/Ciudades de América Latina/ PERU: Organización comunal en prevención de desastres naturales

Los habitantes de Arequipa, la segunda ciudad más poblada de Perú, miran estos días con inquietud las fumarolas del vecino volcán El Misti, que parece haber entrado en amenazante reactivación.

El temor de los arequipeños se incrementó luego de erupción del Chuschi, volcán que el 1 de noviembre destruyó la aldea del mismo nombre, a unos 300 kilómetros de distancia, y la declaración de alerta naranja en Quito, amenazada por el volcán Guagua Pichincha.

La probable reactivación de El Misti, cuyo perfil emblemático pauta el paisaje de Arequipa, se incorporó a la agenda de la próxima reunión mensual del Sistema de Defensa Civil de esta ciudad, del que forman parte los comités municipales, como establece la legislación sobre prevención de desastres naturales.

El Sistema de Defensa Civil, que responde a la antigua y trágica experiencia de Perú en desastres naturales, coordina la información científica, el apoyo militar y la participación de la población a través de los comités dirigidos por los concejos municipales.

El Sistema recopila y promueve la investigación desarrollada por entidades científicas oficiales y centros universitarios sobre los fenómenos y circunstancias que pueden provocar desastres naturales.

También coordina la acción de los comités municipales conformados por vecinos, clubes de madres, estudiantes y otras organizaciones sociales para tareas de prevención y que colaboran con las unidades de las Fuerzas Armadas que actúan en acciones de auxilio y rescate.

Este dispositivo ha sido adoptado debido a que Perú está situado en el llamado "cinturón de fuego del Pacífico", una de las zonas sísmicas mas activas del planeta y frecuente escenario de inundaciones, aludes y maremotos.

La mayor parte de la costa oceánica peruana está asentada en la inestable placa de Nazca, mientras en la región montañosa existen 397 volcanes, 80 por ciento de los cuales se concentra en la sierra sur, donde se encuentra Arequipa.

Su ubicación sobre el océano Pacífico convierte a Perú en uno de los primeros lugares en ser afectados por las inundaciones, maremotos, aludes y las sequías que provoca el cíclico fenómeno climático y marino conocido como El Niño.

Los historiadores y arqueólogos sostienen que varias culturas prehispánicas desaparecieron como consecuencia de desastres naturales, debido a que ciudades enteras fueron sepultadas o su población debió emigrar masivamente.

En los tiempos modernos, en 1970, una ciudad entera, Yungay, fue barrida totalmente por un alud provocado por el desborde de una laguna, formada a raíz de un terremoto.

Ese sismo, cuyos efectos destructivos alcanzaron a Lima, situada a 400 kilómetros de distancia, y que costó la vida a 70.000 personas, fue el movimiento telúrico que más daños materiales y humanos provocó en América en el presente siglo,

A su vez, aún no concluye la reconstrucción de Maca, en el cañón del Colca, una pequeña ciudad serrana creada por los colonizadores españoles en el siglo XVIII y destruida por deslizamientos y terremotos en 1991.

La experiencia peruana en la promoción de la participación comunal en prevención de catástrofes naturales fue expuesta en el Quinto Congreso Internacional de Desastres, realizado en septiembre en La Habana.

El representante peruano en esa reunión, Jesús Velarde Zevallos, expuso la experiencia de este país en la organización de comités populares para la prevención.

Estos comités tienen la responsabilidad de identificar y evaluar las amenazas y vulnerabilidades de su zona, elaborar un mapa de riesgos y organizar simulacros en los locales públicos y centros de estudio, al menos una vez al año.

"En los colegios, edificios públicos, hospitales, bancos y edificios de vivienda, las organizaciones populares deben determinar y señalizar las rutas de evacuación y zonas de seguridad en caso de terremotos o incendios", explicó Ricardo Loayza, del municipio de Magdalena, en Lima.

Alexander Kouri, alcalde del Callao, primer puerto de Perú, dirigió el jueves el primer simulacro nocturno de sismo y maremoto en dicha ciudad.

Por más de media hora fueron cortados los servicios de electricidad, agua potable y teléfono, mientras el ulular de las sirenas alertó a la población a tomar las medidas de prevención estudiadas, entre las que figura la rápida evacuación de los distritos de La Punta y Chucuito.

El terremoto simulado fue de 7,5 grados en la escala de Ritcher, que supuestamente había provocado un "tsunami" (marejada) con olas de ocho metros de altura, que cubrirían toda la zona, donde viven alrededor de 10.000 personas.

"En los tres últimos siglos se han producido 49 tsunamis en las costas americanas del océano Pacifico, 21 de las cuales alcanzaron al Callao, el más grave de los cuales ocurrió en 1746, en el que solo quedaron con vida 200 de los 5.000 habitantes que entonces existían", recordó Kouri.

En el centro histórico de Lima, el Concejo Metropolitano, con el apoyo del Colegio de Arquitectos y la universidad nacional de Ingeniería, ha identificado las viviendas ruinosas o vulnerables para recomendar las normas y medidas adecuadas para afirmarlas o desocuparlas.

El primer estudio técnico efectuado indica que en la zona central de la capital peruana existen 18.000 viviendas con riesgo de desplomarse en casos de sismos, por lo cual se recomienda la demolición de 8.504 de ellas, la reconstrucción de 8.719 y la reparación de 864.

En los barrios de esta ciudad donde vive la población con menores recursos, el Sistema de Defensa Civil distribuye, a través de los municipios, recomendaciones técnicas baratas de construcción antisísmica y de reforzamiento de casas ya construidas. (FIN/IPS/al/dm/en/99

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