MEXICO: Gobierno rechaza ofrecimiento de ayuda internacional

El gobierno de México rechazó hoy la ayuda para los 275.000 damnificados por las inundaciones ofrecida por la comunidad internacional, mientras se acumulaban los pedidos de asistencia formulados al presidente Ernesto Zedillo.

La asistencia pública y privada de los mexicanos "es suficiente. En este momento no se requiere la ayuda extranjera para la atención urgente de las personas y comunidades afectadas", dijo Zedillo este lunes.

El mandatario respondió de ese modo a los ofrecimientos de apoyo para los damnificados realizados por la Organización de las Naciones Unidas, gobiernos y organizaciones no gubernamentales estadounidenses.

Para Zedillo, el problema principal no es la falta de recursos, sino cómo entregarlos a los damnificados por las inundaciones y desprendimientos de tierra que sepultaron comunidades enteras.

Las torrenciales lluvias que ahogan grandes áreas de México desde hace 10 días y dieron lugar a uno de los peores desastres naturales de las últimas décadas en el país causaron 328 muertos, según la información oficial. Mientras, disminuyó la cantidad de personas atendidas en albergues, que son ahora 64.295.

"Nos hemos vuelto especialistas" en catástrofes naturales y "contamos con los medios para hacerle frente a estas circunstancias", aseguró Zedillo.

Sin embargo, habitantes de Puebla, Hidalgo, Veracruz, Tabasco, Oaxaca, los estados más afectados, relatan dramáticas historias sobre la pérdida de familiares y de todos sus bienes.

Zedillo, que diariamente recorre las zonas devastadas, no ha dejado de escuchar deseperados reclamos de asistencia. "¡Tenemos hambre!", se oye al paso del presidente.

Una camioneta llevó el lunes a la localidad de Coxquihui, en el oriental estado de Veracruz, los últimos alimentos disponibles para unas 1.500 personas.

Un alud sepultó bajo el lodo a parte de la localidad de Tenampulco, en el oriental Puebla, y los 7.800 habitantes del lugar carecen aún de agua potable, energía eléctrica y teléfono.

"Necesitamos atención médica, pues ya hay muchos niños con infecciones en las piernas y brazos", exigió al presidente una mujer en Poza Rica, Veracruz.

"Que se enlode, que sepa lo que estamos viviendo", gritaban voces entre la muchedumbre mientras caminaba Zedillo.

El mandatario reconoció que la asistencia no ha llegado aún a algunos centros poblados, pese al tiempo transcurrido desde el comienzo de las inundaciones, y explicó que la razón es la destrucción de las vías de comunicación.

A las observaciones de la oposición política, en el sentido de que la tragedia desnudó el mapa de la pobreza en el país, Zedillo respondió que debe tomarse en cuenta que el desastre ocurrió en regiones de clima extremo y terreno accidentado.

Además, denunció la utilización con fines político del sufrimiento de las mujeres y hombres damnificados.

Zedillo entregará el poder en diciembre del 2000 a quien resulte vencedor en las elecciones de julio, aguardadas como las de mayor competencia de este siglo.

En plena efervesencia electoral, el oficial Partido Revolucionario Institucional (PRI), que nunca perdió una contienda presidencial en siete décadas, enfrenta desafíos sin precedentes, ante la oposición y en su propia estructura interna.

Vicente Fox, candidato a la Presidencia por el conservador Partido Acción Nacional, la segunda fuerza política de México, acusó al gobierno de falta de previsión en materia de obras en arroyos y ríos, una omisión que, a su juicio, habría favorecido la catástrofe.

El precandidato del centroizquierdista Partido de la Revolución Democrática, Cuauhtémoc Cárdemas, ex gobernador de la capital, afirmó que los daños y las muertes se habrían evitado si las autoridades gubieran cumplieran sus obligaciones en materia social.

Roberto Madrazo, precandidato del PRI, señaló que Zedillo aún no ha visitado el sureño estado de Tabasco, en cuya capital, Villahermosa, se concretó el previsto riesgo del desbordamiento de tres ríos.

Los reclamos desde todos los frentes desbordan al gobernante, quien el fin de semana respondió con malestar a un damnificado que le reclamaba la falta de ayuda. "Soy el presidente, si vuelve a hablar me la paga, ya cállese", dijo Zedillo. (FIN/IPS/pf/ff/en/99

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