Honduras conmemorará este martes el huracán Mitch, cuyo paso entre el 26 y el 31 de octubre de 1998 dejó 6.000 muertos, 10.000 desaparecidos, 12.000 heridos, 1,5 millones de damnificados y 80 por ciento del aparato productivo nacional destruido.
Un año después, el proceso de reconstrucción de las carreteras, puentes, escuelas y hospitales marcha con lentitud en este país, el más afectado de América Central por el huracán.
El presidente Carlos Flores afirma que está impulsando el proceso de reconstrucción dentro de sus posibilidades, mientras la sociedad civil demanda mayor celeridad y transparencia.
Moisés Starkman, ministro de Cooperación Internacional, declaró que el gobierno se concentra en la reparación de la infraestructura destruida por Mitch, prioritaria para restablecer la normalidad de los servicios públicos.
El gobierno gestionó donaciones por 603 millones de dólares y contrató 800 millones de dólares en préstamos para los próximos cuatro años, más de 50 por ciento de los 2.750 millones de dólares prometidos por la comunidad internacional de cooperantes en la reunión efectuada en Estocolmo en mayo.
En esa reunión, Honduras solicitó 3.999 millones de dólares para financiar el Plan Maestro de Reconstrucción y Transformación Nacional, acordado entre el gobierno y la sociedad civil.
Pero las desgracias no cesaron en Honduras luego del huracán.
Un incendio dejó fuera de servicio en enero de 1999 la principal represa del país, el Cajón, que cubre 60 por ciento de la demanda de electricidad. Después de seis meses, el gobierno logró poner en funcionamiento tres de las cuatro turbinas.
A finales de septiembre y principios de octubre, la estación lluviosa volvió a destruir los pasos provisionales o vados en puentes y carreteras, lo que dejó al descubierto la vulnerabilidad física y social del paía y la falta de un plan de prevención de desastres naturales.
El saldo de las últimas inundaciones fue de más de 30 muertos, según la Comisión Permamente de Contingencias Nacionales.
El secretario general del Consejo Mundial de Iglesias (CMI), Konrad Raiser, concluyó este lunes una visita a Honduras con un vehemente llamado a la comunidad mundial para que ayude a los damnificados por el huracán Mitch y apoye cambios políticos y económicos en América Latina.
La comitiva de Raiser se trasladó el día 21 a la aldea del Buen Samaritano, en el occidental departamento de Santa Bárbara, una nueva aldea donde siete comunidades arrasadas por el huracán construyen 254 viviendas, con ayuda de la Iglesia Católica y el CMI.
El Foro Ciudadano, una coalición de organizaciones de la sociedad civil, criticó la lentitud del gobierno en el proceso de reconstrucción, al tiempo que advirtió que Honduras no aprovecha esta coyuntura para realizar transformaciones profudas de largo plazo.
Según el Foro, el gobierno debe impulsar reformas a fondo del sistema educativo, de los tres poderes del Estado —en particular del Judicial—, y del sistema político, de modo de acentuar la democracia y estimular la participación ciudadana.
"La gente creía que la tragedia natural de Honduras era un castigo divino, pero con el tiempo comienzan a entender que se trata del alto grado de improvisación del gobierno y su falta de capacidad de movilizar a la población para enfrentar mejor estos problemas", declaró Leticia Salomón, de Foro Ciudadano.
Interforos, otra coalición de organizaciones de la sociedad civil, subrayó que hay avances en el proceso de reconstrucción, pero advirtió que no se vislumbran medidas en materia de transformación.
El gobierno de Honduras se comprometió en Estocolmo, a cambio de la ayuda internacional, a combatir la vulnerabilidad ambiental y social, a respetar los derechos humanos y transformar al país, mediante una profunda reforma política, económica y social, y a estimular la participación de la sociedad civil.
También se comprometió a impulsar la transparencia y el proceso de rendición de cuentas.
El gobierno creó en septiembre la Comisión de Participación de la Sociedad Civil, integrada por representantes oficiales y organizaciones privadas para auxiliar al Gabinete de Reconstrucción y Transformación.
El gobierno también priorizó las obras de reconstrucción. Se efectuaron las primeras licitaciones públicas para la construcción de unos 30 puentes, cruciales para mantener en funcionamiento del aparato productivo y el transporte a todas las zonas del país.
Sin embargo, estos esfuerzos se quedan cortos frente a las demandas de la población, que exige fuentes de trabajo, control de la inflación y obras públicas, además de un plan de prevención de desastres naturales.
América Central es una de las zonas del planeta más expuesta a huracanes, con una alta actividad sísmica y volcánica, además de la alta vulnerabilidad social por los altos índices de pobreza. (IPS/jrd