Unos 200 oficiales del ejército de México permanecían hoy acuartelados y sometidos a investigación, luego de descubrirse que una cantidad indeterminada de cocaína fue sustituida por harina en un batallón del norte del país.
Efectivos del 96 batallón de Infantería de la quinta zona militar, asentada en el norteño estado de Chihuahua, están recluidos en sus cuarteles o son sometidos a exámenes clínicos para detectar trazas de droga, confirmó el general Juan Morales.
La suplantación de la cocaína fue confirmada por expertos de la Procuraduría General, tras realizar pruebas a parte de un cargamento de droga que iba a ser incinerado, explicó el militar.
La Secretaría (ministerio) de Defensa aplicará todo el rigor de la ley a quienes resulten responsables, destacó el general Morales, jefe de la quinta zona militar.
La noticia surgió al mismo tiempo que era detenida la esposa del mexicano Luis Valencia, supuesto integrante de una organización de narcotraficantes que es investigada en el marco de la Operación Milenio, realizada en conjunto por Colombia, Estados Unidos y México.
La mujer fue capturada por agentes de la fiscalía antidrogas en la ciudad de Guadalajara, 570 kilómetros al oeste de la capital mexicana. Cinco hermanos integrarían la mafia de "Los Valencia".
Armando Valencia figuró en un principio en la nómina de más de 30 supuestos narcotraficantes detenidos como parte de la Operación Milenio, pero luego se precisó que no fue así.
El general Morales señaló que las autoridades responsables de las pesquisas no descartan ninguna línea de investigación. Entre otras hipótesis, se analiza si el alcaloide pudo ser robado para consumo personal de miembros del batallón o para ser comercializado.
México abastece la mitad de las drogas ilegales que se consumen en Estados Unidos, mientras las fuerzas de seguridad encargadas de detectar el contrabando de drogas confiscan apenas entre 10 y 20 por ciento del tráfico, según informes oficiales.
Sin embargo, en 1997 fueron requisadas 34,4 toneladas de cocaína, cantidad 46 por ciento superior a la del año anterior, informó el fiscal antidrogas de este país, Mariano Herrán.
En contraste, el encargado de cerrar el paso a las poderosas bandas de narcotraficantes que operan en México, destacó que el decomiso de cocaína en Estados Unidos en 1997 fue de 95 toneladas, 26 por ciento menos que en 1996.
Siete de las 12 principales mafias del narcotráfico internacional, la producción, distribución y comercialización de drogas están asentadas en este país, pues, entre otras razones, porque lograron infiltrarse en las fuerzas armadas.
El caso más sonado de protección a las organizaciones del narcotráfico fue el protagonizado por el general Jesús Gutiérrez Rebollo, antecesor de Herrán.
El general Gutiérrez fue destituido de la fiscalía antidrogas el 25 de febrero de 1997, acusado de haber brindado protección al jefe máximo del Cartel de Juárez, Amado Carrillo, llamado "el señor de los cielos", quien pereció cuando se practicaba una cirugía estética.
Otros cargamento, también de magnitud inestimable, fue sustraido hace tres años de una instalación militar en la ciudad de Matamoros, fronteriza con Estados Unidos. En esa misma época, 23 agentes policiales fueron arrestados por robar marihuana que había sido decomisada.
Hace dos años, cuatro miembros de la Marina fueron acusados de robar paquetes de cocaína que iban a ser incinerados, mientras se ordenaba la prisión de nueve funcionarios de la procuraduría general que sustrajeron casi media tonelada del alcaloide.
La Secretaría de Defensa reconoce que generales, comandantes, capitanes y personal de tropa cayeron en la tentación de recibir dinero a cambio de proteger a narcotraficantes.
La Oficina Federal de Investigaciones de Estados Unidos (FBI) sostiene que de las 12 más grandes organizaciones de narcotráfico en el mundo, otras cuatro son colombianas y una dominicana.
Los cárteles mexicanos, vinculados estrechamente con el poder político del país, tendrían ganancias anuales de 30.000 millones de dólares, según estudios del Instituto de Tecnología de Nueva York.
En agosto, las autoridades mexicanas detuvieron a Oscar García, un ex comandante policial acusado de actuar como enlace entre capos de la droga y el ex gobernador del estado caribeño de Quintana Roo Mario Villanueva, prófugo desde marzo, cuando dejó el poder.
Stanely Pimentel, jefe de la Oficina Federal de Investigaciones de Estados Unidos (FBI) en México entre 1991 y 1996, acusó al Partido Revolucionario Institucional (PRI), en el poder en los últimos 70 años, de controlar a lo largo de su historia a las bandas de narcotraficantes del país.
El general Morales dijo que la cocaína robada podría ser desde "diez gramos hasta 12 kilos". El cargamento iba a ser destruido en un acto público, que tendría a estudiantes de secundaria como testigos de la labor del ejército contra las drogas. (FIN/IPS/pf/mj/ip/99