El Encuentro Continental por la Vida y la Paz en Colombia, presidido por el juez español Baltasar Garzón y con la presencia de 150 delegados de América y España, rechazaron en la capital de Ecuador una eventual intervención de Estados Unidos en la guerra civil.
La reunión se realizó el jueves y viernes en Quito, organizado por más de 100 fundaciones, instituciones académicas y organizaciones no gubernamentales ecuatorianas.
Garzón, que dirige la Fundación de Artistas e Intelectuales de España por los Indígenas de Iberoamérica, se mostró preocupado por una posible regionalización del conflicto.
«La paz en Colombia es un reto que debe comprometer a todos los defensores de los derechos humanos de Iberoamérica, porque una regionalización de ese conflicto puede traer consecuencias lamentables para todos los países de la zona», aseguró Grazón.
Garzón integró un mes atrás una misión del Observatorio Internacional de Defensores de los Derechos Humanos para Colombia, conformada por la Organización de las Naciones Unidas.
El juez explicó que la misión se encargó de verificar y denunciar en el lugar las masacres que sufre la población civil y la violación constante de los derechos de nativos colombianos a manos de todas las partes involucradas en el conflicto.
«Constatamos que los indígenas viven un peligro pemanente en varias zonas y que sus comunidades no cuentan con ninguna protección, lo que permite que sean masacrados por no plegarse a la guerra y que sus territorios sean invadidos», señaló Garzón.
Los participantes del Encuentro reflexionaron sobre el impacto de la regionalización del conflicto, advirtieron los peligros de una intervención militar en Colombia y la región, y concretaron algunas líneas de acción continental en apoyo a la sociedad civil colombiana y la paz en ese país.
«La paz es un camino en constante construcción en el que todos los habitantes de Iberoamérica podemos aportar», señaló Garzón.
También enfatizó en la necesidad de rescatar los esfuerzos de paz de la sociedad civil colombiana, que a veces son opacados por la violencia.
«Las colombianas y colombianos han realizado múltiples esfuerzos por alcanzar la paz, pero generalmente solo se difunden los hechos que surgen de la guerra», dijo.
La actriz cinematográfica mexicana Ofelia Medina, actual coordinadora del proyecto SOS Chiapas en apoyo a los indígenas del sureste mexicano, señaló que la intervención de estadounidense en Colombia podría llevar la violencia de algunos lugares a todo el territorio del país.
«Una escalada de Estados Unidos no le garantiza la victoria como no ocurrió en Vietnam, pero sí garantiza, como en aquel caso, la destrucción del país», argumentó Medina.
Esa posición fue respaldada por el periodista y analista político colombiano Antonio Caballero.
«Si el presidente Pastrana quiere evitar esa anunciada catástrofe no puede pedir ayuda al gobierno de Estados Unidos, sino rechazarla», dijo Caballero.
Gloria Cuartas, ex alcaldesa de Apartadó y Consejera para Asuntos de la Mujer de la Unesco, contó su experiencia al frente de un municipio ubicado en zona de guerra y el drama de cientos de gobernantes locales que deben huir para no ser asesinados.
«Ya quedan pocas personas que aceptan dirigir municipios en zonas conflictivas porque en cualquier momento son secuentradas o desaparecidas», aseguró Cuartas.
La ex alcaldesa pidió a todos los presentes que presionen para que sus gobiernos no sean neutrales, se jueguen activamente por la paz y no acepten la intevención de otros países en el conflicto.
«Es importante que los gobiernos se contagien de la solidaridad de los pueblos. Vivimos un momento en que ser neutral frente a la guerra en mi país es tomar partido por ella, es aceptar las cosas como están, y eso no puedo ocurrir», aseguró Cuartas.
La ex alcaldesa también dijo que el drama de los desplazados es similar al de Kosovo pero no ha tenido la misma repercusión internacional.
La reunión terminó con una proclama en la que se exhorta al gobierno colombiano, militares, paramilitares y guerrilleros a respetar a la población civil y hacer todos los esfuerzos para «terminar con un violencia absurda». (FIN/IPS/kl/mj/ip/99
