprometido ante la conferencia ministerial del Grupo de los 77, que nuclea a las naciones en desarrollo, a favorecer la incorporación al sistema multilateral de los países menos adelantados y sin recursos.
Durante las sesiones de información, los representantes de los 37 países demandaron en especial asistencia técnica.
El secretario general del Ministerio de Industria y Comercio de Malí, Harouna Niang, expuso el caso de los países en desarrollo sin capacidad exportadora que reciben el anuncio de la apertura de los mercados para sus productos.
En esos casos, la asistencia técnica debe seguir inmediatamente a la decisión de la apertura de los mercados, observó.
Edwin Laurent, embajador de Santa Lucía en Bruselas, mencionó al respecto los problemas de escala de las economías de los países menos avanzados.
Suazilanda, por ejemplo, dispone de una capacidad exportadora de carne bovina de 500 toneladas anuales, pero ese volumen queda en inferioridad de condiciones de presentación y comercialización respecto de otros países pecuarios que pueden efectuar grandes embarques.
Lo mismo ocurre con el banano de Dominica, país caribeño que solo puede exportar 43.000 toneladas anuales del fruto, mientras Ecuador coloca en los mercados externos, durante el mismo período, unos cuatro millones de toneladas, afirmó Laurent.
Algunos países en desarrollo, como también gran parte de los menos adelantados, afrontan desventajas estructurales muy severas, explicó Laurent, inclusive en comparación con otras naciones del Sur.
El diplomático caribeño comentó delante de Moore que en esa región existían sospechas contra la OMC y que los países de esa zona no se sentían dueños de la organización. El sistema multilateral no ha reconocido los problemas de los países pequeños, que afrontan serias desventajas.
En toda la historia de la OMC y de las anteriores rondas multilaterales de comercio, nunca se escucharon esas inquietudes, sostuvo Laurent.
Pero el representante de Santa Lucía observó que después de la reunión de esta semana se produce un cambio porque por primera vez "hacemos propuestas para que sean incorporadas a la declaración" de la conferencia ministerial.
Y por primera vez, insistió, la OMC es "una organización completamente universal en lugar de un club", como se definía críticamente al grupo de países que intervenía en las anteriores negociaciones multilaterales. (FIN/IPS/pc/mj/if/99