Cuatrocientos soldados y agentes de inteligencia se sumaron hoy en Perú a la persecución de la columna del grupo guerrillero Sendero Luminoso que mató el sábado a nueve militares en la selva central.
El ataque a la patrulla militar ocurrió cuando sus integrantes descendían de un helicóptero, en un punto cercano al río Anapatí, afluente del Ene, en las selvas de Satipo, región boscosa caracterizada por la producción ilegal de coca y otras actividades del narcotráfico.
"De ser necesario, enviaremos hasta 1.500 efectivos para abatir a la columna terrorista", advirtió este martes el presidente Alberto Fujimori, quien admitió, sin embargo, que "realizar un cerco en la zona es muy complicado por la espesura de la selva".
El ataque ocurrió horas después de las celebraciones oficiales en Beijing de los 50 años de la Revolución China, encabezada por Mao Zedong, el inspirador de la guerrilla senderista.
Sendero Luminoso se anotó el fin de semana un inesperado triunfo militar, ante una opinión pública acostumbrada a que se presente a este partido maoísta como organización derrotada, sin línea de mando clara y envuelta en una paralizante discusión ideológica interna.
Esta idea fue reforzada a mediados de julio, cuando Oscar "Feliciano" Ramírez, el más importante de los jefes de Sendero Luminoso en libertad, fue capturado desarmado y acompañado de dos mujeres cuando ingresaba a la ciudad de Huancayo, en la sierra central, tras escapar de un cerco en las selvas de Viscatán.
Fujimori advirtió entonces que Sendero Luminoso reemplazaría a Feliciano y que, probablemente, su sucesor sería "Artemio", dirigente senderista cuya identidad exacta se desconoce.
Cuando el fundador, ideólogo y máximo líder histórico de Sendero Luminoso, Abimael Guzmán, dispuso en 1993 el cese de la lucha armada desde la cárcel en donde encuentra preso, Feliciano rechazó la orden y se refugió en las selvas de Viscatán para reagrupar sus fuerzas.
A través de vídeos grabados en la cárcel y difundidos por el gobierno, Guzmán, conocido como "Presidente Gonzalo", admitió que su organización militar estaba derrotada y sostuvo que proseguir la lucha armada liquidaría al partido maoísta.
Feliciano replicó que seguía "acatando el pensamiento de Abimael Guzmán, pero no sus palabras, porque las revoluciones no se dirigen desde la prisión sino desde las montañas".
El nuevo líder guerrillero estableció en Viscatán, un paraje montañoso y tropical, la sede de la jefatura política de la fracción a la que denominó Sendero Rojo, y encargó a Artemio dirigir las operaciones militares en la selva central, en donde se produjo la emboscada del sábado.
Feliciano fue capturado cuando trataba de esconderse en la ciudad de Huancayo, después de burlar el acoso del ejército, que abatió a sus hombres o los dispersó. Al parecer, trataba de llegar hasta la zona del río Ene, en Satipo, bastión de las columnas de Artemio.
Aparentemente, un subalterno de Artemio conocido como Alipio fue el jefe militar que dirigió el ataque del sábado contra 35 efectivos del ejército en un claro de la selva, cerca del poblado de Anapati.
El no gubernamental Consejo por la Paz sostuvo que Sendero Luminoso dispone de unos 180 combatientes, hombres y mujeres, organizados en tres columnas guerrilleras en los alrededores del rio Ene.
Francisco Diez Canseco, presidente del Consejo, informó la semana pasada que "las fuerzas senderistas que actúan en Satipo están bien equipadas pues cuentan con el respaldo logístico de los narcotraficantes de la zona".
"Sus acciones no tienen mucha repercusión en Lima, pero realizan operativos frecuentes en los poblados de la zona para demostrar que todavía tienen vigencia", comentó Diez Canseco.
Los guerrilleros apresaron en julio a 12 campesinos y a un profesor de escuela, a quienes dejaron en libertad pocos días después con el encargo de informar a la opinión pública que Sendero Luminoso no atacará a la población civil.
"El mensaje político de las nuevas fuerzas senderistas es que ya no matan campesinos por no plegarse a su movimiento, ni atacan indiscriminadamente, como hacían antes", expresó Diez Canseco.
Sin embargo, fuentes policiales informaron este martes que los senderistas también atacaron dos pequeñas poblaciones que carecían de respaldo militar o policial en la zona donde se produjo la batalla contra la patrulla.
El primer ataque ocurrió el 28 de mayo, contra la comunidad Santa Rosa de Anapati. El segundo se registró dos semanas contra San Juan de Pangoa. Según la fuente policial, los guerrilleros quemaron unas 110 viviendas. (FIN/IPS/al/mj/ip/99