Un parlamento infantil de Perú aseguró que la principal preocupación de los niños y niñas es la violencia doméstica y callejera, un fenómeno que aumenta de manera vertiginosa en este país.
Una encuesta realizada por la universidad limeña Federico Villarreal reveló que 43 por ciento de los padres de la capital peruana castiga sistemáticamente a sus hijos, con látigos, correas o golpes de puño.
Mientras, otro 0,5 por ciento apela a métodos de castigo aún más crueles, como quemarles alguna parte del cuerpo, quitarles los alimentos, darles sustancias que les provocan malestar, o patearlos en la cabeza, abdomen o espalda.
El estudio fue hecho para tratar de averiguar la causa de la gran cantidad de niños abandonados que pululan por los locales universitarios, en especial los ubicados en el centro de Lima.
El rector de la universidad, José Anicama, afirmó no tener dudas de que las situaciones violentas son la primera causa de la fuga de menores de sus hogares.
El parlamento infantil fue organizado por la Convención sobre los Derechos de Niño, de Perú, que reunió a 64 representantes de 11.000 niños y niñas que cursan los dos últimos años de la enseñanza primaria, cuyas edades fluctúan entre los 10 y 12 años.
"La violencia infantil es un problema que nos preocupa por encima de otros también graves, como el desempleo", dijo Vanessa Llanos, una de las participantes en el parlamento establecido el 28 de setiembre.
"La familia y la comunidad tienen un papel preponderante para desarrollar la autoestima, solidaridad y respeto a los demás, pero sabemos que no siempre ocurre así", expresó.
Pero ese no ha sido el único foro donde los niños peruanos han alzado su voz de protesta en los últimos días contra los maltratos de que son víctimas.
Otro encuentro de escolares realizado el 15 de octubre en Cusco, departamento de los andes peruanos, acusó a los maestros de castigar física y moralmente a sus alumnos.
"Hay malos profesores que imponen castigos no solo físicos sino psicológicos. Lo peor es que las víctimas son niños campesinos, de hogares pobres y que por lo mismo tienen un bajo rendimiento en sus estudios", dijo Karina Muñoz, delegada de los colegios del valle de La Convención.
En ese foro también se escucharon quejas por el abandono de que son víctimas los niños, debido a que sus padres deben trabajar largas horas fuera del hogar para conseguir el sustento.
"Eso, aunque no parezca, también es una forma de violencia", expresó el director de la Dirección Regional de Educación, Alirio Lovón, convocante de la reunión.
Pero la violencia infantil es un fenómeno común a muchos países. El Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia señala que en América Latina unos 20 millones de niños menores de 15 años son víctimas de violencia sistemática, tanto en el hogar como fuera de él.
En algunas naciones de la región, incluso, los casos de maltrato infantil están creciendo de manera muy pronunciada. El Servicio Nacional de Menores de Chile advirtió que ese país "se encamina a integrar la nómina de los que peor trata a sus niños".
El instituto chileno constató en los seis primeros meses de este año alrededor de 2.000 agresiones físicas y psicológicas a niños, con una frecuencia de diez casos por día, y en 80 por ciento de los casos ocurrió en el seno de la familia con los padres como principales responsables.
En Perú, solo en un distrito de la capital, Villa El Salvador, la Defensoría del Niño y del Adolescente recibe un promedio de 150 denuncias semanales de ataques a menores, que incluyen desde golpes en el hogar hasta abuso sexual.
Villa El Salvador es uno de los distritos más pobres y hacinados de Lima. Se estima que en sus extensos arenales habitan más de medio millón de personas en condiciones de pobreza y pobreza extrema.
En tanto, en Cusco se denunciaron 183 violaciones a menores de edad entre enero y agosto.
Areli Araoz, coordinadora de la Convención de los Derechos del Niño en ese departamento, aclaró que la cifra corresponde solo a los casos que fueron denunciados de manera correcta ante la justicia, desconociéndose la cantidad exacta de hechos que no son reportados por vergüenza o por no adecuarse a los procedimientos.
Maltrato infantil es todo aquello que ocasiona daño en el desarrollo de un niño o niña, aunque no se haya realizado con la intención de agredirlo, precisó la psicóloga María Julia Oyague, directora del Centro de Desarrollo y Asesoría Psicosocial.
La experta puntualizó que maltrato, además del ataque físico, es descuidar sus necesidades de alimentación, protección y cariño, hacerlo sentir inferior a los demás y desvalorizarlo, es decir todo aquello que puede provocar en el menor un problema psicológico.
Las estadísticas generalmente reflejan solo los casos de maltratos físicos o sexuales, porque son los más notorios.
Sin embargo, el ataque psicológico es igualmente dañino y genera conductas que con el tiempo pueden devenir en antisociales, como las llamadas "pandillas" juveniles, otro fenómeno que comienza a proliferar en América Latina.
Los especialistas indican que la aparición de estos grupos, que actúan en la frontera de la delincuencia, no es sino la consecuencia lógica del maltrato y abandono físico y moral al que estuvieron expuestos sus integrantes durante la infancia.
Hasta poco tiempo atrás las pandillas eran grupos marginales que se enfrentaban entre ellas, pero en la actualidad cada vez más arremeten con extrema violencia contra otros sectores de la sociedad, incluidos niños y adolescentes de su misma edad.
Las estadísticas policiales revelan que en lo que va del año en Lima 22 por ciento de los niños menores de 15 años fueron víctimas de asalto y robo callejero por parte de pandilleros. (FIN/FIN/zp/dm/hd/99
