HAITI: Niños y niñas indigentes son esclavizados, también en EEUU

Cerca de 300.000 niños de familias pobres de Haití fueron entregados a hogares de mejores condiciones económicas donde se convierten en sirvientes a cambio de casa y comida, según un estudio de Unicef, y lo mismo ocurre en algunos hogares de la comunidad haitiana en Estados Unidos.

Se trata de una práctica tradicional, y los niños entregados son "restavec", una expresión en lengua creole que significa literalmente "se queda con" otro. Pero el término en realidad encubre una especie de esclavitud.

Las familias muy pobres, en general del medio rural, que no pueden ocuparse de los más pequeños, entregan uno o dos hijos, en general niñas, a familias ricas de las ciudades.

Las niñas trabajan como empleadas domésticas para la familia que las recibe, a cambio de casa y comida. Si tienen suerte, también se les da educación.

A veces, los restavec son bien tratados, y el arreglo resulta beneficioso. Pero se sabe que esos casos son pocos, que la norma es que los niños sean explotados y que se abuse física y emocionalmente de ellos.

Ahora, los haitianos que viven en Estados Unidos descubren que también hay restavecs en este país.

"Es esclavitud moderna. Aquí es inaceptable, y también lo es en Haití y en todos lados", declaró Jean Robert Lafortune, que lidera la Coalición de Raíces Haitianas, un grupo de organizaciones del estado de Florida que trabajan para el progreso de su país de origen.

Lafortune dio una conferencia de prensa convocada por la Coalición de Miami para exponer el caso de una niña haitiana de 12 años a la cual los activistas llaman "Hope".

Hope tenía seis años cuando murió su madre. Sus familiares la entregaron a una familia rica de Puerto Príncipe. Tres años más tarde, la familia la llevó, en forma ilegal, a vivir con ellos a Estados Unidos.

La familia "adoptiva" de Hope se dedicaba a comprar vestimenta usada en Florida para revenderla en Haití.

Los detalles sobre la situación de Hope se conocieron cuando ella respondió a un anuncio de una agencia de modelos de Fort Lauderdale, Estados Unidos. Empleados de la agencia, encantados con la ingenuidad de la niña, desarrollaron con ella una relación telefónica.

Hope se dedicó a relatar, durante varias semanas, que la familia la obligaba a mantener inmaculada la casa donde vivían. También contó que no la alimentaban bien, que comía en el garage y dormía en el suelo. Además, no le permitían asistir a la escuela con regularidad, o no le daban los útiles cuando iba.

La niña lanzó la bomba durante una de esas conversaciones cuando dijo que un miembro de la familia, de 20 años, la había violado varias veces desde que tenía nueve años.

Uno de los empleados de la agencia consiguió que la policía y el Departamento de Infancia y Familia de Florida investigaran el caso.

La investigación inicial fue, por lo menos, superficial. Los investigadores visitaron la casa, interrogaron a la niña en presencia de la familia, y aceptaron la explicación de que Hope había inventado todo para vengarse de un castigo impuesto por su "madre adoptiva".

Hope volvió a llamar a la agencia de modelos y les dijo que la habían golpeado duramente luego de la visita de los investigadores y que la habían tratado de "ramera". Además, la amenazaron con enviarla de vuelta a Haití.

Los moretones y el aspecto descuidado de la niña, la asistencia irregular y carencia de útiles escolares, su falta de atención e incapacidad para comer a pesar de los cariños prodigados por algunos funcionarios llamaron la atención de las autoridades escolares, que recurrieron a la policía.

La policía, presionada por el director de la escuela de Hope y por los empleados de la agencia de modelos, llevó a la niña a un centro de atención para personas que sufrieron violaciones, donde se descubrió que tenía actividad sexual y que había contraído una enfermedad de transmisión sexual.

Los oficiales consiguieron órdenes de arresto para el veinteañero de la familia por abuso sexual, y para otros dos integrantes, acusándolos de haber llevado ilegalmente a Hope a Estados Unidos y de obligarla a trabajar para ellos.

"La servidumbre involuntaria es una violación (a la ley) federal para la cual está prevista una sentencia de hasta 10 años", declaró a la prensa el portavoz de la Oficina Federal de Investigaciones (FBI), Terry Nelson.

Se supone que la familia huyó entonces a Haití.

Los activistas haitianos en Estados Unidos cuestionan la demora de los trabajadores sociales para intervenir en el caso, y preguntan por qué la policía y el Departamento de Infancia y Familia interrogaron a la niña en la casa donde supuestamente se cometían los abusos y en presencia de los acusados.

"Nos indigna que todos los sistemas que supuestamente protegen a esta niña hayan fracasado. Por donde se mire, hay pruebas de que todos le fallaron a Hope. ¿Por qué no actuaron antes? ¿Por qué pasó tanto tiempo antes de que alguien se diera cuenta de lo que sucedía?", se quejó Marleine Basteien, del grupo "Mujeres Haitianas de Miami".

La razón podría ser una "insensibilidad cultural", declaró en entrevista con IPS. El hecho de que Hope sea haitiana tuvo algo que ver con que la policía y los trabajadores sociales se ocuparan poco del caso, explicó.

"Hubo factores culturales. El Departamento no le creyó. La policía tampoco. No creo que hayan sido sensibles, por un asunto cultural, y eso tuvo un papel en el modo en el cual manejaron el caso", sostuvo Basteien.

Los activistas de la comunidad haitiana de Estados Unidos se ocupan de la rehabilitación de Hope, de determinar cuán extendida está la práctica de los restavec en este país, y de tomar medidas para eliminarla.

La Fundación Haití-Estados Unidos denunció tres casos. Otro miembro de la Coalición, Haitian Support Inc., declaró que recibe en promedio tres llamadas mensuales para denunciar casos de restavec.

Los activistas intentan educar a la comunidad haitiana de Estados Unidos sobre los males de dicha práctica, y de que denuncien los casos de "restavec" que se encuentren.

"Necesitamos un sistema para impedir que esto vuelva a suceder. Queremos alentar a la gente a no ser pasiva" frente a casos así, agregó Leonie Hermantin.

"Pero no se puede luchar contra esto sin erradicar la pobreza, ni evitar que una madre con nueve hijos intente dar uno o dos. La pobreza es la raíz de estos problemas y si no se pelea contra ella, si no se les brinda alternativas a esas familias, habrá restavec para siempre", advirtió Basteien. (FIN/IPS/tra- en/ps/cb/ceb/hd/99

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