El temor a un conflicto por la zona de Esequibo, en Guyana y reclamada por Caracas, aumentó a causa de declaraciones del presidente de Venezuela, Hugo Chávez, y de movimientos de tropas venezolanas en la frontera con Guyana.
Esequibo, un área de 159.500 kilómetros cuadrados, al oeste del río del mismo nombre, representa casi dos tercios del territorio de Guyana, y es la zona más extensa en disputa entre dos naciones después de Jammu y Cachemira, que reclaman India y Pakistán.
Se trata de un territorio rico en recursos madereros y mineros, en el cual se concentra la mayor parte de la inversión extranjera en Guyana, a cargo de firmas de asiáticas, canadienses y estadounidenses. También es una importante fuente de energía hidroeléctrica.
Venezuela reclamó históricamente que esa zona le correspondía, como herencia de la zona colonial española que tenía su sede administrativa en Caracas, pero desde la década de 1830 Gran Bretaña expandió su territorio colonial de Guayana Británica hacia el oeste del río Esequibo.
El arbitraje de la disputa se encomendó en la última década del siglo pasado, a un tribunal integrado por dos jueces británicos, dos estadounidenses en representación de Venezuela y un presidente ruso.
El 3 de octubre de 1899 ese tribunal emitió el Laudo de París, que adjudicó Esequibo a Guayana Británica, pero a mediados de este siglo Venezuela replanteó sus reclamos.
En 1949, tras el fallecimiento de Severo Mallet-Prevost, uno de los abogados estadounidenses que representaron a Venezuela en París, se dio a conocer una documento en el cual afirmaba que el laudo había sido un despojo a Venezuela, y Caracas se basó en ese escrito para reabrir la controversia.
En febrero de 1966, poco antes de que Guayana Británica se independizara y se convirtiera en la actual Guyana, se firmó el Acuerdo de Ginebra, para buscar un "arreglo práctico de la controversia".
Ese acuerdo, firmado por Caracas, Georgetown y Londres y registrado ante la Secretaría General de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), registró que Caracas consideraba "nulo e írrito" el Laudo de París, y estableció una comisión mixta para que en cuatro años buscara alguna solución pacífica.
La comisión no logró un acuerdo, y el Protocolo de Puerto España, de 1970, suspendió durante 12 años las negociaciones. En 1983, el problema pasó a manos del Secretario General de la ONU, quien encargó en 1989 una gestión de "buenos oficios" al granadino Sir Alister McIntyre, con el aval de ambos gobiernos.
McIntyre renunció en septiembre, y el secretario general de la ONU aún no informó quiénes son sus candidatos para sustituirlo.
Al cumplirse un siglo del Laudo de París, Chávez reafirmó el rechazo venezolano a ese acuerdo, y la cancillería venezolana subrayó su voluntad de "obtener la reparación de la grave injusticia cometida".
Una nota publicada el domingo 3 por el diario venezolano El Nacional dijo que "el despojo" de Esequibo es "una herida abierta" para Venezuela y "desnuda las limitaciones de la diplomacia".
Integrantes de la Asamblea Nacional Constituyente de Venezuela habían señalado la necesidad de reactivar los esfuerzos para incorporar el territorio de Esequibo, al cual consideraron una "salida al Atlántico" ideal para la exportación de productos de la región oriental venezolana.
Esta semana, el intenso movimiento de tropas venezolanas en la frontera con Guyana motivó un comunicado de protesta de Georgetown, pese a que Caracas había asegurado que el despliegue militar se debía exclusivamente a ejercicios de lucha contra el narcotráfico.
Un oficial del ejército de Guyana señaló que "los militares suelen informan a sus pares sobre maniobras y movimientos de tropas", pero que en esta ocasión Veneuela no lo hizo, pese a que el despliegue se realizó en una zona fronteriza.
El canciller de Guyana, Clement Rohee, afirmó que dos helicópteros venezolanos habían cruzado la frontera el jueves.
"El ministro venezolano de Relaciones Exteriores ha asegurado al gobierno de Guyana que no hay movilización de las fuerzas armadas venezolanas sobre la frontera, y que las actividades (a cargo) de la Guardia Nacional no tienen nada que ver con la controversia (sobre Esequibo)", expresó un comunicado de la cancillería.
El gobierno parece confiar en las promesas hechas por el canciller venezolano, José Vicente Rangel, cuando éste se reunió con Rohee el 20 de septiembre. Informes sobre ese encuentro indicaron que Venezuela había reiterado que no usaría jamás la fuerza como medio para dirimir el viejo conflicto fronterizo.
El diario estatal guyanés Chronicle informó, sin embargo, que el ejército local estaba en estado de alerta. (FIN/IPS/tra- en/bw/cb/ego/mp/ip/99)