Más de 40 mujeres y niños murieron víctimas de una epidemia de cólera que afecta a la población de Port Loko, al norte de Sierra Leona, informaron las autoridades sanitarias.
"El número de muertos aumentará debido a la carencia de agua potable y la falta de condiciones sanitarias de la región", advirtió a IPS Clifford Gamanga, un funcionario de Salud de Port Loko, quien pidió acciones urgentes para detener la propagación de la enfermedad.
El distrito de Port Loko se encuentra 115 kilómetros al noroeste de Freetown, y fue escenario de repetidos enfrentamientos durante el conflicto entre fuerzas del gobierno e insurgentes, que ha durado ocho años.
La infraestructura de la localidad sufrió serios daños, y más de la mitad de los cerca de 200.000 habitantes de la región escaparon.
"Las fuentes de agua purificada fueron destruidas y las personas que se quedaron se ven obligadas a consumir agua impura que sacan de pozos superficiales", explicó Gamanga.
"Durante la batalla de este año, decenas de muertos fueron abandonados en las calles o enterrados en fosas poco profundas, y esa puede otra de las causas de la epidemia", conjeturó.
El Ministerio de Salud y Sanidad informó que el ruinoso hospital de Port Loko atiende diariamente a 400 personas afectadas por el cólera.
La situación empeoró debido al consumo de aceite de palma que algunos comerciantes inescrupulosos adulteraron con soda cáustica. Personas con escasos recursos compraron esa mezcla barata pero venenosa.
Cerca de 300 desnutridos fueron admitidos en el hospital de Port Loko, y 20 personas en condiciones graves fueron enviados a Freetown para recibir tratamiento de urgencia.
Las organizaciones no gubernamentales (ONG) Ayuda Cristiana y Foro del Norte "donaron alimentos y medicamentos" a la ciudad, pero la cantidad entregada no resultó suficiente, y los trabajadores de la salud de Port Loko instaron al gobierno y a las ONG a que incrementaran la ayuda humanitaria para la región.
Un foco de cólera se registró también en Freetown, donde murieron más de 100 personas antes de que las autoridades pudieran controlar la epidemia.
El doctor Haroun Turay, director de Prevención y Control de Enfermedades, dijo a IPS que en la capital se registraron más de 4.000 casos de diarrea hemorrágica y cólera.
El gobierno y la Organización Mundial de la Salud, con la colaboración de las ONG Médicos sin Fronteras y Merlin, adoptaron medidas para detener la expansión de la epidemia en Freetown y en ciudades y pueblos de otras provincias.
El gobierno está decidido a erradicar la epidemia, y esto se refleja en el despliegue de voluntarios en las comunidades afectadas, declaró B.A. Kawa, a cargo de la Unidad de Educación sobre Salud del Ministerio de Salud.
Esos voluntarios trabajan en campamentos de desplazados por la guerra, en asentamientos precarios con exceso de población y en los suburbios Kissy y Wellington, al este de Freetown.
"La campaña ha sido muy exitosa porque creamos centros de control del cólera en varias partes de la ciudad, a los cuales se dirigen los enfermos para recibir tratamiento", explicó Kawa.
Los voluntarios disponen de soluciones salinas para rehidratación oral, las cuales distribuyen en forma gratuita entre los necesitados.
En Port Loko llevará un tiempo controlar la situación. Las autoridades tendrán que ocuparse del problema urgente de la desnutrición, que va en aumento porque la región sufre un saqueo continuo de los rebeldes, quienes buscan alimentos y medicamentos al igual que la empobrecida población civil. (FIN/IPS/tra- en/lf/mn/ceb/mp/he/99