La inflación oficial de octubre en Brasil, divulgada hoy, hace temer que el índice sobrepase al cabo del año el tope acordado con el Fondo Monetario Internacional (FMI).
El Indice Nacional Amplio de Precios al Consumidor (IPCA) alcanzó 1,19 por ciento el mes pasado, el más elevado desde junio de 1996, informó el Instituto Brasileño de Geografía y Estadística (IBGE). Acumuló así 7,27 por ciento en el año.
La meta del IPCA para este año, determinante de la política monetaria según el acuerdo con el FMI, es de ocho por ciento, pero el margen de error aceptado de dos puntos porcentuales hace admisible hasta 10 por ciento.
El recrudecimiento de la presión inflacionaria en octubre llevó el Banco Central a interrumpir la reducción de la tasa básica de interés.
Su Comité de Política Monetaria, reunido el miércoles, decidió mantener en 19 por ciento al año la tasa de referencia para las operaciones con el mercado financiero e interrumpir la tendencia a la baja, aunque de hecho ya esta en 18,8 por ciento.
Los índices sobrepasaron la inflación prevista para octubre, de un máximo de 1,1 por ciento, justificó Luiz Fernando Figueiredo, director del Banco Central para el área monetaria.
Los precios están al alza en Brasil, en especial desde julio. El alza del petróleo en el mercado internacional, el invierno que encarece alimentos y vestuario y la nueva depreciación del real, la divisa nacional, fueron algunos de los motivos.
El mes pasado las presiones se intensificaron por un aumento de 12,22 por ciento en el precio de los automóviles nuevos y de 10,6 por ciento en el alcohol combustible, productos que perdieron incentivos fiscales y subsidios. Alimentos afectados por problemas climáticos también contribuyeron al alza.
Pero es "casi imposible" que el IPCA supere el límite de 10 por ciento acordado con el FMI, pronosticó Marcia Quintas, jefe del Departamento de Precios del IBGE. Los factores que más lo elevaron en octubre no lo harán en noviembre y diciembre, argumentó.
Los gastos con vehículos tuvieron fuerte peso, porque el IPCA contempla el consumo de familias de capas medias, con ingresos de hasta 40 salarios mínimos (2.820 dólares). Otro índice del IBGE, para la población más pobre, se limitó a 0,96 por ciento en octubre y 6,63 por ciento en el acumulado anual.
El temor a una inflación sin control se acentuó por una fuerte depreciación de la moneda nacional en octubre, cuando la cotización del dólar alcanzó dos reales. Intervenciones del Banco Central la bajaron a 1,93 reales, aun considerada excesiva.
Indice mensuales elevados pueden resucitar la indexación de precios que se hizo generalizada en Brasil durante tres décadas y alimentó un resistente proceso inflacionario, alertan economistas, apuntando los actuales reclamos salariales como un síntoma.
Otra preocupación tiene origen en las mediciones de una institución independiente, la Fundación Getulio Vargas, cuyo Indice General de Precios ya acumula 15,59 por ciento de enero a octubre, el doble del IPCA.
Esa discrepancia se debe a que sus mediciones incluyen los precios mayoristas, que subieron 22,47 por ciento desde enero, mientras los pagados por el consumidor se limitaron a 7,27 por ciento. Los primeros tienden a transferirse a los segundos, por la lógica del mercado.
Pero son temores injustificados, según la Confederación Nacional de la Industria. No hay amenaza de aceleración inflacionaria a corto plazo, porque no hay presión de demanda interna ni gran aumento de las exportaciones y el ajuste fiscal del gobierno limita el consumo, según el gremio empresarial. (FIN/IPS/mo/mj/if/99
