Dos mujeres colombianas, una prostituta, la otra sicaria, se volvieron sendas novelas de amor y violencia con "La novia Oscura", de Laura Restrepo, y "Rosario Tijeras", de Jorge Franco, .
Se trata de los libros más vendidos este año en Colombia, cada uno con su mirada a momentos históricos decisivos en la vida nacional.
"La novia oscura" transcurre a fines de la década del 30, cuando en el puerto petrolero de Barrancabermeja (llamado Tora en la obra de Restrepo) la empresa Tropical Oil Company extraía petróleo de las entrañas de una tierra feraz como las mujeres donde los obreros paliaban sus ansias de pasión y de ternura.
Cincuenta años mas tarde, de la mano de Franco y desde las comunas pobres de Medellín, sale "Rosario Tijeras", una joven hermosa a la que no le tiembla la mano para matar, contratada por jefes del narcotráfico, y transgredir las reglas de la mafia y del amor pacato impuesto por las clases altas de la ciudad.
Aunque las dos obras atrapan rápidamente al lector, hay gran distancia entre el estilo, el tono y los recursos narrativos de Restrepo y de Franco.
"La osadía con que las cejas habían sido reemplazadas por una línea de lápiz, más uno que otro rasguño dejado por el acné en las mejillas, lo hicieron pensar que no debía ser tan niña como le había parecido a primera vista".
Tal es la impresión de Sacramento, el hombre que condujo a Sayonara en una zorra (carro a tracción animal) hasta La Catunga, el barrio en el que titilaban las luces rojas, verdes, amarillas y, después, sólo una violeta, cuando ella fue una más y, al mismo tiempo, la única novia oscura de la novela de Restrepo.
"Como a Rosario le pegaron un tiro a quemarropa mientras le daban un beso, confundió el dolor del amor con el de la muerte".
"Pero Tijeras no era su nombre, sino más bien su historia. Le cambiaron su apellido, contra su voluntad y causándole un gran disgusto, pero lo que ella nunca entendió fue el gran favor que le hicieron…, porque en un país de hijos de puta, a ella le cambiaron el peso de un único apellido, el de su madre, por un remoquete".
Así reflexiona Ferney, el joven de familia rica de Medellín, hermano-amante de la pandillera por la interpuesta persona de Emilio, su amigo de clase, que "fue el único que la tuvo de verdad".
Tan distantes las prosas como las procedencias de los dos escritores.
Restrepo, de 49 años y que se confesa "maniática de la estructura", estudió filosofía y letras y acumula el oficio de periodista con viejas incursiones en la militancia política.
Con "La Novia oscura" llega a su cuarta novela y se consagra como la más reconocida de las escritoras colombianas.
Sus anteriores publicaciones fueron "La isla de la pasión", "Leopardo al sol" y "Dulce compañía", que obtuvo el Prix France Culture, de la crítica francesa, y el premio Sor Juana Inés de la Cruz, en México.
Su obra fue destacada por Gabriel García Márquez. "Laura Restrepo da vida a una singular amalgama entre investigación periodística y creación literaria. Así, la miseria y la violencia que anidan en el corazón de la sociedad colombiana están siempre presentes", dijo.
García Márquez agregó que Colombia también aparece "en su fascinación por la cultura popular y en el juego de su impecable humorismo, de una ironía a la vez ácida y tierna que salva a sus novelas de toda tentación de patetismo o melodrama, convirtiéndolas en una lectura irrefutablemente placentera".
María Candelaria Posada, editora de "La Novia Oscura", ex compañera de Restrepo en los estudios de filosofía y letras, dice que "desde las primeras páginas de la novela se percibe una magia verbal fascinante".
Esta obra refleja una exhaustiva investigación tanto del momento social y político, en el que se desarrolla la trama, como de la geografía, botánica y zoología, además de la visión del mundo femenino, el cual hace que nosotras nos sintamos muy cercanas al personaje", dijo Posada IPS.
Los comentarios positivos que se han hecho de la novela de Restrepo concuerdan con los datos de ventas informados por Norma, la casa editora. Los 6.000 ejemplares de la primera edición, puestos en circulación a comienzos de este mes, se agotaron en cuatro días.
Lyego de ello la empresa dispuso una segunda edición de 10.000 ejemplares, que espera agotar en diciembre, pese a que la venta de libros cayó 25 por ciento este año como informó la Asociación de Industrias Gráficas.
Por su parte, "Rosario Tijeras" se convirtió en éxito de librería a mediados de año cuando los colombianos, hastiados de crónicas de pandilleros y narcotraficantes, descubrieron una historia iluminada con las luces de discotecas de rock duro y salsa, ráfagas de metralleta y chirriar de motocicletas en fuga.
"Nunca quise escribir una novela sobre el narcotráfico. Nunca quise escribir una novela sobre el sicariato. Quise que fuera el telón de fondo para contar una historia de amor" y también retratar "la Medellín que se muestra" al lado de la ciudad marginal, explicó Franco.
Su novela también es un trabajo de investigación, enriquecido con vivencias propias y relatos recogidos en los barrios de donde salía la mano de obra para el terrorismo en la época en que Pablo Escobar encabezaba el cartel de Medellín.
"Estuve espalda a espalda con esa gente. Era un ambiente tenso, pero nos acostumbramos", recordó el autor.
"Conocí muchas mujeres humildes y bonitas que a cambio de favores a los narcotraficantes ascendieron en la escala social", obteniendo buenas viviendas, automóviles y realizaron viajes. "No eran sólo favores sexuales, ellas traían y llevaban información", relató el autor.
Franco estudió dirección y realización cinematográfica en la Escuela de Cine de Londres y fue miembro del Taller Literario de la Biblioteca Pública Piloto de Medellín y del Taller de Escritores de la Universidad Central de Bogotá.
El libro de cuentos "Maldito Amor" y la novela "La Mala noche", ambos premios nacionales en sendos concursos, antecedieron a "Rosario Tijeras".
Franco aseguró que sigue "en el mundo femenino porque me gusta", y cuenta que su próximo personaje es una presidiaria que obtiene la libertad después de 15 años de reclusión, mientras que Restrepo anuncia que no quiere "más mezclas de periodismo y literatura.
El éxito obtenido por las dos novelas entre críticos y lectores es probable que se fundamente en lo que Restrepo comentó al diario colombiano "El espectador".
"Aquí han hecho crisis las estructuras de poder y las territoriales, el concepto mismo de nación, las conductas sociales, y el escritor colombiano es un explorador que busca la realidad que subyace a la otra, aquella que voló en pedazos". (FIN/IPS/mig/dm/cr/99