AUSTRALIA-INDONESIA: Tiempo borrará asperezas por Timor Oriental

El presidente de Indonesia, Abdurrahman Wahid, condenó la actitud que adoptó Australia hacia la crisis en Timor Oriental, y aunque las relaciones entre ambos países sufrieron, la mayoría de los analistas coinciden en que el tiempo borrará las diferencias.

Cuando Wahid anunció su gabinete este mes, declaró que depende de Australia decidir si quiere restablecer relaciones con Indonesia.

Wahid declaró a la prensa en Yakarta que deseaba hablar francamente acerca de las relaciones entre los dos países en vez de usar el lenguaje diplomático.

"Si Australia quierte ser aceptada por una nación de 210 millones de habitantes (Indonesia), la recibiremos con los brazos abiertos. Si quiere separarse, está bien", expresó Wahid.

"Todo depende si Australia se percata antes de su error", agregó.

Tras la elección de Wahid como nuevo presidente, el 20 de octubre, el primer ministro australiano John Howard prometió que Australia será un buen vecino y estará pronta a extender la mano de la amistad para construir una relación mejor y más sólida.

Wahid, quien encabeza la organización conservadora Nahdlatul Ulama Muslim, con 34 millones de miembros, es uno de los muchos dirigentes indonesios que piensa que Timor Oriental debía seguir integrado al país.

Cuando la fuerza internacional comandada por Australia (Interfet) desembarcó en Timor Oriental el 20 de septiembre pasado, luego de que los militares indonesios apoyaron a las milicias antiindependentistas en sus asesinatos y destrucción generalizada, Wahid convocó a la "jihad" o guerra santa contra las tropas multinacionales.

Wahid afirmó entonces que Australia había "orinado en la cara" de Indonesia respecto de la cuestión de Timor, y sugirió que Yakarta redujera sus vínculos con Canberra.

Varios círculos de Yakarta culpan a la prensa australiana de inflamar el nacionalismo indonesio, al publicar fotos mostrando a soldados australianos apuntando sus fusiles contra presuntos milicianos capturados en Timor.

Casi diariamente, se producen manifestaciones frente a la embajada australiana en Yakarta. La misión diplomática ha sido baleada y se arrojaron bombas incendiarias en sus predios. Turistas y hombres de negocios australianos también fueron blanco de los manifestantes.

"He hablado varias veces con los medios australianos y les pedí que tuvieran mucho cuidado de despertar el nacionalismo indonesio", dijo Dewi Fortuna Anwar, un asesor político del ex presidente B.J. Habibi. "Una vez que se lo despierta es muy dificil apaciguarlo", advirtió.

"Ya hemos estado antes en el camino del nacionalismo radical indonesio. Tomó más de 30 años poder calmarlo", apuntó Anwar refiriéndose al período de Ahmed Sukarno, el primer mandatario indonesio tras la independencia del poder colonial holandés, y a la dictadura del "nuevo orden" instalada en 1965 por Alí Suharto.

Suharto dejó el poder en mayo de 1998 tras las multitudinarias y violentas manifestaciones estudiantiles que tuvieron lugar en Yakarta.

El 20 de octubre, el nuevo parlamento indonesio votó por renunciar al reclamo nacional por Timor Oriental y aceptó el resultado del plebiscito patrocinado por la Organización de las Naciones Unidas (ONU) en el que los timorenses optaron masivamente por independizarse de Yakarta.

Una semana después, el Consejo de Seguridad de la ONU aprobó la instalacion de una autoridad provisoria, llamada Administración Transitoria de las Naciones Unidas en Timor Oriental (UNTAET).

La nueva autoridad se hará cargo del gobierno timorense y será responsable por todo, desde las visas hasta la moneda, además de la enorme tarea de reconstrucción.

UNTAET estará formada por 10.000 miembros y su llegada a la isla del Mar de Java está prevista para diciembre, un cuarto de siglo despues de que Indonesia la invadiera y anexara, pese a resoluciones en contrario de la ONU.

Durante la ocupación indonesia, de los 650.000 timorenses que había en la isla en 1975, cuando se independizó de Portugal e inmediatamente fue invadida por Indonesia, 250.000 perecieron víctimas de la represión de las fuerzas ocupantes, según fuentes independentistas.

"Hay resentimiento en la clase dirigente indonesia por la separación de Timor Oriental. Australia en especial y los países occidentales en general son considerados insensibles e indiferentes hacia los sentimientos indonesios sobre Timor Oriental", apuntó Alan Dupont, director del Centro de Estudios Estratégicos y de Defensa de la Universidad Nacional australiana.

"La obligada referencia de Wahid hacia la interferencia extranjera en asuntos internos sugiere que comparte al menos algunos de esos sentimientos", agregó.

Sin embargo, David Jenkins, editor asiático del diario Sidney Morning Herald, arguyó que la decisión del parlamento indonesio de abandonar Timor podría augurar una futura mejoría de las relaciones entre Canberra y Yakarta.

"Hay una sensación de que, para bien o para mal, Timor Oriental ya no es un problema indonesio, y que Yakarta quiere olvidarlo. Eso sólo puede ser beneficioso para los lazos entre Canberra y Yakarta", dijo Jenkins.

"Se espera que los vínculos mejoren en los próximos seis meses pero algunos piensan que pasarán dos o tres años antes de que la situación se normalice", dijo.

Jenkins precisó que la disminución del papel australiano en la fuerza de la ONU que reemplazará a Interfet ayudará a mitigar las tensiones con Yakarta.

Otro paso alentador fue la designación de Alwi Shihab, un cercano confidente de Wahid, como ministro de Relaciones Exteriores. El canciller, según se afirma, es partidario de una acción diplomática para mejorar el diálogo con Canberra.

Tras reunirse la semana pasada con el embajador australiano John McCarthy, antes de su designación, Shihad dijo que el nuevo gobierno quiere restablecer las relaciones y superar las diferencias referidas a Timor Oriental.

"No hay necesidad de que sigamos enojados. Ya es suficiente que sepan que estamos disgustados", habría dicho Shihab, según versiones de prensa.

Con la intención de estrechar relaciones, Jusuf Wanandi, del Centro de Estudios Estratégicos Internacionales, quiere invitar a Wahid a una conferencia privada con dirigentes australianos, como un primer paso para superar el antagonismo entre los dos países.

Según la publicación Australian Financial Review, Wanandi aceptó, junto con uno de los principales intelectuales australianos, Ross Garnaut, de la Universidad Nacional, convocar una conferencia extraoficial a comienzos del año próximo en Yakarta e iniciar el proceso de acercamiento. (FIN/IPS/tra-en/si/js/ego/aq/ip/99

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