Los habitantes de Venezuela serán convocados a un referéndum el 15 de diciembre, para que voten a favor o en contra de la nueva Constitución con la cual se aspira a redefinir este país.
El presidente de la Asamblea Constituyente, Luis Miquilena, informó este viernes que esa fue la fecha acordada con el Consejo Nacional Electoral (CNE), organismo encargado de realizar los comicios.
Para enero, "Constitución habemus", aseguró un sonriente Miquilena. Eso significa que el debate sobre el contenido de la carta fundamental deberá terminar al menos un mes antes, a mediados de noviembre.
Es necesario un periodo de un mes para que la Constitución sea impresa y difundida a los votantes, para que éstos puedan tomar una decisión informada en el referendo.
La comisión directiva de la Asamblea Constituyente decidió esta semana apretar el acelerador y adoptar una metodología que le permita cumplir con el plazo, después de dos semanas en que el debate fue lento, matizado por largas discusiones.
En teoría, un mayor orden en los debates, con intervenciones limitadas por cada tema, debería permitir aprobar unos 300 artículos en 14 días.
Sería un verdadero cambio con respecto a los 81 artículos aprobados en las nueve sesiones realizadas desde que el borrador de la nueva Constitución comenzó a ser revisado en sesión plenaria por los 131 miembros de Asamblea.
Pero si bien el aumento de velocidad permitiría cumplir la meta trazada por el presidente Hugo Chávez y por la propia Asamblea de terminar la Constitución este año, hay quienes dudan de que el tiempo baste para hacer un texto de calidad.
"Está bien que se quieran cumplir las metas, pero pretender aprobar 310 artículos en unos días me parece una exageración", comentó el constituyente Alfredo Peña, quien consideró que la Asamblea podría batir "un récord mundial".
Hubo "falta de dirección política" en el proceso, según otro constituyente, Guillermo García, quien criticó la redacción del borrador, que consideró mal redactado y con muchos postulados, lo cual dio origen a "debates copiosos".
Tanto Peña como García fueron elegidos en las listas del oficialista Polo Patriótico, cuyos integrantes coinciden en respaldar a Chávez pero no siempre están de acuerdo sobre el contenido constitucional.
Entretanto, algunas de las pocas figuras con que cuenta la oposición en una Asamblea ampliamente dominada por el oficialismo han manifestado su intención de retirarse si la nueva metodología les impide debatir los temas adecuadamente.
Los asambleístas acordaron suspender las sesiones plenarias el miércoles, para buscar nuevas fórmulas de debate y también para descansar tras maratónicas sesiones.
Miquilena informó sobre este proceso a Chávez, quien el viernes llegó de una prolongada gira por Asia y Europa, y según medios locales se comprometió ante el mandatario a terminar el proceso este año.
"El país necesita salir este año del problema de la Constitución", afirmó Miquilena. Sin embargo, también predijo que la Asamblea Constituyente recibirá criticas de quienes la acusarán de hacer un "mamarracho" de la carta fundamental.
El proceso constituyente es el principal proyecto político de Chávez, quien pretende basarse en la nueva carta fundamental para impulsar una "refundación" de la democracia venezolana.
Después de asumir la presidencia en febrero, Chávez auspició un referendo en abril, que aprobó abrumadoramente la idea de convocar la Asamblea Constituyente, elegida en comicios generales el 25 de julio.
El referendo del 15 de diciembre sellaría el proceso, si como es previsible la mayoría vota por el 'sí'. Analistas locales han destacado que el principal enemigo a derrotar será la abstención. (FIN/IPS/lc/ff/ip/99