El gobierno de la región española autónoma de Cataluña deberá inclinarse más a la derecha, en virtud del resultado de las elecciones parlamentarias realizadas el domingo.
La coalición Convergencia y Unión del histórico líder Jordi Pujol, nacionalista moderada y conservadora, triunfó por sexta vez consecutiva tras 19 años de gobierno, pero sufrió una pérdida de votos y escaños que la obligará a pactar con otra fuerza política para designar al presidente del gobierno autónomo.
De los 135 diputados que componen el parlamento autónomo, Convergencia y Unión obtuvo 56, el Partido Socialista de Cataluña 52 (aunque superó en votos a la coalición de Pujol), el centroderechista Partido Popular 12, Izquierda Republicana también 12, y la coalición Izquierda Unida logró tres.
El presidente del gobierno autónomo será designado por ese parlamento, y Convergencia y Unión deberá aliarse con otra fuerza política para reunir la mitad más uno de los votos y nombrar una vez más a Pujol.
Un acuerdo con los socialistas, liderados por el ex alcalde de Barcelona Pascual Maragall, está descartado por ambas partes. Tampoco parece posible un pacto con Izquierda Republicana, que defiende la forma republicana de gobierno (en vez de la actual monarquía parlamentaria) y posiciones económicas y sociales de izquierda.
En consecuencia, todo indica que Convergencia y Unión que logrará un acuerdo con el Partido Popular, gobernante a nivel nacional.
La ideología centroderechista de Pujol y las declaraciones del secretario general del Partido Popular, Javier Arenas, permiten esperar que este partido respalde a Convergencia y Unión, la cual además apoya en el Parlamento de Madrid al gobierno de José María Aznar.
Hasta ahora Pujol disputó con Aznar por cuestiones sociales y mantuvo un tono de reivindicación nacionalista fuerte, sin reclamar la independencia pero sí mayores competencias para su gobierno, a expensas del central.
Pujol no disponía de mayoría absoluta propia en el parlamento autónomo antes de las elecciones del domingo, pero con 60 diputados mantenía el control de ese organismo, maniobrando para formar mayoría con uno u otro grupo de la oposición.
Ahora tendrá que formalizar un pacto con el Partido Popular, ya que el Partido Socialista de Cataluña e Izquierda Republicana tienen, juntos, más votos que Convergencia y Unidad.
Es casi imposible, sin embargo, que ese acuerdo implique la incorporación de consejeros (ministros) del Partido Popular en el gobierno autónomo, pero seguramente se traducirá en una reducción de las demandas catalanas al gobierno central y en un giro de Pujol hacia la derecha.
Los socialistas, por su parte, siguen festejando como una victoria los resultados, ya que obtuvieron sus mejores resultados desde que en 1978 se aprobó la vigente Constitución del Estado español.
El Partido Socialista de Cataluña pasó de tener 34 diputados en la anterior legislatura a disponer de 52 (un incremento de más de 50 por ciento), entre otras cosas porque se alió con Izquierda Unida en la provincia de Barcelona, la cual es la más poblada de la región. (FIN/IPS/td/mp/ip/99)
