Unos 600 paramilitares indígenas de la selva central de Perú se sumaron a los 1.200 soldados lanzados contra dos columnas de Sendero Luminoso, que el día 2 dieron muerte a un general y otros cuatro oficiales del ejército.
El incidente parece el rebrote de la insurgencia del partido maoísta Sendero Luminoso, organización que inició en 1980 declaró una guerra civil que costó casi 30.000 muertos y desaparecidos hasta 1992, cuando la captura de su Comité Central lo colocó en crisis al parecer colapsal.
Su máximo jefe e ideólogo, Abimael Guzmán, preso en 1992, anunció su rendición en 1993 y pidió a sus seguidores abandonar la lucha armada. Pero un sector, liderado hasta hace poco por el disidente Oscar "Feliciano" Ramirez, se refugió en una intrincada montaña tropical para proseguir la insurgencia.
Feliciano fue capturado en julio y el ejército trata ahora de abatir el supuesto último bastión senderista, en el río Ene, en la selva central, donde operan el jefe guerrillero "Artemio" y su lugarteniente principal, "Alipio", con la aparente ayuda logística de narcotraficantes de la zona.
En el ataque del día 2, un helicóptero en el que se trasladaban dos generales y al menos un coronel fue abatido en esa zona en circunstancias poco claras.
Según insistentes versiones, los generales, engañados, se proponían negociar la rendición de los guerrilleros, que los atacaron. Uno de los generales y varios oficiales y soldados lograron escapar y resistieron en la jungla hasta ser rescatados.
El presidente Alberto Fujimori negó que el helicóptero haya sido abatido en el curso de una frustrada negociación de rendición y aseguró que se trataba de un patrulla de inteligencia.
El ejército lanzó a todas sus unidades de elite a perseguir a los 180 guerrilleros y también ha movilizado a las "rondas", grupos paramilitares conformadas por nativos selvícolas de la región.
Las "rondas" son parte de la estrategia impulsada por Fujimori después del "autogolpe" de 1992, cuando disolvió el parlamento para dictar sin obstáculos una nueva legislación antisubversiva, más eficaz.
Los selvícolas movilizados contra los atacantes del helicóptero pertenecen a la etnia ashaninka, la más numerosa de la selva peruana, y proceden de una veintena de aldeas y comunidades de la zona del Gran Pajonal, el río Ene y sus afluentes.
Los paramilitares ashaninkas se han concentrado en la ciudad de Atalaya y portan las escopetas de retrocarga que el gobierno entregó hace algunos años a sus comunidades para que se protegieran de los guerrilleros de Sendero Luminoso y del Movimiento Revolucionario Tupac Amaru.
El indígena Miguel Camaitieri, jefe de la movilización ashaninka, informó además que algunas comunidades fueron evacuadas y que las mujeres, niños y ancianos se han trasladado a zonas bajo protección militar para evitar represalias senderistas.
Los nativos de la zona celebran el 14 de enero el Día de la Independencia de la Nación Ashaninka, en recuerdo de la captura, en 1990, del pueblo de Oventeni, donde las fuerzas senderistas habían instalado su sede política y militar de la selva central.
"Ese día, tomamos Oventeni con arcos y flechas porque todavía no nos habían entregado escopetas. Los senderistas oprimían a nuestros hermanos, mataban a a los que se resistían a ayudarlos. Nos juntamos y les dimos 24 horas para que se vayan, y se fueron", recordó Camaitieri.
Por otro lado, el matutino opositor La República difundió este jueves datos que parecen confirmar la versión de que los oficiales abatidos en el ataque al helicóptero fueron atraídos al montañoso paraje de la selva central por la falsa promesa de rendición de los guerrilleros maoístas.
Según La República, el teniente Robert Soto, uno de los oficiales muertos, no se encontraba a bordo del helicóptero atacado sino al mando de una patrulla que se adelantó para preparar la presunta rendición de los guerrilleros y que él y sus soldados fueron muertos primero.
El teniente Soto habría participado días antes en la entrega de alimentos a dos grupos guerrilleros, contactados por el Servicio de Inteligencia Nacional (SIN) mediante una senderista "arrepentida", que habían expresado su voluntad de rendirse.
Se denomina "arrepentidos" a los senderistas capturados, o que se entregan voluntariamente, en acatamiento de la orden de deponer las armas emitida en 1993 por Abimael Guzmán desde la prisión naval en el Callao, donde se encuentra preso.
María Pérez Palomino, conocida como la "camarada Rita", fue capturada en julio junto a Feliciano, hasta entonces el más importante jefe político y militar senderista en libertad.
Feliciano se "arrepintió" y autorizó a Rita a buscar contactos entre la organización subversiva en armas en la selva central y el SIN.
Rita puso en relación al SIN con "Joel", líder de una de las columnas que operan en el area del río Ene y están bajo el comando zonal de Alipio y la jefatura política de Artemio, sucesores de Feliciano.
Según las fuentes de La Republica, Alipio se enteró de las negociaciones de rendición de Joel, lo engañó fingiendo plegarse, propuso que se concertara la entrega "ante algún general", y luego, horas antes del encuentro, le dio muerte.
También mató al teniente Soto y a sus soldados, esperó la llegada del helicóptero y lo atacó con explosivos y fuego cruzado. (FIN/IPS/al/mj/ip/99