Miles de indigentes de la capital mexicana se enfrentan al dilema de aceptar limosna en especie, luego de que cuatro de ellos estuvieran al borde de la muerte por ingerir la comida envenenada que les dio una mujer.
Delifino Flores y otro joven no identificado permanecían este martes en estado grave, tras comer pollo al que se le agregó veneno que les obsequió una mujer no identificada, informó la policía.
La salud de Jesús Pérez, de 25 años y Germán González, de 30, fue considerada estable por los médicos de un hospital estatal al que fueron trasladados el lunes desde el Parque del Mestizaje, en el norte de la capital mexicana, donde viven.
Se trata de cuatro jóvenes de los cerca de 13.000 indigentes que deambulan por las calles o habitan instituciones públicas de esta megalópolis que alberga a unos 20 millones de habitantes.
La madrugada del lunes, una desconocida se acercó hasta el lugar donde pernoctan los jóvenes para regalarles varios trozos de pollo, que ingirieron como desayuno a las 10.00 hora local.
Entre espasmos y convulsiones, los indigentes fueron trasladados al Hospital General de Balbuena para recibir atención médica urgente. Los primeros estudios indicaron que el alimento contenía una sustancia venenosa.
Cientos de callejones, parques, aceras, mercados, basureros, instalaciones de drenaje y electricidad, así como casas y vehículos abandonados han sido convertidos en vivienda de las legiones de indigentes de la ciudad de México, según informes oficiales.
Alrededor de 50 por ciento de los desamparados son ancianos que viven de la caridad por carecer de medios para procurar por sus propios medios comida, vestido y casa.
Cerca de 5.000 capitalinos viven en la calle, sin asistencia pública alguna. Una cifra apenas superior acude a alguna institución o albergue.
Más de 3.000 personas que habitan las calles son alcohólicos, la mayoría de los cuales cuentan con familia y vivienda. La intemperie, la soledad y las adicciones contribuyen a la pérdida de la autoestima de los que viven en la calle, según informes de instituciones oficiales y de educación superior.
En muchos casos, los indigentes se acompañan de uno o dos perros a los cuales brindan afecto y de los que obtienen calor y seguridad, según esos estudios.
El gobierno de la ciudad de México, que desde diciembre de 1997 es gobernada por un partido de centroizquierda, "aplica un nuevo modelo de atención que pretede la reinserción de los indigentes a la sociedad", dijo a IPS la coordinadora de Apoyo a Programas de Desarrollo Social de la capital, Guadalupe Ordaz.
Más de 40 desamparados restablecieron la integración a su núcleo familiar este año, informó Ordaz.
Las autoridades capitalinas trabajan coordinadamente con instituciones privadas y de educación superior, en virtud de que "hoy la sociedad civil está organizada", añadió la funcionara.
Los consejos de desarrollo social para atender a indigentes y discapacitados o combatir problemas como la violencia familiar, entre otros, reúnen a representantes de organizaciones no gubernamentales y de asistencia privada, indicó Ordaz.
La funcionaria destacó que la intención del gobierno en los albergues para indigentes es brindar "calidez y no sólo calidad".
Mientras, la Procuraduría de Justicia de la capital adelanta las pesquisas para determinar si hubo premeditación por parte de la desconocida que obsequió cacerolas con comida a los indigentes.
El año pasado, un joven indigente apodado "El Magazo" fue muerto a tiros al parecer por dos soldados. Un mes antes, un policía fue condenado a dos años de cárcel por haber golpeado salvajemente a un niño de la calle.
El última día de 1998, un joven de 18 años fue asesinado con arma blanca por los propietarios de un puesto callejero de comida, a las afueras de una de las más concurridas estaciones de metro.
No existen estadísticas al respecto, porque ni los ministerios públicos ni los servicios médicos forenses discriminan a los indigentes en sus estadísticas. (FIN/IPS/pf/mj/dv hd/99