BRASIL: El país vive una verdadera novela policial

Nuevas pistas sobre el asesinato del campeón de la corrupción en Brasil, un hombre muerto por amputación de sus miembros con una sierra motorizada, políticos y empresarios involucrados en una red criminal hacen que el país se sienta dentro de una inmensa novela policial.

¿Quién mató en junio de 1996 a Paulo Cesar Farías, que en los primeros años 90 llevó la corrupción política a cifras de miles de millones de dólares, como tesorero del ex presidente Fernando Collor de Mello?

La Policía del estado de Alagoas, que antes lo atribuyó a su compañera, que se habría suicidado enseguida, ahora acusa a un diputado y hermano de Farías de haber ordenado el asesinato de ambos.

Pero la fuente de mayores sorpresas es la Comisión Parlamentaria de Investigación (CPI) sobre el narcotráfico, que está desnudando conexiones insospechables entre distintos tipos de delincuencia, regiones del país y personalidades.

Después de desbaratar una banda liderada por un diputado en Acre, un estado amazónico en la frontera con Bolivia y Perú, donde ocurrió el asesinato con la motosierra, la CPI obtuvo indicios que pueden aclarar los misterios de la muerte de Farías, conocido por las siglas "PC".

Nunca fue creíble la versión de que Marcolino lo mató y luego se pegó un tiro en el corazón, ya que no se comprobaron motivos y tampoco se trataba de una pareja tendiente a actos pasionales. Además, tiene escasa credibilidad la policía de Alagoas, un estado de violencia crónica, especialmente por razones políticas.

Pero la familia Farías, desde entonces liderada por el diputado Augusto Farías, aceptó pronto la conclusión del crimen pasional, lo que también estimulaba sospechas.

La versión contó con un respaldo importante, el parecer de Fortunato Badán Palhares, el más famoso médico legal del país desde que en los años 80 identificó como pertenecientes al dirigente nazi alemán Joseph Mengele, los huesos encontrados en Brasil.

La insistencia de otro experto, George Sanguinetti, en desnudar errores del análisis de Palhares, y de la prensa en mostrar la inconsistencia de la versión inicial, llevó a las nuevas autoridades policiales de Alagoas a reabrir el proceso.

Las nuevas conclusiones apuntan contra Augusto Farías, como coautor del doble homicidio, y los ocho empleados de PC que se encontraban en su casa el día del crimen, entre los cuales cuatro policías que se encargaban de su seguridad.

Todos mintieron al decir que no habían escuchado los disparos ni habían constatado anormalidades, algo imposible, concluyeron los comisarios encargados de la nueva investigación.

Las conclusiones son "una farsa, con fines políticos contra mi hermano diputado", afirmó Luis Homero Farías, quien aseguró que el proceso no avanzará porque no tiene acusaciones precisas ni caracteriza los delitos cometidos por cada uno, además de no agregar pruebas.

Es muy probable que el enjuiciamiento no resulte en condenas, pero los avances logrados por la CPI refuerzan la convicción en la opinión pública de que detrás del asesinato de PC Farías se encuentra el crimen organizado a escala nacional, conectado al narcotráfico internacional.

Augusto Farías fue señalado como uno de los jefes de la gran organización que controla el tráfico de drogas y armas en algunos estados brasileños, además de dedicarse al robo de camiones y sus cargas, lavado de dinero e imponer su poder por numerosos asesinatos.

La denuncia la formuló Jorge Meres de Almeida, ex conductor de camiones robados, cuyas informaciones presentadas a la CPI se comprobaron verdaderas en general y llevaron a la detención de muchas personas.

Reveló que otro hermano Farías es dueño de una hacienda utilizada para guardar camiones robados, en el lejano estado de Maranhao.

Badán Palhares aparece como sospechoso de falsificar otro informe, para favorecer a otro jefe del grupo, también diputado. Además, la CPI descubrió que Campinas, ciudad a cien kilómetros de Sao Paulo en cuya universidad es profesor, es un centro importante de lavado de dinero procedente del narcotrfico.

Las conexiones complican a la familia Farías y al médico. Aunque no sean conclusivas para enviarlos a la cárcel, revelan al país que el crimen organizado cobró dimensiones alarmantes y no se encuentran sólo en las novelas policiales los misterios que involucran a personas conocidas y poderosas. (FIN/IPS/mo/ag/ip/99

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