– Tras conseguir la mayor victoria electoral de su historia, los socialistas portugueses aparecieron hoy como perdedores en los comicios legislativos del domingo, al fallar en su objetivo declarado de obtener la mayoría absoluta.
Sin embargo, el voto sumado de los grupos de centroizquierda que alcanzaron representación parlamentaria alcanzó 55,3 por ciento (43.9 pa ra los socialistas) mientras los grupos de centroderecha obtuvieron 40.3 por ciento. La abstención llegó a un inédito 38,1 por ciento.
El primer ministro socialista Antonio Guterres había pedido explícitamente al electorado una mayoría absoluta para su partido – en e l que también milita el presidente de la República, Jorge Sampaio – con el fin de gobernar en un clima de "estabilidad".
Impedir este objetivo – calificado de "chantaje" – se convirtió inmediatamente en la meta de la oposición de derecha y de izquierda, y en tema principal de la campaña electoral, caracterizada por su falta de pasión y un creciente desinterés público.
Los socialistas se quedaron "en la playa" fue el comentario este lunes de los principales analistas portugueses, porque hasta poco antes de la medianoche del domingo los resultados aun daban espacio a las esperanzas de una mayoría absoluta al partido del ex presidente Mario Soares.
Con 113 de los 230 escaños de la Asamblea de la República, los socialistas aumentaron en un diputado su representación desde 1995 – mientras el centroderechista partido Socialdemócrata (PDS – segunda fuerza política del país) vio disminuir su caudal de 34 a 32,3 por ciento, con 79 diputados (de 88).
La alianza izquierdista Confederación Democrática Unitaria (CDU), conformada por comunistas y verdes, obtuvo nueve por ciento, aumentando su representación de 15 a 17 diputados – en su primer repunte electoral desde 1976 – para convertirse en la tercera fuerza política de Portugal.
Uno de los fenómenos electorales de esta campaña fue el Bloque de Izquierda (BE), formado por intelectuales radicales insatisfechos con la izquierda tradicional . El BE, que basó su campaña principalmente en Lis boa y Oporto (al norte del país), consiguió dos diputados con 2,4 por cient o de los sufragios.
Pese a que la izquierda es mayoría absoluta en el país, la realidad nacional e internacional impide un acuerdo programático entre fuerzas que parecen distanciarse cada vez más. "Una izquierda que no imita a la derecha", fue el lema central de la coalición comunista-verde en los comicios.
El PS del primer ministro Guterres no ha tomado partido en la confrontación ideológica que sacude a la socialdemocracia europea a part ir del lanzamiento en junio del documento "La tercera vía – El nuevo medio" por parte del primer ministro británico Tony Blair y el canciller alemán , Gerhard Schroeder.
Sin embargo la política oficial portuguesa se asemeja más a la británica, alemana o italiana que a la de Francia, con un marcado acento e n la austeridad fiscal y en la reducción del papel estatal en la economía.
Estadísticas oficiales publicadas en septiembre indican que, con 24 por ciento, Portugal tiene el índice de pobreza más alto de la Unión Europ ea (UE), por encima o de países con menos ingreso per capita, pero distribución más equitativa de la riqueza, como Grecia e irlanda.
Guterres, aunque sonriente por la victoria, se vio obligado este lunes a admitir que el voto fue "un aviso" del electorado para que el PS respete a las oposiciones. "Es obvio que los portugueses estimaron que que el PS no merecía la mayoría absoluta", dijo.
Pero advirtió también que con el respaldo obtenido no veía razón alguna para cambiar su política y rechazó la posibilidad de un gobierno de coalición.
El derechista partido Popular (PP) celebró el resultado como un triunfo , pese a que fracasó en sus objetivos principales: conseguir diez por ciento (obtuvo 8,3) y superar a los comunistas. El PP obtuvo nueve puntos menos que en 1995 y perdió un diputado (ahora tiene 14).
El secretario general del partido Comunista (PCP), Carlos Carvalhas, estimó que en Portugal se produjo una "inversión de tendencia" hacia l a izquierda, pues el aumento de votos de la CDU y el Bloque de Izquierda provino de antiguos votantes socialistas, mientras el PS los consiguió de la derecha.
Según Carvalhas, el fracaso del PS en obtener la mayoría absoluta "e s un hecho positivo para los intereses de los trabajadores en la vida política nacional".
Socialistas y Comunistas fueron aliados en la lucha contra la dictadura corporativa de Antonio de Oliveira Salazar y Marcello Caetano, que rigió a Portugal durante 48 años, y respaldaron el golpe militar encabezado por militares izquierdistas en 1974, que abrió paso a la democracia.
El curso de la revolución portuguesa determinó una clara brecha entre ambas organizaciones, que luchaban por la hegemonía en el grupo militar dirigente, entre 1974 y 1976. El PS salió triunfante de ese encuentro y marcó el ritmo del cambio político en Portugal. (FIN/IPS/eu ip/ak/ak/99)