Ricardo Lagos y Joaquín Lavín, principales candidatos para la elección presidencial del 12 de diciembre en Chile, mantuvieron un tibio debate televisivo, en el que ambos ganaron, según los contradictorios resultados de encuestas telefónicas.
El foro, realizado en la noche del martes en un céntrico hotel de Santiago, fue la primera y tal vez única confrontación entre Lagos, candidato de la gobernante Concertación por la Democracia, y Lavín, abanderado de la derechista Alianza por Chile.
Lagos se impuso a Lavín según un sondeo para el diario La Tercera de la consultora Time Research-Chile, en tanto que una encuesta realizada por el diario El Mercurio dio como triunfador al postulante de la derecha.
Más allá de las encuestas, la opinión predominante este miércoles es que el debate tuvo poco de confrontación, en tanto Lavín eludió definiciones políticas que deberían haber marcado sus divergencias con Lagos.
Los aspectos más conflictivos en relación al debate emanaron de las protestas los candidatos presidenciales de posibilidades menores, que fueron excluídos del foro de la Asociación Nacional de Canales de Televisión (Anatel).
Esta discriminación, señalaron, atropella la libertad de expresión y contribuye a polarizar los comicios entre la gobernante coalición de centroizquierda y la alianza de los dos grandes partidos opositores de derecha.
En el debate, Lagos emplazó a la oposición derechista, a través de Lavín, a que posibilite la aprobación antes de las elecciones de la iniciativa que instituye el plebiscito para reformas constitucionales y otras materias de trascendencia, como el nuevo proyecto de divorcio.
El postulante oficialista se empeñó en poner en evidencia las contradicciones entre el discurso de su adversario y las posiciones de los partidos derechistas que lo apoyan, en temas como la censura, la legislación laboral y las políticas de salud.
El candidato de la derecha insistió en su propuesta de cambio con una visión de futuro, cada vez que Lagos recordó su trayectoria poltica identificada con la dictadura del general Augusto Pinochet (1973-1990).
Ambos candidatos coincidieron en que el ex dictador, arrestado en Londres desde octubre de 1998 y sometido hoy a un juicio de extradicin a España, debe volver a Chile, pero para ser juzgado por violaciones de derechos humanos.
Los dos políticos concordaron asimismo en que se debe diferir para el próximo gobierno, que se instalará el 11 de marzo, la decisión sobre la compra de aviones caza-bombarderos para la Fuerza Aérea, que implica un gasto de 600 millones de dólares.
Casi 46 por ciento de las personas consultadas por Time Research-Chile en Santiago, que concentra 40 por ciento del electorado, consideraron ganador a Lagos en el foro realizado en hotel Crowne Plaza de la capital.
Lavín fue visto como triunfador por 35,7 por ciento de los encuestados, en tanto 15,2 por ciento no marcaron preferencia por ninguno de los dos candidatos en la consulta, que se basó en una muestra de 360 personas.
El Mercurio encuestó telefónicamente a 500 personas, también en Santiago, con resultado favorable a Lavín, considerado ganador por 51,4 por ciento, en tanto Lagos obtuvo 48,6 por ciento de opiniones positivas.
En este segundo sondeo llamó la atención la inexistencia de pronunciamientos neutrales, ya que las encuestas políticas en terreno muestran que para estos comicios hay un alto margen de indecisos, superior a 15 por ciento de los electores.
Anatel, entidad que agrupa a los ocho canales de televisión abierta del país, no prevé otro debate, pese a las demandas de los otros cuatro candidatos presidenciales, que no fueron considerados en este foro.
Gladys Marín, abanderada del Partido Comunista, y Tomás Hirsch, candidato del Partido Humanista, llegaron en la noche del martes al hotel acompañados de decenas de sus adherentes para repudiar lo que calificaron de atropello a la libertad de expresión.
Las protestas culminaron con incidentes menores cuando partidarios de Marín y Hirsch interrumpieron el tránsito en la céntrica Alameda Bernardo O'Higgins, ante lo cual intervino la policía de Carabineros para dispersarlos con carros lanza agua.
La candidata ecologista Sara Larraín efectuó igualmente en la tarde del martes una silenciosa protesta, permaneciendo amordazada durante varios minutos frente al palacio de gobierno de La Moneda.
El sexto candidato en contienda es el disidente de la Democracia Cristiana Arturo Frei Bolívar, que tiene el apoyo de la Unión de Centro-Centro, una agrupación populista de derecha, y de los llamados sectores "duros" del pinochetismo.
Las encuestas otorgan a Marín un apoyo entre tres y cuatro por ciento, entre 1,5 y uno por ciento para Hirsch y Frei Bolívar y de menos de uno por ciento a Larraín.
Los votos de los candidatos menores pueden ser sin embargo decisivos para una segunda vuelta, que deberá realizarse el 16 de enero en el caso de que ni Lagos ni Lavín triunfen por mayoría absoluta el 12 de diciembre. (FIN/IPS/ggr/ff/ip/99
