ASIA MERIDIONAL: Tratado contra minas de tierra no encuentra eco

Cinco de los siete países de Asia meridional, afectada por conflictos separatistas y étnicos y una peligrosa rivalidad entre India y Pakistán, no firmaron la convención contra las minas de tierra, destacó un grupo de expertos de Sri Lanka.

Sin embargo, sólo 10 por ciento de la población del subcontinente, estimada en más de 1.200 millones de habitantes, están a salvo de las minas antipersonales, según un estudio encargado por el Centro Regional de Estudios Estratégicos, con sede en Colombo.

Bangladesh y Maldivas fueron los únicos países de Asia meridional que firmaron la Convención sobre la Prohibición del Uso, la Acumulación, Producción y Transferencia de Minas Antipersonales y su Destrucción, que entró en vigor en diciembre de 1997.

India, Pakistán y Sri Lanka expresaron reservas por "razones de seguridad", mientras Nepal y Bután, que no están afectados por minas de tierra ni las producen, no formularon una política sobre la convención, señala el informe.

Hasta marzo de 1999, sólo 71 de los 135 países que firmaron el tratado de Ottawa lo habían ratificado. Entre los que no lo hicieron se encuentran Estados Unidos, Rusia y China, tres miembros permanentes del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas.

"Actualmente, las minas no son un problema grave en Asia meridional, pero si fueran usadas en futuros conflictos, sus consecuencias serían devastadoras, dado que la región contiene hasta la mitad de los pobres del mundo", advierte el estudio.

Los autores del informe son el general retirado indio Dipankar Banerjee, director ejecutivo del Centro, y Mallika Joseph, investigador del Instituto de Paz y Estudios sobre Conflictos, de Nueva Delhi.

El estudio fue publicado en el "Informe sobre Minas Terrestres 1999: Hacia un mundo libre de minas".

Dentro de la región, India y Pakistán son consideradas las más difíciles de convencer por la Campaña Internacional para la Prohibición de las Minas de Tierra, una coalición de más de 1.300 organizaciones no gubernamentales de 75 países que impulsó el Tratado de Ottawa y ganó el premio Nobel de la Paz en 1997.

La desconfianza mutua entre ambos países, que ya se enfrentaron en guerra en tres ocasiones y estuvieron a punto de hacerlo nuevamente este año, obstaculiza cualquier decisión vinculada con temas de seguridad, ya que ninguno está dispuesto a asumir un riesgo sin garantías de que el otro cumpla su parte.

En la práctica, la política de seguridad de ambas naciones armadas de bombas nucleares es defensiva, dirigida a prevenir un ataque convencional de la otra, señaló el Centro Regional.

Los obstáculos naturales y artificiales contra ataques armados son esenciales para la defensa de India y Pakistán. Entre las barreras artificiales están las minas de tierra plantadas a lo largo de los 3.310 kilómetros de la frontera, destacaron los autores del estudio.

La resistencia de Sri Lanka a firmar el tratado, en cambio, está relacionada con cuestiones de seguridad interna. Colombo está en guerra con los separatistas tamiles del norte y este del país desde 1983.

Las autoridades defienden su decisión de no adherir a la convención arguyendo que el uso de minas de tierras es esencial en su conflicto contra los insurgentes.

Los expertos sostienen que la península de Jaffna, donde reside la mayor parte de los tamiles, es la región con más densidad de minas terrestres plantadas por superficie de toda Asia meridional, aunque no hay cálculos precisos.

En julio, el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo envió a Jaffna perros entrenados y expertos en minas en el marco de un proyecto para demarcar campos minados y remover las armas enterradas.

El Comité Internacional de la Cruz Roja, que trabaja en zonas de conflicto, promovió una discusión entre distintos gobiernos de Asia meridional para trabajar por la causa de la eliminación de las minas antipersonales.

En el marco de ese esfuerzo, a mediados de agosto se realizó en Colombo una reunión intergubernamental de tres días sobre la prohibición de minas en las fronteras comunes y la prohibición de su transferencia, como primer paso hacia su eliminación.

Al encuentro asistieron ministros de Relaciones Exteriores y funcionarios de defensa de Pakistán, India, Bangladesh, Sri Lanka y Nepal. (FIN/IPS/tra-en/ni/an/mlm/ip/99

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