El gobierno de Ecuador suscribió, después de ocho meses de negociaciones, un acuerdo con el FMI, que solo será efectivo si logra convencer al parlamento de que apruebe el presupuesto para el 2000 y el alza de varios impuestos.
El presidente de Ecuador, Jamil Mahuad, aseguró a IPS que el acuerdo alcanzado y la firma de la carta de intención demuestran que el `'gobierno tiene un programa económico avalado internacionalmente".
La carta de intención, que el presidente del Banco Central, Pablo Better, y el ministro de Finanzas, Alfredo Arízaga suscribieron este jueves en Washington con el FMI (Fondo Monetario Internacional), supone el respaldo a un programa de ajustes económicos.
El gobierno ecuatoriano se comprometió a reducir la inflación anual a 25 por ciento, poner en marcha un programa de fortalecimiento financiero, bajar el déficit fiscal a dos por ciento del producto interno bruto (PIB) y acelerar las privatizaciones.
Para cumplir parte de las condiciones, el gobierno aspira a que el Congreso legislativo apruebe el presupuesto propuesto para el 2000, en el que plantea aumentar el impuesto al valor agregado (IVA) de 10 a 15 por ciento y llevar la base de cobro del impuesto individual a la renta de 500 dólares mensuales a 190.
También se propone incrementar el impuesto a la renta de las empresas de 15 a 25 por ciento sin tener en cuenta sus dimensiones.
El proyecto de presupuesto enviado por Mahuad al parlamento asciende a 4.400 millones de dólares, de los cuales 2.408 corresponden al pago de intereses y capital de la deuda externa.
Hasta el momento parece difícil que el gobierno logre una mayoría parlamentaria que le permita cumplir con sus promesas al FMI.
La carta de intenciones es el paso previo para la firma del acuerdo de contingencia, que permitiría al país acceder a créditos externos por 1.300 millones de dólares.
Sin embargo, hasta el momento lo único que está asegurado es el desembolso por parte del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) de 80 millones de dólares para gastos corrientes del gobierno.
Jeffrey Frans, delegado para Ecuador del FMI, dijo a IPS que solo habrá acuerdo definitivo si se sigue la receta del organismo multilateral. `'El FMI no impone, (sino que) recomienda las medidas económicas que son mejores para la economía de un país", señaló Frans.
Según Mahuad, de los 1.300 millones que espera el país, 400 serían destinados al aumento de la reserva monetaria internacional, 500 al saneamiento financiero y 350 a proyectos de desarrollo social.
Para el mandatario, el acuerdo va a tener influencia directa en la renegociación de la deuda externa y concretamente en su propuesta de moratoria parcial del pago de 96 millones de dólares correspondientes a intereses de bonos Brady que vencieron el 28 del septiembre.
Ecuador cubrió sólo los intereses de los bonos que no tienen garantía de la Reserva Federal de Estados Unidos. Al mismo tiempo, invitó a los tenedores de bonos que tienen garantía de la Reserva Federal a que la hicieran efectiva.
Veinticinco por ciento de los acreedores aceptaron activar la garantía para cobrar intereses por alrededor de 46 millones de dólares que Ecuador no pagó.
Sin embargo, otro 25 por ciento de acreedores demandó una aceleración de los pagos, por incumplimiento, exigiendo el desembolso inmediato de los intereses y el capital.
Para el analista económico Alberto Acosta, la propuesta de Mahuad sobre los bonos Brady resulta ingeniosa, porque afecta la esencia misma de estos papeles al hacer indispensable su renegociación, algo que hasta hace poco parecía imposible.
Sin embargo, Acosta pronosticó que no habrá ningún avance si la moratoria parcial es parte de una negociación convencional.
`'Igualmente lamentable sería si esta decisión gubernamental es manipulada dentro del país para profundizar el ajuste neoliberal con un alza del IVA, a cuenta de que debemos dar credibilidad al programa económico", asegura Acosta.
Para Acosta, el hecho de que se enfatice tanto en el alza de impuestos luego de la firma de la carta de intenciones con el FMI parece confirmar su temor.
`'Si se consigue una rebaja sustantiva de la deuda, no tiene sentido aumentar los impuestos. ¿O es que se habla de renegociación hacia fuera y se piensa seguir destinando más de 50 por ciento del presupuesto para su pago?", comentó Acosta.
El experto consideró que la crisis que vive Ecuador no permite pagar más del equivalente a cinco por ciento de las exportaciones, y ahora se destina 27 por ciento.
`'También conviene abrir otros escenarios que podrían inspirarse en un proceso internacional de insolvencia y en el reclamo de la deuda ecológica, en la cual el Ecuador es uno de los acreedores más importantes", señaló.
El diario estadounidense The Wall Street Journal aseguró esta semana que Ecuador era un conejillo de indias del FMI para medir la reacción de los mercados ante la posibilidad de la moratoria en los bonos Brady.
Frans desmintió esa afirmación, pero aseguró que la propuesta del gobierno ecuatoriano sobre los bonos era sincera porque este país no está en condiciones de pagar una deuda tan alta.
Los empresarios ecuatorianos, por su parte, se mostraron satisfechos por la firma del acuerdo con el FMI, comenzaron a presionar al parlamento para que apruebe el proyecto de presupuesto y ya empezaron a contar los dólares.
César Rohón, presidente de la Cámara Nacional de Pesquería, dijo que la firma del acuerdo es una de las mejores noticias del año y pidió que "los 500 millones de dólares que el presidente dijo que se destinarán a la producción se entreguen a costos razonables".
El presidente de la Cámara de Comercio de Quito, Andrés Pérez, dijo que "luego de un largo periodo de malas noticias, el país finalmente amanece con una buena nueva" e instó a los diputados a que aprueben el presupuesto "con financiamiento adecuado y coherente".
El movimiento indígena aceptó la propuesta de Mahuad sobre los bonos Brady, pero no está de acuerdo con el alza de impuestos y los nuevos ajustes fiscales.
La Confederación de Nacionalidades Indígenas del Ecuador presentó al Parlamento su propia propuesta de presupuesto, que pone énfasis en la recaudación efectiva de los impuestos ya existentes y en una reestructuración total de la deuda externa.
`'A veces no se sabe a qué juega el gobierno. Por un lado, pide hacer causa nacional contra la deuda externa, y por otro cumple estrictamente las medidas de ajuste que impone el FMI", aseguró el dirigente indígena Ricardo Ulcuango.
Al momento parece imposible que el parlamento apruebe el alza de impuestos en los términos que propone el gobierno, y si eso finalmente llega a ocurrir podría ser la chispa para nuevas protestas sociales como las lanzadas por transportistas e indígenas este año. (FIN/IPS/kl/mj/if/99