El comercio de Estados Unidos con América Central y el Caribe cobrará nuevo impulso si resulta aprobada en este país la Iniciativa para la Cuenca del Caribe (ICC) dentro de la Ley de Crecimiento y Oportunidades para Africa.
El Senado, que incluyó la ICC en el proyecto, acordó el martes limitar el debate y realizar la votación final esta semana, lo cual casi asegura la aprobación en la cámara alta de la propuesta legislativa, aprobada en la Cámara de Representantes en julio por 234 a 163 votos.
La medida del Senado aumenta las probabilidades de transformación en ley de la ICC, que permitiría a países de América Central y el Caribe gozar de la mayoría de los beneficios que otorga a México el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLC).
Sin embargo, "aunque la versión de la ICC del Senado es más proteccionista que la aprobada por el Comité de Medios y Arbitrios (de la Cámara de Representantes), la iniciativa enfrentará una dura oposición en la reunión del comité conjunto", advirtió el martes un funcionario del Congreso.
El Comité de Medios y Arbitrios había aprobado este año una ICC de amplio alcance, pero no lo sometió a la votación de la Cámara de Representantes debido al fuerte sentimiento proteccionista reinante.
El comité conjunto de ambas cámaras, que comenzará a trabajar cuando el Senado apruebe la ley, deberá conciliar diferentes versiones del mismo proyecto antes del envío de la propuesta definitiva al presidente Bill Clinton para su promulgación.
Mientras la versión de la cámara baja incluye sólo la iniciativa para Africa, la del Senado comprende la ICC, una extensión por cinco años del Sistema Generalizado de Preferencias (que permite al presidente reducir aranceles a las exportaciones de países en desarrollo) y un paquete de ayuda y reconversión laboral.
Este paquete está destinado a aquellos trabajadores que pierden su empleo debido a la competencia extranjera.
El comité conjunto podría aprobar sólo la propuesta para Africa y eliminar alguna o todas las otras secciones de la versión del Senado.
Si, por otra parte, el comité aprueba la propuesta completa de la cámara alta, el resultado sería una gran victoria para la administración Clinton, que en los últimos cinco años no pudo obtener la aprobación de ninguna propuesta importante de ley comercial.
Así mismo, la aprobación de la ICC daría a Clinton más credibilidad en la próxima reunión ministerial de la Organización Mundial del Comercio (OMC), que comenzará en Seattle a fin de mes.
"No lleguemos a Seattle con las manos vacías", exhortó William Roth, presidente del Comité de finanzas del Senado y principal patrocinador de la versión de la cámara alta.
En cuanto a la ICC, otorgaría a los países de América Central y el Caribe casi las mismas preferencias comerciales que México recibió con el TLC, excepto en lo relativo a productos textiles y prendas de vestir.
Según la versión del Senado, estos productos sólo ingresarían a Estados Unidos libres de aranceles y cuotas si fueran hechos a mano o fabricados con hilos o tejidos estadounidenses. Todos los demás textiles y prendas de vestir continuarán sujetos a restricciones comerciales.
La oposición nacional, tanto a la iniciativa para América Central y el Caribe como para Africa, procede fundamentalmente de legisladores de estados sureños, donde hay grandes intereses textiles.
Los opositores arguyen que el alivio de las actuales barreras comerciales a la importación de productos textiles perjudicaría la industria nacional, que ya sufrió una gran pérdida de puestos de trabajo en las últimas dos décadas debido a la instalación en el extranjero de muchas fábricas estadounidenses de vestimenta.
Legisladores demócratas vinculados a sindicatos, organizaciones ambientalistas y de desarrollo también se oponen al proyecto, arguyendo que está dirigido a exportar empleos estadounidenses a países con mano de obra barata y que promueve un modelo de desarrollo "inadecuado" para las naciones pobres.
En especial, temen que la ley exonere de aranceles y cuotas a la mayoría de las exportaciones de Africa, aunque esta exoneración está sujeta a condiciones relacionadas con la liberalización de las economías.
Para obtener todos los beneficios previstos en el proyecto, los países deben orientar sus economías de acuerdo con las pautas del Banco Mundial y el FMI, ofrecer garantías a los inversores extranjeros, proteger los derechos de propiedad intelectual e incorporarse a la OMC, entre otras medidas.
Algunos críticos, entre ellos grupos laborales y religiosos, sostienen que la ley ayudará más a las multinacionales estadounidenses que a los africanos comunes. (FIN/IPS/tra- en/jl/mk/mlm/if-dv/99