El Consejo de Seguridad de la ONU se dispone a aprobar este lunes una ambiciosa misión de reconstrucción para el devastado Timor Oriental, luego de obtenida la luz verde de Indonesia.
Yakarta renunció el miércoles a toda pretensión sobre el territorio, allanando el paso para que los 15 miembros del Consejo – incluida China, que antes se oponía a la medida- aprobaran la Administración Provisional de las Naciones Unidas en Timor Oriental (UNTAET, por sus siglas en inglés).
Una resolución que se espera sea aprobada por unanimidad autorizaría a UNTAET a hacerse cargo transitoriamente de la administración del nuevo país, incluido su sistema de justicia y la elaboración de una nueva Constitución.
Los timorenses orientales celebraron el 30 de agosto un plebiscito de autodeterminación que resultó favorable a la independencia de Indonesia por 78,5 por ciento de los votos.
Una vez conocidos los resultados, milicias opuestas a la independencia -apoyadas por el ejército indonesio- iniciaron una ola de asesinatos, incendios y saqueos que dejó miles de muertos y cientos de miles de desplazados.
La resolución del Consejo abriría el camino para el envío de unos 10.000 soldados, incluidos más de 1.600 policías civiles.
Se espera que la misión mantenga el orden en la antigua colonia portuguesa hasta que el pueblo elija un gobierno, en un proceso que podría llevar dos o tres años, según funcionarios de la ONU (Organización de las Naciones Unidas).
El primer administrador civil de UNTAET sería el brasileño Sergio Vieira de Mello, subsecretario general de la ONU para Asuntos Humanitarios, quien hace poco terminó su mandato como administrador provisional de la misión del foro mundial en la provincia serbia de Kosovo.
Vieira de Mello fue un conocido crítico de la ocupación de Indonesia y partidario de la causa independentista en Timor Oriental, pero funcionarios de la ONU aseguran que será un administrador imparcial durante los seis meses que durará su mandato.
Varios hechos de los últimos días evidenciaron que Indonesia está preparada para dejar ir a Timor Oriental.
La Asamblea Consultiva del Pueblo (el parlamento indonesio) renunció el miércoles al reclamo de cualquier pretensión sobre el territorio que ocupó brutalmente desde 1975. La ONU nunca reconoció la anexión.
La decisión hizo que abandonaran el territorio miles de soldados indonesios, que permanecían en Timor Oriental pese a la presencia de una fuerza multinacional de paz (Interfet) encabezada por Australia.
Una vez restaurada la seguridad en Dili, la capital, Interfet hizo regresar la semana pasada al líder de la resistencia timorense, Xanana Gusmao, de quien se cree será el próximo presidente de Timor Oriental.
Gusmao, quien pasó siete años en distintas cárceles de Indonesia y bajo arresto domiciliario hasta su liberación el mes pasado, fue recibido por cientos de timorenses el viernes y pronunció un emotivo discurso.
"Ha sido una lucha muy difícil, que duró demasiado tiempo" y cobró demasiadas víctimas, pero los timorenses orientales demostraron al mundo que estaban dispuestos a luchar por la independencia, dijo el líder.
Aunque los timorenses en general apoyan una administración provisional de la ONU, varios funcionarios expresaron su preocupación por los inmensos desafíos que se presentarán.
"Básicamente, debemos reconstruir Timor Oriental. Todo el país está destruido", dijo José Luis Guterres, secretario de asuntos exteriores del Consejo Nacional de Resistencia Timorense, una organización independentista.
Mientras, Ross Mountain, coordinadora humanitaria de la ONU para Timor Oriental, señaló que aún se desconoce el paradero de unas 300.000 personas que huyeron de la violencia el mes pasado, de una población total de 850.000, según cifras previas al plebiscito.
Hay unos 250.000 timorenses orientales que permanecen refugiados en Timor Occidental y otras partes de Indonesia, y "probablemente aún haya decenas de miles en las montañas, pero de todas maneras los números no cierran", dijo.
Algunos funcionarios de la ONU expresaron su temor a que los refugiados desaparecidos hayan sido masacrados y arrojados al océano Pacífico. (FIN/IPS/tra-en/fah/mk/mlm/ip-hd/99