El gobierno de México sostiene que nadie es responsable de los 237 muertos y cerca de 160.000 damnificados que dejaron las torrenciales lluvias de los últimos días, pero ecologistas, autoridades municipales y dirigentes políticos tienen otra opinión.
Para los críticos, deforestación, corrupción, lentitud en entregar ayuda y prioridades oficiales trastocadas forman parte de un coctel que potencia el peligro de las lluvias, consideradas las peores de los últimos 40 años.
El secretario de Gobernación (Interior), Diódoro Carrasco, calificó de "actitud poco sana" la búsqueda de responsables.
"Estamos trabajando intensamente para poder salir de esta etapa crítica que ocasionan fenómenos de carácter natural que ocurren en todo el mundo y buscar la mejor manera de ayudar a los afectados", añadió.
Pero Roberto López, portavoz de la organización ambientalista internacional Greenpeace, replicó que gran parte de los desastres naturales que afectan a México tienen reponsables y muchos problemas no exisitrían si el país no sufriera problemas en materia de ambiente provocados por el hombre y sus políticas.
Las lluvias que caen desde el día 2 mantienen en emergencia a los estados de Tabasco y Veracruz, ubicados en el Golfo de México, y Puebla e Hidaldo, en la zona central. También se encuentran en situación difícil los estados de Chiapas, Oaxaca y Michoacán, en el sur del país.
Según los expertos, la tormentas se originaron al encontrarse sobre el territorio mexicano dos frentes de humedad provenientes de los océanos Pacífico y Altántico.
Autoridades municipales de Veracruz, donde varias poblaciones permanecen inundadas, indicaron que desde el lunes pidieron ayuda al gobierno, pero no obtuvieron respuesta. Algo similar señalaron autoridades de Puebla, donde un derrumbre sepultó a 22 niños.
El secretario de Defensa, Enrique Cervantes, indicó que 7.000 efectivos del ejército participan en las acciones de ayuda y reconoció que aún no logran ingresar a todas las zonas afectadas.
Hay una confusión de prioridades, según el diputado Gilberto Rivas, del centroizquierdista Partido de la Revolución Democrática.
Para quienes sufren un desastre natural se destina a 7.000 hombres del ejército, mientras en Chiapas, donde la guerrilla zapatista no ataca y tiene escasos hombres, hay más de 40.000 soldados, afirmó Rivas.
El diputado independiente Adolfo Aguilar recordó que en el reparto de ayuda participan partidos políticos, organizaciones no gubernamentales, empresarios y gobierno. Los involucrados son tantos, que la ayuda se queda en el camino beneficiando a unos pocos, denunció.
Hasta mediados de este año, el gobierno de Ernesto Zedillo gastó 364 millones de dólares en ayuda a los afectados por diversos desatres naturales. La partida anual para ese rubro asciende a 500 millones de dólares, un tercio del presupuesto de la Secretaría de Defensa.
Las estadísticas oficiales señalan que hasta junio, 23 millones de campesinos y 410.000 hectáreas se vieron afectados por problemas de sequía, 32.000 hectáreas por heladas y 42.000 viviendas resultaron afectas por sismos.
Cada año desaparecen en México por tala, quema y extensión de zonas urbanas y agrícolas entre 300.000 y 700.000 hectáreas de bosques, uno de los más rápidos ritmos de deforestación en el planeta.
En los últimos 30 años, México perdió más de 25 millones de hectáreas de zonas arboladas, la tercera parte de las áreas verdes del país, según cifras oficiales. Además, 80 por ciento del territorio presenta diversos grados de erosión, reconoció en enero el subsecretario de Medio Ambiente, Víctor Villalobos.
"En México, las desgracias suelen incrementarse lo mismo por la penuria que por la pobreza generalizada, no menos que por la injusticia a base del sistema (político y económico)", dijo el analista Froylán López en el diario Reforma.
En las zonas rurales, las más afectadas por las últimas lluvias, donde los caminos están interrumpidos, los cultivos y animales de pastoreo perdidos y decenas de casas abandonadas, se concentra 75 por ciento de la pobreza extrema del país. (FIN/IPS/dc/ag/en/99