La Asamblea Constituyente de Venezuela encontró un adversario inesperado en la Iglesia Católica, que reaccionó airada porque el borrador de carta fundamental mantiene abierta la posibilidad de autorizar el aborto.
La Iglesia acordó iniciar desde este viernes una serie de protestas contra la decisión de la Asamblea y convocó dentro de 10 días a una reunión extraordinaria de la Conferencia Episcopal, tras calificar la decisión de los constituyentes como "una bofetada".
El episcopado podría decidir hacer campaña por el "no" para el referendo popular que deberá sellar la aprobación definitiva de la Constitución, admitió el obispo Jorge Urosa en declaraciones a medios venezolanos.
Los constituyentes han reaccionado con asombro ante la posición asumida por la Iglesia, y han criticado a sus representantes porque consideran que sus afirmaciones sobre el contenido constitucional son inexactas.
"El aborto no está planteado", advirtió este viernes el presidente de la Asamblea, Luis Miquilena.
La posición asumida por la Iglesia es "temeraria" dijo Miquilena, quien aseguró que la Asamblea Constituyente se limitó a mantener lo dispuesto por la Constitución vigente desde 1961.
La abrumadora mayoría votó por mantener en dos artículos de la nueva Constitución que en Venezuela "el derecho a la vida es inviolable", sin ningún tipo de condicionamiento adicional.
La Iglesia Católica había presionado para precisar que este derecho está vigente "desde la concepción", lo cual hubiera conjurado desde la carta fundamental cualquier intento por aprobar alguna forma de aborto en Venezuela.
También habría anulado el aborto terapéutico, que actualmente está legalizado en Venezuela cuando sea necesario para salvar la vida de la madre.
"Aquí no se aprobó el aborto, lo que se aprobó es lo mismo que existía en la Constitución de 1961", insistió el asambleísta Alfredo Peña, quien coincidió en considerar incomprensible la posición de la Iglesia.
Algunos constituyentes se preguntaron por qué la Iglesia no realizó ninguna campaña organizada contra la Constitución anterior.
Los 131 miembros de la Asamblea Constituyente de Venezuela iniciaron hace dos semanas la discusión del borrador de la carta fundamental en sesiones plenarias que son transmitidas en vivo por televisión.
El 23 de octubre, la primera vez que fue derrotada la posición de la Iglesia, un aplauso aprobó el voto a favor del derecho a la vida sin apelativos, aunque cinco constituyentes se levantaron para salvar su voto en la forma más explícita posible.
Ese mismo día la directiva de la Asamblea había recibido a la directora regional del Fondo de las Naciones Unidas para la Población (FNUAP), Marisela Padrón, quien abogó por mantener el derecho a la vida "a secas".
Apenas se retiró de la sede de la Asamblea, una delegación de 10 obispos llegó hasta el recinto para insistir en pedir que fuera "desde la concepción" y hasta "la muerte natural", en este último caso para descartar la posibilidad futura de aprobar la eutanasia.
El episcopado consideró que el FNUAP realizó una "presión indebida" y aseguró que la agencia de la Organización de las Naciones Unidas financia a grupos que se oponen a la posición de la Iglesia.
Los jerarcas de la Iglesia aseguraron que ellos, en cambio, estarían actuando en representación de la mayoría de la población.
Sin embargo, organizaciones defensoras de los derechos de las mujeres han advertido que posiciones como la del episcopado pasan por encima de la realidad del aborto en Venezuela.
Según estimaciones divulgadas por la prensa local, en este país se realizan unos 50.000 abortos anuales, que causan la muerte de al menos 150 mujeres. (FIN/IPS/lc/mj/pr ip/99