TRABAJO: Crece empleo de la mujer, según ONU

El empleo femenino creció más rápidamente que el de los hombres en todas las regiones del mundo, con la excepción de Africa, desde 1980, según un nuevo estudio de la Organización de las Naciones Unidas (ONU).

"No sólo aumentó en todas las regiones del mundo, sino que encabezó el crecimiento general del empleo en los últimos años", agrega.

Las mujeres hoy tienen mayores oportunidades en el mercado de trabajo gracias a la globalización de la economía, según el estudio "Investigación Mundial sobre el Papel de la Mujer en el Desarrollo".

Pero a pesar de ese resultado positivo, el informe precisa que la globalización no mitigó las prácticas de discriminación ni minimizó las desigualdades por cuestiones de género.

Publicada cada cinco años por el Departamento de Asuntos Económicos y Sociales, la investigación será el documento básico de una sesión especial de la Asamblea General de la ONU en junio.

La sesión, conocida como "Beijing más cinco", evaluará el resultado de la Cuarta Conferencia Mundial sobre la Mujer celebrada en la capital china en 1995.

El estudio señaló que la participación de la mujer en el trabajo remunerado ha sido más destacada en países como España y Holanda, donde las mujeres no eran tan activas en el sector a comienzos de los años 80.

En Canadá, Estados Unidos y los países escandinavos las mujeres son casi la mitad de la población económicamente activa, y en algunos grupos etarios más de 70 por ciento trabajan en forma remunerada.

En los países en desarrollo, la participación de la mujer en el mercado de trabajo supera casi 60 por ciento, pero sigue siendo baja en la mayoría de los países de Medio Oriente.

El estudio también concluyó que, en la práctica, el empleo remunerado no siempre significa la potenciación de las mujeres.

Por ejemplo, es común que las mujeres jóvenes, que representan la mayor parte de la mano de obra de las zonas procesadoras para la exportación, no tengan control sobre lo que ganan.

Muchas de ellas deben entregar la mayor parte de sus salarios a sus familias que utilizan los ingresos para consolidar las desigualdades de género o para costear la enseñanza de sus hermanos menores.

Los estudios sobre las obreras de fábricas en Bangladesh y Pakistán revelaron que prácticamente la mitad entregan sus ingresos a sus esposos o a otros hombres de sus familias.

En otras instancias, sobre todo en el medio rural, las trabajadoras son reclutadas por hombres (sus padres u otros) que reciben sus ingresos, algo común en Indonesia y Túnez.

Así mismo, la carga de trabajo en el hogar y la responsabilidad por el cuidado de los hijos que tienen las mujeres no disminuyeron con el incremento de la participación en el trabajo remunerado.

Por esa razón, el trabajo remunerado hace que muchas mujeres cumplan un "doble día" de labor.

El estudio también halló que, en ocasiones cuando las mujeres comienzan a generar ingresos propios, se reducen las fuentes de ingresos que reciben de sus esposos.

También hay señales de que el empleo remunerado está debilitando gradualmente los valores tradicionales de género en muchas sociedades.

La demanda internacional de trabajadoras domésticas dio a las mujeres una de las pocas oportunidades para emigrar legalmente a países industrializados. Pero muchas que lo hacen sufren diversos tipos de discriminación y violencia por su condición de inmigrante y por su género, agrega el informe.

A pesar de esos problemas, la exportación de mano de obra femenina se convirtió en una importante estrategia económica para generar divisas extranjeras que se necesitan para resolver problemas económicos, sociales y políticos.

La mayoría de las trabajadoras inmigrantes proceden de Filipinas, Indonesia, Sri Lanka y Tailandia, y los principales lugares a donde se trasladan son Arabia Saudita, Brunei, Hong Kong, Japón, Kuwait, Singapur y Taiwan.

La restricción al ingreso de inmigrantes en muchos de los países receptores aumentó el número de indocumentados dispuestos a aceptar trabajo doméstico en forma ilegal, señaló el estudio.

Sujetas al acoso, las redadas y la detención policial, las inmigrantes indocumentadas son especialmente vulnerables al abuso y la violencia, ya que no son protegidas y suelen ser perseguidas en el país anfitrión.

El estudio de la ONU reveló que la evidencia sugiere que aumentó la cantidad de mujeres que emigran por vías ilegales e indocumentadas, y que sólo en Asia hay más de 700.000. (FIN/IPS/tra-en/td/mk/aq/lb/99

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