El presidente de Paraguay, Luis González Macchi, pidió que se mantenga el gobierno de unidad nacional que conduce desde el 28 de marzo, y afirmó que si fracasa será por culpa de todos los sectores que lo integran.
La coalición de gobierno está integrada por el Partido Colorado, al cual pertenece el presidente, el Encuentro Nacional, el Partido Liberal Radical Auténtico y el Partido Revolucionario Febrerista.
En un mensaje de 58 minutos por cadena de radio y televisión, difundido en la noche del lunes, el presidente evaluó sus primeros seis meses de gestión, convocó al país "a no desmayar", y afirmó que si no se alcanzan los objetivos planteados, la culpa "no es ni será de González Macchi".
El presidente reconoció que la situación económica "no es fácil", señaló que hay empresas del Estado "en situación preocupante", y reafirmó que aplicará un programa de reformas y privatizaciones.
El borrador de ese programa está siendo elaborado por técnicos de todos los partidos, y se prevé que en noviembre será entregado a los sectores políticos para que lo discutan.
Los colorados han sido históricamente estatistas, pero el equipo económico del gobierno se comprometió en julio con el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional a comenzar un proceso de privatizaciones, muy resistido por los sindicatos de empleados públicos.
González Macchi recordó que en marzo de este año "el fervor provocó la cohesión interpartidaria", pero añadió que "muy pronto empezaron a asomar las crisis", y advirtió que eso favorece a "los grupos fascistas que siguen acechando desde la oscuridad" y que "no dudarán en golpear la democracia".
El presidente llegó al gobierno, con el apoyo de todos los partidos, tras el asesinato del exvicepresidente Luis María Argaña, que se produjo el 23 de marzo, y la renuncia del ex presidente Cubas (hoy asilado en Brasil) cinco días después, precipitada por intensas movilizaciones populares.
Carlos María Lubejtich, el presidente del Partido Revolucionario Febrerista, opinó que los aliados del Partido Colorado no se beneficiarían si la coalción fracasa.
"Es la primera vez que está la clase política en el gobierno, y no sólo militares o empresarios", explicó Lubejtich, cuyo partido integra la Internacional Socialista.
"Acá hay gente que quiere pescar sin mojarse el tobillo", pues "ni siquiera se sabe si la gente del gobierno apoya al gobierno", y muchos sólo quieren "estar en los cargos" en la medida en que eso no comprometa sus intereses electorales, añadió.
El senador Angel Burró, del Partido Encuentro Nacional, interpretó este martes que el presidente había pedido "apoyo, más que conflictos, para generar los cambios", y que cada uno asumiera su responsabilidad en la construcción de "un Paraguay para todos".
El gobierno ha debido soportar durante lo que va de octubre una oleada de huelgas y reclamos de los trabajadores de hospitales públicos, los camioneros, los cultivadores y los vendedores de gasolina, entre otros.
Las autoridades decidieron postergar tres meses los aumentos en el precio de los combustibles y de los servicios de agua y electricidad, luego de que las centrales sindicales advirtieran que comenzarían una escalada de protestas que culminaría con una huelga general.
Hacendados, productores y campesinos realizaron el lunes una movilización de protesta con tractores y cosechadoras, interrumpieron el tránsito en cinco rutas y lograron que el gobierno les concediera casi 140 millones de dólares para financiar el pago de sus deudas y la próxima siembra.
Los ministros del Interior y de Agricultura, Walter Bower y Oscar Denis, respectivamente, se trasladaron al sureño departamento de Itapuá, donde se realizó la movilización, y negociaron durante seis horas para lograr que cesara la medida de fuerza.
González Macchi pretende impulsar la reactivación económica con obras públicas, pero admitió que "antes que se logre el impacto" podría haber algún ajuste de tarifas, y anunció que tratará de que las empresas no trasladen a sus precios el aumento de costos.
El mandatario concluyó pidiendo a sus socios políticos que asuman "los cambios, con sus desafíos y costos", y reconoció que algunos sectores sociales puedan "quedar postergados". (FIN/IPS/cm/mp/ip/99
