/BOLETIN-INTEGRACION/ CUMBRE IBEROAMERICANA: En Panamá el año

La presidenta de Panamá, Mireya Moscoso, apeló a su triple condición de jefa de Estado, mujer y madre para proponer la situación de la infancia y la adolescencia como cuestión central de la X Cumbre Iberoamericana, del año próximo.

La anfitriona del encuentro previsto para ciudad de Panamá en noviembre del 2000 exhortó esta semana en La Habana a los jefes de Estado y de gobierno de América Latina y de España y Portugal a asumir sus compromisos con las futuras generaciones a través de "acciones efectivas".

Moscoso intervino el martes en la clausura de la IX Cumbre Iberoamericana, que fue escenario de críticas al país sede por su política hacia la oposición y que no tuvo participación de los presidentes de Argentina, Chile, Costa Rica, El Salvador y Nicaragua

Tenemos que garantizar a las niñas y niños "su derecho a una vida digna, a un ambiente de paz, democracia, justicia y libertad", dijo Moscoso, la primera mujer que llega a la Presidencia en Panamá.

La propuesta panameña fue incluida con anterioridad entre los acuerdos de la Conferencia Iberoamericana de Altos Responsables de la Infancia y la Adolescencia, realizada el 9 de este mes en la capital cubana con el apoyo del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef).

Representantes del gobierno de Panamá que asistieron a esa conferencia afirmaron entonces que el proyecto de dedicar la próxima Cumbre a la infancia tiene el apoyo de Cuba y de otros países latinoamericanos.

De ser acogida la idea, la X Cumbre Iberoamericana significaría un regreso del foro a los temas sociales, tras la prioridad otorgada desde la cita de Viña del Mar, Chile, en 1996, a asuntos como la gobernabilidad, la democracia, la globalización y la situación financiera internacional.

"No son sólo las enfermedades y la violencia" los problemas que enfrentan los más jóvenes, afirmó Moscoso al defender su propuesta.

Más allá de los efectos de la desigualdad y la pobreza, la presidenta destacó las dificultades de acceso de muchas niñas y niños a la educación, una circunstancia que les impide obtener la formación necesaria "para enfrentar con éxito los retos de una sociedad de gente altamemte competitiva".

Informes de Unicef indican que el promedio de escolaridad en América Latina y el Caribe es de aproximadamente cuatro años.

Cerca de 30 millones de niñas y niños menores de 15 años deambulan por las calles, 34.000 mujeres mueren cada año por insuficiente atención en el embarazo o en el parto y por abortos inseguros, según la misma fuente.

Así mismo, seis millones de niños latinoamericanos sufren agresiones y 85.000 mueren anualmente víctimas de la violencia en el hogar. (FIN/IPS/da/ff/ip dv/99

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