La globalización y la democratización, las dos tendencias dominantes en la economía y la política de América Latina en esta década, pasan por una profunda crisis, según un informe divulgado en Washington y firmado por decenas de destacadas personalidades americanas.
La situación en los países andinos es especialmente preocupante, según el grupo Diálogo Interamericano, en el informe titulado "América en el milenio: Una época de prueba".
El estudio sostiene que no hay muchas esperanzas de que se dé un crecimiento acelerado capaz de reducir la creciente pobreza y de reforzar las instituciones democráticas en el continente.
"Este es un momento inestable para los asuntos del hemisferio", señala el informe.
Las reformas económicas y el gobierno democrático "perdurarán y prosperarán sólo si los gobiernos latinoamericanos son capaces de producir mejores resultados y recapturar la confianza de los ciudadanos comunes", agrega.
Diálogo Interamericano, que está integrado por unas 100 destacadas figuras de círculos empresariales, gubernamentales y académicos de toda América, por lo habitual es un firme defensor de la liberalización económica y política que domina a la región desde la denominada "década perdida" de 1980.
Las conclusiones del último informe señalan que el continente debe seguir el mismo camino. "A pesar del decepcionante rendimiento de la mayoría de las economías latinoamericanas en esta década, lo correcto es que los gobiernos regionales continúen sus programas de reforma del mercado", recomienda.
Pero a eso se le deben sumar esfuerzos más fuertes para reducir la pobreza y la desigualdad en forma sistemática, agrega.
"Este es el reto más urgente de los gobiernos en la región, de los organismos de crédito multilaterales, y de Estados Unidos", según Lee Hamilton, ex presidente del Comité de Relaciones Exteriores de la Cámara de Representantes estadounidense.
El informe repite la tendencia de otros estudios publicados este año, pero su importancia radica en la jerarquía, la diversidad ideológica y el pesimismo de aquellos que apoyaron con sus firmas la conclusión de que las reformas económicas y democráticas no colmaron las necesidades de la mayoría.
Entre los ex presidentes que firmaron el informe están Raúl Alfonsín, de Argentina, Nicolás Ardito Barlett, de Panamá, Oscar Arias, de Costa Rica, Violeta Barrios de Chamorro, de Nicaragua, Osvaldo Hurtado, de Ecuador y Gonzalo Sánchez de Lozada, de Bolivia.
El ex presidente de Estados Unidos, Jimmy Carter, también lo firmó y declaró que el documento es una "importante llamada de atención", aunque "demasiado pesimista".
Otros signatarios son el ex secretario general de la Organización de las Naciones Unidas Javier Pérez de Cuéllas, el director del Banco Interamericano de Desarrollo, Enrique Iglesias, y el ex presidente del Banco Mundial A.W. Clausen.
Entre otros signatarios de América Latina se encuentran Roberto Teixeira da Costa, presidente del Consejo Empresarial Latinoamericano, los ex ministros de finanzas chilenos Alejandro Foxley y Fernándo Léniz, y Carlos Castillo Peraza, el ex presidente del Partido Acción Nacional, de México.
También firmaron el ex ministro de economía argentino José María Dagnino, y Luiz Inacio "Lula" da Silva, líder del Partido de los Trabajadores, de Brasil.
Los signatarios de Estados Unidos también proceden de distintos sectores de la opinión política, como Brent Scowcroft, asesor nacional de seguridad del ex presidente George Bush, Robert Zoellick, asesor de política exterior del aspirante a la candidatura presidencial del Partido Republicano, George W. Bush, y la ex representante de Comercio Carla Hills.
El grupo señala que la crisis financiera de Asia, desatada en julio de 1997, afectó especialmente a América Latina, revirtió el crecimiento positivo de gran parte de la región y provocó graves recesiones en algunos países.
Las economías crecieron sólo dos por ciento el año pasado y se espera que tengan un crecimiento negativo de uno por ciento este año, lo que se traduce en una contracción de 2,5 por ciento por habitante.
A pesar de que se adoptaron reformas económicas de largo alcance y de que se recibió inversión extranjera sin precedentes, el crecimiento anual de la región nunca alcanzó el seis por ciento que el Banco Mundial calcula es necesario para reducir la pobreza, explica el informe.
En toda esta década, el crecimiento anual promedio no superó el tres por ciento, precisa.
Sólo cuatro países, Argentina, Chile, Guyana y Perú, tendrán un crecimiento promedio de cinco por ciento esta década, pero muchos más, entre ellos Colombia, Ecuador, Jamaica y Venezuela, tuvieron crecimiento negativo en ese lapso.
"La pobreza y el desempleo siguen generalizados en América Latina. La desigualdad es peor que cualquier otra región del mundo, y el ingreso y la riqueza son cada vez más, no menos, sesgados", sostiene el informe que recomienda más inversión en la educación, la seguridad social y una mejor recaudación impositiva.
A la vez, el informe recalca que los gobiernos latinoamericanos deben hacer más para recuperar la fe de su gente en las instituciones democráticas que resultaron perjudicadas por la situación económica y social.
La justicia, los poderes legislativos, los partidos políticos e incluso la institución de la presidencia "siguen débiles y desacreditados en muchos países, y casi no funcionan en algunos", afirma el informe.
El mismo califica de "autócrata" al presidente peruano Alberto Fujimori, pero señala que sigue teniendo considerable apoyo popular.
También expresa la inquietud por la participación de los militares en el gobierno venezolano y porque la reducción de los controles sobre el poder ejecutivo debilitaron la democracia en ese país.
Ecuador podría sufrir el "colapso económico y la incapacidad política" si continúa la parálisis actual por la reforma económica. Mientras, a Colombia la aflige una "variedad tan pesadillesca de problemas" que la "pregunta es por cuánto tiempo el pueblo" seguirá aceptándolos "antes de renunciar a la democracia". (FIN/IPS/tra-en/jl/mk/aq/ip-if/99