El fantasma del hambre y las epidemias amenaza las vastas zonas de México cubiertas por las inundaciones, donde no termina el recuento de las víctimas.
Las lluvias causadas por la depresión tropical desde hace una semana ya dejaron 314 muertos y 271.000 damnificados en los estados de Tabasco, Veracruz, Hidalgo, Oaxaca y Puebla, informó este lunes la Secretaría (ministerio) de Gobernación (interior).
Pero la Coordinadora de Emergencias de la organización humanitaria católica Cáritas, de la Arquidiócesis de México, reportó 500 muertos y 300 desaparecidos en esos mismos estados y en Chiapas y Michoacán.
Mientras, testigos de los hechos aseguraron que sólo en la sierra de Papantla, Veracruz, hubo 800 víctimas, que quedaron sepultadas bajo un alud. Los víveres no habían llegado a más de 30 comunidades de esa región, afirmaron las mismas fuentes.
Derrumbes en carreteras y desbordamientos de ríos y lagunas se confabularon para mantener hasta este lunes incomunicadas amplias regiones a las cuales la ayuda no había llegado una semana después de iniciadas las lluvias.
Sin agua, alimentos ni medicinas, el hambre, el cólera y las enfermedades diarreicas amenazan a los sobrevivientes.
Una brigadista relató las dificultades que tuvo para quitarle un trozo putrefacto de carne de res a un hambriento niño de unos siete años de la etnia totonaca de Veracruz.
Según el informe oficial, 70.200 damnificados son atendidos en albergues y el equivalente a 234 millones de dólares fueron puestos a disposición de los gobiernos de estados para atender las necesidades de los afectados.
Mientras las historias de horror se multiplican, se pronostica que las lluvias intermitentes y algunas tormentas de corta duración continuarán hasta este jueves en las regiones centro, oriente y sur de México, explicó a IPS Alberto Hernández, experto del Servicio Meteorológico Nacional.
Pero se espera que "la baja presión que se registra cerca del golfo de Honduras aumente y entre al país como ciclón tropical" este viernes y sábado.
Otro sistema de baja presión detectado en el istmo de Tehuantepec, en el sureño estado de Oaxaca, amenaza "tambiém las zonas devastadas del país", agregó.
"La situación dependerá de cómo evolucionen esos dos sistemas", informó Hernández.
Unos 8.000 efectivos del ejército y un número indeterminado de voluntarios trabajan a marchas forzadas en el rescate de víctimas, en comunidades donde los torrentes siguen arrasando todo lo que encuentran a su paso.
La propia gente ha encontrado medios de salvar la vida.
Tras escuchar un "tronido (trueno) espantoso", Silvia Solís, ama de casa de 32 años, abandonó su casa en Atotoyacan, en el oriental estado de Puebla, al ver por la ventana el río Tecolutla convertido en un descomunal torrente.
En el camino, la mujer fue finalmente alcanzada por las aguas y arrastrada medio kilómetro, hasta que logró asirse primero a un poste de luz y luego a un árbol desprendido casi desde la raíz.
Más de 24 horas permaneció sostenida del tronco. "Veía cómo amanecía y cómo anochecía. Me dolía todo el cuerpo, la cabeza. Nadie puede imaginarse lo que pasé", relató Solís.
Cuando la lluvia se detuvo y el nivel de agua bajó, Solís caminó unos 20 kilómetros en busca de auxilio. Antes de emprender camino, "volteé a ver mi pueblo" y "ya no estaba". "Sólo había piedras, troncos y lodo", dijo.
Después de su odisea, Solís emprendió una aventura más amarga: encontrar a su esposo y a sus dos hijos desaparecidos.
En los estados de Puebla y Veracruz (oriente) se registró la desaparición de poblados enteros. Sólo tres viviendas quedaron en la pequeña comunidad de Mixum, en Puebla, sepultada hace tres días por la mitad de un cerro.
En medio del hedor de cuerpos en descomposición, socorristas y lugareños buscaban hasta este lunes cuerpos sepultados por el lodo, mientras hombres y mujeres abrían con machetes una vereda para comunicar con el exterior la asolada Mixum.
Esas historias se repiten en múltiples poblados.
"No teníamos mucho, pero lo perdimos todo", es una frase común entre los damnificados que con angustia reclaman asistencia.
El presidente Ernesto Zedillo anunció la suspensión de una gira por España y Alemania, que se proponia comenzar el próximo viernes y finalizar el día 22. El mandatario coordinará en persona la tarea de auxilio y reconstrucción de las zonas devastadas. (FIN/IPS/pf/mj-ff/en/99