La empresa brasileña Petrobras se ha convertido en líder en el sector energético de Bolivia, porque controla las mayores reservas de gas y pronto será propietaria de las dos refinerías más grandes de la estatal Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos (YPFB).
Petrobras, en asociación con la argentina Pérez Compac, recibirá antes del 15 de diciembre las refinerías Gualberto Villarroel, de Cochabamba, y Guillermo Elder Bell, de Santa Cruz, que se adjudicaron a mediados de este mes con una oferta de 102 millones de dólares en el marco de un proceso de privatización.
En esa sociedad, Petrobras posee 70 por ciento de las acciones y Pérez Compac el restante 30 por ciento. Ambas empresas tendrán a su cargo las plantas de tratamiento de derivados de petróleo, gas compromiso, gas licuado de petróleo, gasolina, combustible diesel, jet fuel nacional e internacional, y fuel oil.
Con esa operación, Petrobras terminó por consolidar su supremacía en el sector energético en Bolivia y aún piensa ir por más: su próxima conquista podría ser la compra de dos operaciones de ductos y bases de YPFB que serán licitadas en enero, según anunciaron en Brasil directivos de la empresa.
La empresa brasileña tiene en Bolivia las mayores reservas de gas: 8,8 trillones de pies cúbicos, que representan más de un tercio del total de reservas de gas en territorio boliviano, que alcanzan a 23,69 trillones de pies cúbicos.
Petrobras tiene esas reservas de gas en sólo dos campos, San Alberto y San Antonio, ubicados en el departamento de Tarija, en el sur de Bolivia, y aunque tiene sociedad con las petroleras Total (de Francia) y Andina (de Argentina), es la brasileña la socia mayoritaria.
Además, tiene participación accionaria en la parte boliviana del gasoducto entre Santa Cruz y Sao Paulo, goza del derecho preferente para exportar sus reservas gasíferas a Brasil y finalmente es el principal comprador y distribuidor de gas en su país.
Petrobras tiene previsto utilizar el petróleo proveniente de sus propios campos de gas en las refinerías que se adjudicó y, en perspectiva, la adquisición le ayudará a cumplir su plan de refinar 300.000 barriles diarios de petróleo en el exterior.
Las dos refinerías bolivianas tienen una capacidad para refinar 33.000 barriles diarios de petróleo.
La ambición de crecimiento de Petrobras no parece tener límites, porque su interés por adquirir o contratar el servicio de refinación no sólo llega al cono sur de América, sino también al Caribe y Estados Unidos, según declararon sus directivos.
Y a partir del año 2000, Petrobras comenzará a exportar crudo a países del cono sur y a Bolivia.
La supremacía de Petrobras en Bolivia comenzó con la oportuna asociación que logró en 1995, al apostar por el entonces aún incierto negocio del gas, que implicaba una alta inversión para el tendido de un millonario gasoducto entre Santa Cruz (Bolivia) y Sao Paulo (Brasil).
Pese a la incertidumbre del mercado, empresa la brasileña decidió invertir en el gasoducto y se adjudicó pozos en operación aunque no certificados, como son San Alberto y San Antonio, que a la postre resultaron los más grandes del país.
Además, en las negociaciones con YPFB, Petrobras exigió y logró ventajosas condiciones, como el derecho preferente para exportar el gas de sus pozos por el gasoducto.
Con su actual capacidad, Petrobras sola puede ser autosuficiente para vender en los próximos 20 años un volumen de 30 millones de metros cúbicos diarios de gas a Brasil, como está pactado en un contrato entre esa empresa y las petroleras bolivianas. (FIN/IPS/ac/ag/en-if/99
